sábado, 26 de diciembre de 2015

22-12-2015 GORBEA

GORBEIA (desde MURUA) 
22/12/2015 







Breve reseña. 
Hoy la salida montañera merece la pena ser objeto de una breve reseña por varias razones: 
  • Ha comenzado de madrugada el invierno astronómico, aunque el real anda lento. 
  • Hace un día fresquito pero no se ve ni una nube. 
  • Somos un grupo grande de 13 (1+12) jubiltaldeos más un invitado. 
  • El monte y la fecha lo están pidiendo a gritos. Y por último 
  • El madrugón que nos pegamos tiene características antológicas. 

Empezamos a andar desde el aparcamiento que hay junto a los embalses de Murúa siguiendo la ruta de Eguillolarra a las 9:30. Cuestas exigentes pero sin gota de barro, con piedras sueltas que hace que pongamos cuidado para no resbalar y por ahora sin viento. 

En dos horas y cuarto estamos arriba con un ventarrón del sur que además se ser recio (no tenemos anemómetro así que no podemos dar los Km. de la racha más fuerte) hace que tengamos una sensación térmica de menos un montón de grados. 
Hay bastante gente que sube como nosotros, otros que bajan mientras subimos y nadie está cerca de la cruz porque simplemente no se puede estar. 

A la bajada, por el mismo camino, hacemos una parada al socaire para tomar el tradicional cava acompañado por un cake stollen de frutos secos y pasas. Seguimos andando, con más cuidado que a la subida para no resbalar, y a las 2 del mediodía llegamos a los coches. 

Tanto a la subida, si la cuesta lo permitía, como a la bajada, el tema de conversación ha sido el resultado de las elecciones del domingo estando todos de acuerdo en que debe primar el diálogo si no queremos nuevas elecciones. 

Cambio de calzado y directos a Ubide donde después de tomar el blanquito, nos dan de comer como ya es tradicional en la casa. 

Nadie nos ha llamado ni wassapeado o sea que se puede afirmar que lo único que nos ha traído el sorteo de la lotería de Navidad de hoy, ha sido, y tampoco está mal, SALUD. 

A las 5 en los coches y a las 6 en casa donde se puede comprobar la diferencia de temperatura entre el interior y la costa. 

jueves, 18 de junio de 2015

16-6-2015 ARIMEKORTA

ARIMEKORTA
16/06/2015












Alto de Barázar a las 9:30. Objetivo: El Arimekorta. Tiempo dudoso hasta el punto de que todo el trayecto desde casa lo hemos hecho lloviendo en plan sirimiri, a veces serio.
Nos juntamos 10 (1+9) animosos jubiltaldeos, número que sin duda facilitará las cuentas al ecónomo suplente, que por cierto, lleva ya varias salidas haciéndolo con notable diligencia y acierto (excepto en lo de la loto como el oficial).


Después del café nos vamos a Ubidea donde dejamos los coches y, con el paraguas en ristre, empezamos a andar pasados unos minutos de las diez porque preferimos asegurarnos de que nuestro restaurante-templo esté abierto y reservar de paso.


Como parece que hoy el asunto es suave hay quienes van sin mochila lo que a uno de los jubiltaldeos le parece fatal ya que es como “ir a una boda en bermudas” (sic).


Circulamos alegremente por carretera asfaltada bajo una bóveda de árboles que engaña respecto al sirimiri. Al cabo de media hora se nos acaba la carretera, más o menos a la altura de unos cobertizos para caballos, y pasamos a otra pista igualmente buena pero sin asfalto.


Llegamos al parquin de Undabe, al que le da el nombre el rumoroso riachuelo (también conocido por Zubixola) que nos acompañará un buen rato, siempre a nuestra izquierda y que por estas fechas va bien de agua.
La pista se asilvestra un poco y ya, hasta las campas que rodean la cumbre, andamos sobre piedra apisonada, hormigón en alguna cuesta y piedra más gorda, suelta, que dificulta algo el andar. Dos de los asistentes recuerdan este piso en el camino del Ebro que tanto daño les hizo. De barro, nada de nada


Atravesamos un frondoso bosque de cipreses lawson, tan tupido que parecía de noche. La luz es tan escasa que el suelo no tiene ni una brizna de yerba verde.


Realmente todo el trayecto lo hacemos rodeados de una gran y variada vegetación, abetos, alerces, hayas, robles y, llegando al final, hayas trasmochas (foto).


A las 12 llegamos arriba pero el viento y la niebla nos hacen cobijarnos al socaire de la cabaña Gure Ametza de donde sale un olor a panceta asada que nos abre enormemente el apetito y hace que el amaiketako, a base de fruta y un par de nueces, sea relegado a un segundo plano.


Hacia las 12:30 iniciamos, ya sin paraguas, el descenso por el mismo camino que hemos traído, con los mismos árboles y mismas piedras pero con algunos ratos de resol porque ya se han empezado a abrir grandes claros.
Al estar más relajados, hay recolección de fresas silvestres pero con menos sabor que la semana pasada porque estaban más aguadas por los últimos chubascos.


Después de hora y media de suave descenso llegamos a los coches. Nos cambiamos y nos vamos al batzoki a tomar un refrigerio, a escote, hasta la hora de comer prevista para las tres menos cuarto.


El recibimiento de Josune, es el preámbulo de “saca lo que quieras” que se resume en unos puerros en vinagreta para calentar el estómago, patatas con bacalao, alubias completas y sopa de pescado. De segundos, unos pimientos rellenos para degustar,
bacalao a la Vizcaína y carrillera con hongos. Todo el conjunto le hace, al restaurante, ser acreedor de la renovación de la categoría por un año más.


Entre la comida y la sobremesa se comenta algo de la clásica, la verdad es que no mucho porque el mandamás de la misma no ha previsto nada que la haga distinguirse de la edición anterior.
También se hace una encuesta respecto a las preferencias para ir a las convivencias en Setiembre. Al final queda como opción preferente la del valle de Salazar, en la zona de Otxagavía. Hay también una propuesta, no hace falta decir de quien, para hacer una excursión (hacia el mes de Octubre) a Soria con el propósito de coger setas.
Cuando el quesero, previamente avisado, nos trae los quesos para llevar, levantamos el campo y nos vamos para casa.


Se ha escrito esta crónica en Algorta en días de zozobra por la posibilidad, cada vez más grande, de que Grecia salga del euro

lunes, 15 de junio de 2015

9-6-2015 MUGARRA (INTENTO)

INTENTO DEL MUGARRA
09/06/2015

Con tiempo gris, buena temperatura y circulación fluida, nos reunimos 7 jubiltaldeos y dos coches en la Erriko Taberna de Mañaria para tomar el café.
Dejamos los coches en la misma plaza y empezamos a andar antes de que den las 10, con media hora de adelanto sobre la hora prevista.

Elegimos, por indicación del guía Beta, la ruta que marca una duración hasta el Mugarra de una hora y cincuenta minutos. Como casi siempre, el inicio es cuesta arriba y en algunos momentos con pendientes que animan a guardar silencio para conservar las fuerzas.
La pista es asfaltada que va recorriendo los diferentes caseríos hasta que estos se acaban y en consecuencia también se acaba el asfalto y entramos en pista. Pronto se nos acaba tanto la seguridad de que de que seguimos andando por donde deberíamos de ir como el pisar por donde vamos. El barro, el estrechamiento del camino y la maleza hacen su aparición al mismo tiempo que se van acrecentando nuestras dudas que se manifiestan en voz alta.

Seguimos con fe inquebrantable, entre otros motivos porque no vemos ninguna desviación y por lo menos seguimos subiendo, hasta que finalmente encontramos una amplia pista, apta para vehículos de cuatro ruedas, que sin parar de subir unas buenas rampas nos deja, aproximadamente a las 11:00 en el collado Magarrikolanda donde un poste nos indica amablemente que nos quedan 900 metros hasta la cumbre que está totalmente cubierta por la niebla, niebla que, por momentos, se va incrementando.

Celebramos un conciliábulo y por unanimidad pero, con pena, decidimos no meternos en berenjenales impropios de nuestra edad y seguir un rato más por la pista de tierra y piedra hasta la hora del amaiketako.

Lo tomamos en un claro, rodeados de unas imponentes hayas trasmochas, algunas de las cuales están protegiendo un muy bien construido aprisco de madera que por su tamaño es más para caballos o vacas (que hemos visto bastantes) que para ovejas.

Sin dar las 12 comenzamos a descender siguiendo la pista que, después de liberarnos del barro, nos ha llevado hasta el collado. La pendiente también es seria y al tener piedrilla suelta requiere ciertas atenciones para no resbalar.
Seguimos por ella en constante descenso sin apenas trozos llanos. Para ahora ha salido tímidamente el sol y poco a poco se va apareciendo nuestro objetivo en todo su esplendor.

Continuamos bajando con fuertes quejas de las rodillas y a pocos minutos para la 1 llegamos a los coches. Otro poste nos informa que hemos utilizado una segunda vía para ir al Mugarra en la que el tiempo previsto es de una hora y diez minutos y ¡ojo! sin barro.
Para el segundo intento, que lo habrá, ya hemos aprendido.

Como es pronto, tomamos un vino en la Herriko cómodamente sentados y a continuación nos vamos a Lemona donde tenemos reservada una mesa en el Amorrortu.
Otro bebercio y al comedor. Para no repetir lo que siempre decimos del Amorrortu baste confirmar que el trato y el condumio son los habituales de este templo gastronómico.

Hoy, además, da la casualidad de que todos vamos con la camiseta oficial lo que nos produce un sentimiento de pertenencia a Jubiltaldea.

En la comida se comenta que la clásica será d.m. el jueves 9 de Julio dándose poderes al organizador oficial y estratega de este evento para que haga la oportuna convocatoria y así saber el número de asistentes y el medio de transporte que desean utilizar para que, como otras veces, el conseguidor saque los billetes para los que vayamos en autobús.
También tenemos un recuerdo para Ubidea y hacer algún monte por la zona de manera que se pudiese comer allí por ejemplo el próximo martes si el tiempo acompaña y no caen chuzos de punta.

Como hoy vamos con media hora de adelanto, para las 5 estamos en casa.

Se ha escrito esta crónica en Algorta a pocos días de conformarse los nuevos ayuntamientos surgidos de las urnas.

martes, 2 de junio de 2015

2-6-2015 VUELTA A URDAIBAI: ASTORKIGANA-ASTOGANA Y VUELTA

VUELTA A URBAIBAI: ASTORKIGANA-ASTOGANA Y VUELTA
Subiendo por las pistas de tala al altozano

El Kanpona entre la niebla

Un alto en la subida

Después de Ganbe camino hacia la pista al Oiz

En la pista hacia el Oiz

Fuente camuflada entre la maleza

Hamaiketako

Vinito en Txori taberna

Hoy con bastantes bajas, nos reunimos en el restop de Amorebieta 6 (5+1) jubiltaldeos y después del cafecito de rigor nos dirigimos al alto de Astorkigana, en Munitibar, donde prácticamente acabamos el pasado martes al intentar coronar el Kanpona, justo en la vertical de Astorkigana.
Comenzamos el camino por pista de cemento pero a la altura del caserío Kurtze nos desviamos para tomar unas pistas que han sufrido los embates de los camiones de tala y por tanto tienen bastante barro. Después de coronar un pequeño altozano un poco a la brava bajamos a la carretera por la que habíamos pasado en coche, al paraje de Ganbe,  ya conocido de la ruta del Vino y del Pescado, y de triste recuerdo por el accidente de avión de hace ya bastantes años y que sucedió en esta zona. Enfilamos hacia la pista asfaltada al Oiz y después de subir un trecho, en las faltas del Astogana y ante la desviación que tenemos que tomar y a la vista del tiempo transcurrido, decidimos comer la manzana y volvemos sobre nuestros pasos.
En esta ocasión el altozano de la ida lo tomamos por otra vía más sencilla y para las 13,30 estamos de vuelta en los coches. El barro a la vuelta a sido sensiblemente menor.
Bajamos a Munitibar y el restaurante Sindikatu, que habíamos visto a la mañana al pasar, nos acoge para comer y tomar un primer vino-cerveza, que con el calor que hace entra estupendamente. Nos da tiempo a tomar otra ronda en la Txori taberna próxima, esta vez invitados por un jubiltadeo que recientemente ha cumplido años. El menú abundante consiste en ensalada, de aperitivo, lentejas con sus sacramentos de primero y revuelto de setas, filete o chuleta de cerdo de segundo. Los postres caseros una delicia, arroz con leche, tarta de manzana, la consabida fruta y el helado.
Después de una animada tertulia con varios temas sobre la mesa, hacia las 4,30 retornamos a nuestros orígenes.

Algorta, 2-6-2015

lunes, 1 de junio de 2015

26-5-2015 VUELTA A URDAIBAI: NABARNIZ-KANPONA Y VUELTA

VUELTA A URDAIBAI
DE NABARNIZ A NABARNIZ
26/05/2015









Con tiempo amenazando lluvia y con predicciones que piensan lo mismo pero solo a partir de las 12 del mediodía, 9 (+8) jubiltaldeos nos animamos a seguir con la vuelta a Urdaibai


Así pues, como la última vez llegamos a Nabarniz, de aquí partimos a las 10 después de tomar el café en un bar un tanto friki en cuanto al ¿camarero? que nos atiende pero con precios de la Gran Vía.


El trayecto empieza con un kilómetro más o menos por la carretera Nabarniz-Gernika hasta coger un desvío a la izquierda en el que tenemos un trecho importante de subida con piso elegante de hormigón.
Pasamos por el caserío Arrola Bekoa y dejamos a nuestra derecha el Arrola (537m.) con la intención, si andamos bien de tiempo, de subirlo a la vuelta.
Hemos andado una hora de sube y baja y se supone que hacemos cumbre en el Elbitzuaga (458m.) y digo suponemos porque no hay nada que lo identifique.


Poco a poco la senda hasta el otro de los montes, incluido en la ruta de hoy, se va haciendo más complicada por el barro ya que gran parte del camino ha sido utilizado para alguna carrera reciente de motocross y está bastante impracticable. Además seguimos con las subidas y bajadas en plan tobogán.
Dentro de poco van a ser las 12 pero los que van de avanzadilla retroceden ante el estado en que se encuentra el camino. No llegamos al Kanpona (504m.) por muy poco.
Procedemos al amaiketako, como siempre frugal, cuando empiezan a caer unas gotas de lluvia.
De repente, se oye un ruido y un ay! desgarrador. Miramos y vemos a uno de los nuestros, separado del grupo un par de metros, que se echa las manos a la cabeza y acierta a balbucear que se le ha caído una rama. La herida la tiene más o menos a la altura de la coronilla y sangra abundantemente. Afortunadamente no ha perdido el conocimiento y permanece sereno lo que facilita, al jubiltaldeo que está especializado en cura de ampollas y que ahora actúa de enfermero, a parar la hemorragia aplicando kleenex.
Por último se procede a consolidar la cura con una venda y una gasa procedentes del botiquín de la mochila nodriza.


Bueno, al final todo ha quedado en un susto (si la rama hubiese caído de punta y dada su entidad podía haber sido otra cosa). El herido no sangra, no ha visto mermadas sus capacidades motrices y mentales y nadie se ha desmayado al ver la sangre.


La lluvia poco a poco va aumentando así que levantamos el campamento y nos vamos de vuelta a Nabarniz por otro camino que, creemos, nos evita unos desniveles cortos pero intensos en los que la bajada podría ser peligrosa ya que la subida ha sido complicada.
No nos libramos del circuito de motos y seguimos inmersos en el barro y encima con el paraguas porque la lluvia ya ha dejado de ser unas chispitas de nada.
Hay un momento en que técnicamente nos podemos considerar perdidos pero no desorientados y gracias a la sangre fría del guía y a su GPS por fin damos con la pista que hemos utilizado a la ida, libre de barro y poco a poco, pero seguros de que hoy comemos, llegamos a la carretera.
De subir al Arrola, ni se menciona.

El kilómetro que andamos por ella sirve para limpiar algo las botas y a las 2:15 estamos cambiándonos junto a los coches. A las 2, tal como estaba previsto, ha dejado de llover.


Comemos en el Nabarniz jatetxea. Mientras nos ponen la mesa nos tomamos el refrigerio por invitación de un jubiltaldeo que cumple los años fuera de temporada y que consciente y sabedor de los usos y costumbres, pese a no ser socio fundador, paga la consumición. ¡Larga vida compañero!


Tenemos como único primero unas extraordinarias alubias (excepcionalmente dos comen ensalada) y como único segundo carne empanada con patatas fritas caseras. Los postres, también de la casa, es lo único que podemos elegir según gustos. Sin rechistar porque es lo que la señora nos ha traído para comer y casi como justificándose. Amabilidad, buenas raciones y bien condimentadas. La menestra de verduras, plato rey de la casa, no entraba en el menú.


Para las 4:30 salimos para nuestras bases y para las 6, yo que soy el último que se baja del coche, ya estoy lavando las botas.


Escrita esta crónica en Algorta a tres días de jugarse la final de copa que quien sabe si los chicos nos darán una alegría. ¡¡AUPA ATHLETIC!!

jueves, 23 de abril de 2015

21-4-2015 EREÑO-NABARNIZ-EREÑO

VUELTA A URDAIBAI
DE EREÑO A EREÑO
21/04/2015








Somos 12 (1+11) jubiltaldeos los que nos reunimos en el parquin de Gernika para tomar decisiones. Hoy casi hacemos pleno.


La idea inicial es la de ir con los coches hasta Ereño, y dejarlos junto al restaurante donde comimos el martes pasado y luego volver en taxi a por ellos.
Aparcamos, nos tomamos el café y a las 10 empezamos a andar en dirección al pueblo de Ereño que lo tenemos a un kilómetro, cuesta arriba, claro.


En el pueblo dejamos a nuestra derecha la desviación a san Miguel de Ereñozar y tiramos recto para seguir subiendo, con pendientes significativas, por una pista, carretera más bien, de hormigón.


Pasamos luego a pista de piedra apisonada muy cómoda para andar. A pesar de que hay zonas en las no corre nada de aire, la temperatura, con la colaboración de amplias zonas de sombra, es perfecta para andar.


Después de tres cuartos de hora de subida más o menos constante entramos en un trecho de un bajar y subir suave hasta llegar hasta una zona en la que se avisa que en ella se entrenan perros y que hay que tener cuidado con los tiros. Hoy, menos mal, no hay ni perros ni tiros.
En este punto se produce un momento de duda sobre qué dirección seguir pero la cartografía y las interpretaciones del guía junto con su equipo de ayudantes resuelven perfectamente la situación que se ve confirmada poco después cuando nos cruzamos con un ciclista.


Para ahora ya se han cambiado los planes y en vez de andar 16 Km. y volver en los taxis, se decide a instancias del guía, hacer los mismos kilómetros pero de ida y vuelta e iniciar la próxima etapa en el punto al que lleguemos hoy. Cuesta poco convencer a los presentes de la bondad del plan y la propuesta es aceptada por unanimidad.


Bajamos ahora por una pendiente descarnada por las rodaduras de las máquinas y llegamos a un cruce donde destaca una fuente, ya comentada por el ciclista.


Volvemos a pisar hormigón y tras una corta pero intensa bajada, a las 12 llegamos al barrio de Zabaleta perteneciente a Nabarniz donde en una plazoleta con bancos y fuente tomamos el amaiketako rodeados de casas y jardines de elegante construcción y esmerada conservación tal es el sentir y admiración del grupo.


Estamos unos 20 minutos y retrocedemos por el mismo camino hasta un desvío señalado junto a la fuente ya mencionada. La bajada es más larga pero muy tendida y transcurre a través de pinares, por cierto libres de procesionaria, con algunas zonas húmedas que las vadeamos sin dificultad.
Hay un tramo, sin embargo, que como han estado trabajando las máquinas forestales, lo han dejado hecho unos zorros. Menos mal que el barro está duro porque si no hubiésemos tenido serias dificultades para salir indemnes.


A eso de las dos estamos en Ereño y al dar una vuelta para ver la iglesia de San Miguel construida sobre base gótico-renacentista, descubrimos un bar abierto donde unas mesas y sillas parece que nos están esperando. Los vinos y cervezas nos los tomamos aquí acompañados de patatas fritas por cuenta y pago de un jubiltaldeo que
en fechas cercanas a su cumple, también le cayeron unos cuantos, no pudimos celebrarlo así que nos lo debía.


Como solo es un kilómetro y cuesta abajo para llegar a los coches nos lo tomamos con calma. Pese al ahorro en taxis no podemos darnos un homenaje con otro vino y nos hacen pasar directamente al comedor.
Lo del martes pasado no fue casualidad y hoy vuelven a destacar la merluza y el bacalao añadiéndose la menestra de verduras, hoy más en su punto.


Entre los temas tratados, el organizador de la clásica propone la fecha entre el 7 y el 10 de Julio, dependiendo del tiempo y la marea.
Para el próximo martes se habla de ir al Eskutxi para intentar pillar algún perretxico.


El viaje de vuelta a casa, pese a la cantidad de curvas que impiden el dulce sueño de algunos tripulantes, se lleva a cabo sin más contratiempos.


Crónica realizada en prosa en el pueblo de Getxo, concretamente en el barrio de Algorta el 23 de Abril de 2015 con el tema de Rato dando vueltas.

14-4-2015 GR98 ETAPA KANALA-EREÑO

VUELTA A URDAIBAI
DE KANALA A EREÑO
14/04/2015









Después de tomar el café en el viejo Boliña de Gernika, nos dirigimos los10 (1+8) jubiltaldeos en tres coches hasta la Iglesia de Nª Sª de Legendika en el barrio de Kanala.


Tenemos 20º de temperatura y el cielo está sin una nube.


Uno de los coches se pasa de largo pero gracias a los móviles lo recuperamos pronto para hacer los trasvases necesarios ya que dos de ellos se quedan en el punto de destino. Somos diez y esto permite que cuadre con dos coches que si no…….


Mientras se realiza la operación pasamos el tiempo recordando y aprendiendo el francés gracias a un par de jubiltaldeos que han estado durante la Semana Santa en las Galias.


Cuando nos juntamos todos comenzamos el paseo a la hora, muy señorial, de las 11 menos cuarto.
Inmediatamente cogemos un sendero, al principio bastante empinado, que pronto de convierte en una maraña de zarzas, lianas, algún que otro árbol caído y en general con bastante maleza que durante media hora que nos lleva atravesarlo parece que estamos en la selva con sus correspondientes tropezones, rasguños, arañazos que se puede consultar con el que iba con pantalones cortos.


Pasado este mal trance entramos en una pista de tierra seca alternando con piedras para hacer camino y siempre por zonas donde predomina la sombra.
Cuando vemos mar, la brisa es muy agradable pero a medida que transcurre la mañana el calor se va haciendo cada vez más molesto.


No tenemos grandes cuestas pero el perfil de esta etapa es claramente de rompepiernas.


Pasamos una bifurcación que va a San Pedro de Atxerre pero nosotros seguimos en dirección a Arketa.
Andamos entre pinos ora sobre caminos de piedra ora sobre hormigón pero siempre con subidas y bajadas. Otro desvió nos señala dirección a Akorda y hacia allí vamos.


Antes de llegar a la carretera tenemos la suerte de ver una ardilla en lo alto de un árbol que pese a ser unos cuantos permanece quieta. Tras un rato caminando por una especie de bideverdea que va paralelo a la carretera nos desviamos y, ala!, otra subida, esta vez algo más larga y con más sol y menos viento, en dirección a Elantxobe que nos deja en el alto junto al cementerio, con Ogoño a nuestra izquierda.
Como son ya las 12:30 y todavía no hemos parado aprovechamos para participar del frugal amaiketako y abundante agua ya que tenemos fuente.
Al sol y sin brisa hace realmente calor.


Es la una menos cuarto y el guía no insufla ánimos confesando que aún nos quedan algo más que 6 Kilómetros.
Pasamos por los arrabales de Ibarrangelu, un rato por carretera con vistas al mar y tomamos un desvío que nos lleva a través de un eucaliptal.


No voy a seguir con las carreteras que atravesamos para no aburrir al personal. Tenemos un momento de duda, por la errónea interpretación del plano del recorrido,
que se resuelve rápidamente pero hasta que no alcanzamos el caserío Lau-Aizeta y hablamos con, suponemos, su propietario se palpa en el ambiente el temor consustancial a todo jubiltaldeo: llegar tarde y no encontrar comida.


A partir de aquí es andar por eucaliptus y asfalto hasta que, a las 2:10, nos encontramos en los coches estratégicamente aparcados junto al restaurante Atxoste.


Nos mudamos y mientras nos preparan la mesa nos refrescamos por dentro de paso celebrar el cumpleaños de un jubiltaldeo que a pesar de su edad todavía puede cargar con el mochilón que, haga el tiempo que haga, vayamos donde vayamos, siempre abulta lo mismo.


La comida es agradable destacando el bacalao y la merluza, ambos a la plancha.


En la sobremesa se rescata el proyecto de pasar una noche en uno de los refugios de las campas de Arraba, con visita guiada a la bóveda celeste y subida al Gorbeia al día siguiente.
Hay también una petición, que le está suponiendo un trauma a un veterano jubiltaldeo, para subir al Sollube y al Anboto (no el mismo día claro está) que todavía, pese a la edad, aún no los ha coronado.


A las 4 más o menos cogemos los coches lanzadera para ir a Kanala a recoger el que falta y desde aquí todos para casa.


Escribo esta crónica en Algorta en los últimos coletazos de la mini ola de calor.

sábado, 11 de abril de 2015

7-4-2015 ARMIKELO

ARMIKELO
07/04/2015













Con poco tráfico, tiempo magnífico y temperatura agradable, digna de una primavera que se ha hecho de rogar, nos encontramos en el restop de Altube.
Los viajes y los médicos han reducido la plantilla a 6 elementos jubiltaldeos tomados de uno en uno.


Después del café nos dirigimos vía Murgía a Jugo donde dejamos los coches y para las diez menos cuarto nos ponemos a andar.
Tras un rato corto por carretera nos desviamos a la izquierda y entramos en una pista que, poco a poco, con ligeras pendientes y un excelente piso hace que vayamos ganando altura.


Según qué curva del camino nos toque vemos a nuestra izquierda la autovía a Vitoria y a nuestras espaldas el Gorbeia con un buen manto de nieve pese a ser ladera sur.
El trayecto transcurre con el mismo tono alternando piso de hormigón, piedra apisonada, tierra afortunadamente seca y campas de yerba en la que se puede apreciar el amarillo de los jacintos silvestres.


Nos topamos con un rebaño, no muy numeroso, de ovejas vigiladas por un mastín que nos avisa para que no nos acerquemos y de paso sirve para rememorar una situación parecida vivida en la misma zona pero con tres mastines con superior ardor guerrero. Afortunadamente las ovejas comienzan a moverse hasta un punto en que salen del camino dejándonos vía libre. El mastín no deja de ladrarnos hasta que no terminamos de rebasar el rebaño.


Tras una hora de marcha, el último tramo por yerba y apenas cuesta, llegamos al Arrato (886 m.) cuyo buzón está coronado por un Cristo, estilo moderno, de acero inoxidable.
Para ir al próximo objetivo nos dispersamos un poco pero al final todos tenemos que pasar por donde ha pasado el guía alfa perfectamente documentado.
El descenso tiene una pendiente bastante pronunciada pero al estar el suelo seco superamos perfectamente la prueba y en media hora estamos en el Armikelo (888 m.) para hacernos la foto junto al buzón.


Desde aquí bajamos a través de un bosque de robles acompañados del crash, crash de las hojas secas con música de fondo de unos cencerros que no lo hacen mal del todo. Conectamos con una pista que transcurre por un hayedo que termina, después de pasar por un par de granjas de vacuno con la parte peor de todo el camino andado por ahora (y menos mal que no ha llovido), en el pueblo de Domaikia donde, junto a la iglesia, tomamos el frugal amaiketako.


Como todavía es pronto, a las 12:30 decidimos subir hasta las Peñas de Oro y así poder lograr un hattrik montañero. Nos falla uno del grupo por causa de una molestia sobrevenida en el pie que, como prefiere no forzar, se dirige poco a poco a los coches.


El ascenso hasta las antenas y el posterior descenso hasta el santuario de Nª Sª de Oro es bastante exigente. Para la 1:30 nos vamos, esta vez siguiendo la carretera hasta Domaikia y también por carretera recorremos los dos kilómetros que nos quedan hasta los coches a los que llegamos a las dos y cuarto.


Nos tomamos el aperitivo, con predominio de las cervezas, en el Areso en Murgía mientras nos preparan la mesa que da la casualidad de que hoy también es redonda.

En el comedor volvemos a coincidir con la convención de los curas de la zona pero no podemos confirmar que dicha reunión se celebre los martes o haya sido pura coincidencia.
A la comida no se le puede poner ninguna pega y el café, los chupitos y la faria que se fuma el guía, los tomamos en la parte trasera entre sol y sombra.


Como andamos con pocos cambios hoy ponemos 18€, sin que sirva de precedente y debido, sin duda alguna, a la distribución de los costes fijos.
A las 5 en los coches y a las 6 en casa pensando en la ducha.


Escribo esta crónica en Algorta con previsiones bastante halagüeñas de que el martes próximo nos volvamos a ver.