jueves, 30 de mayo de 2013

28-5-2013 ESKUTXI

ESKUTXI (28/5/2013)

Ante la ausencia de los guías habituales, nos decidimos llevar a cabo la salida sugerida por el micólogo el martes pasado.

Quedamos a las 9,30 en el bar habitual de Artziniega y nos encontramos 6 jubiltadeos (6+0) para tomar un café, cosa que nos cuesta un poco, dada la ausencia de bares abiertos, pero lo conseguimos en el Batzoki.

Tras volver a los coches ponemos rumbo al pueblo de Añes de donde comenzamos la subida sobre las 10 de la mañana. Aunque la Urrutia nos había metido el miedo en el cuerpo, solo nos ha llovido 5 minutos por la zona del portillo de Aro.

La subida al monte hoy es una excusa, el objetivo es recolectar perretxikos.

Salimos del pueblo despedidos por una jauría de perros guardianes de unas vaquerías. Al principio la carretera está asfaltada para más tarde pasar a ser una pista de cemento. Toda la subida es muy exigente y sobre todo en la parte final, llegando al portillo de Aro, así y todo se hace muy agradable, pues lo árboles están a tope de hojas y las flores en todo su apogeo.

El núcleo duro pasa de setas y sigue por la pista hacia el Ekutxi, la cordada micológica se despliega a ambos lados y como era de esperar los perretxikos brillan por su ausencia. Si pillamos alguna “senderuela”.

Sobre las 12 llegamos a la cima del Eskutxi, donde hay un buzón que indica 1180 metros de altitud. El núcleo duro no tiene paciencia y ha seguido por el cordal hasta el siguiente vértice geodésico. Tomamos el amaiketako y nos reagrupamos. No llueve pero hace mucho frío. La gente se queja sobre todo de lo heladas que se quedan las manos.

El descenso hasta el portillo de Aro igual que el ascenso, dos cordadas, núcleo duro por un lado y micólogos por otro. Nos reagrupamos y entramos en la pista de cemento para bajar disfrutando de las vistas. A la izquierda un precioso hayedo, pisado en otras ocasiones que hemos subido desde el pueblo de Encima de Angulo, también se aprecia la sierra de La Magdalena y de frente los montes de Ordunte.

Llegamos a los coches sobre las 14, cuatro horas de caminata. Nos cambiamos, montamos en los coches y sobre la marcha decidimos ir a comer a Respaldiza para resarcirnos del año pasado que tuvimos que comer en Amurrio por la feria que se celebra en Respaldiza el 15 de mayo.

Aparcamos a la derecha de la carretera y decidimos entrar a la Taberna Antojo (Tel.945399900), donde mientras preparan la mesa tomamos el aperitivo de rigor.

La comida de notable, tanto por cantidad como por calidad y la atención excelente, parece que estamos en casa, que no tengamos prisa en marchar, que podemos fumar y hasta la dueña nos alegra la sobremesa con un chiste (ya se me ha olvidado).

Durante la sobremesa se tratan diversos asuntos, pero el más importante es que se baraja la fecha del 23 de julio para la clásica, Laredo-Noja.

Y sin más, escribo esta crónica, sin reportaje fotográfico, el 28 de mayo del 2013, muy cerca de la zona de conciertos de la Aste Nagusia del 2013.

21-5-2013 JESURI

ELORRITXUGANA-JESURI (21/5/2013)


El tiempo durante este mes de Mayo poco tiene de primaveral, más bien parece invernal por las temperaturas y la lluvia, las calefacciones siguen estos días encendidas en las casas. Estos inconvenientes unidos a la ausencia del guía alfa no nos amilanan y acudimos a la convocatoria del guía beta en el restop de Arrigorriaga, siete (6+1) jubiltadeos. La cordada de Bilbao llega antes de la hora por culpa de la nueva salida por el túnel de Bentazarra, quedaron antes por miedo a los atascos y el tráfico resultó fluido.

Tras el café vamos hacia el barrio de Murueta (175 m ) en el pueblo de Orozko y aparcamos los coches junto a la iglesia de San Miguel. De la iglesia sale una pista de cemento en dos direcciones, a la izquierda lleva a los barrios de Ugalde y Asteitza (por estos barrios volveremos) y de frente al barrio de Pagatzandu, dirección que tomamos.

La pista sube en fuerte pendiente y al de un rato nos damos cuenta que hemos llegado a Pagatzandu no solo por las casas sino también por los perros que nos ladran con ganas, menos mal que sale el aldeano del caserío y se piran. Ahora la pista es de grava y más arriba junto a un depósito de agua desaparece la piedra y aparece el barro. La pista sigue en pendiente continua y a pesar de la niebla a ratos se ve a la izquierda la ermita de Santa Marina de Arrola y de frente el Elorritxugana y el Jesuri.

Solo nos surge una duda en el Hayedo de Uruneta que el guía beta despeja al ver un antiguo redil en ruinas por el que hay que pasar, lo encontramos y también alguna marca roja y blanca del GR-123, atravesamos el hayedo con árboles ya centenarios y trasmochados por las antiguas labores de carboneo. Al salir del hayedo varios jubiltadeos recuerdan el lugar por un encuentro que tuvimos con varios compis del curro, hace unos años.

El terreno hasta la cumbre del Elorritxugana ( 721 m ) también llamado Kukutzakoaga, es despejado y en las campas de subida los micólogos recolectan las primeras setas de la temporada, en concreto Marasmius Oreades y alguna Agaricus Campestris. En la cima hace frío, unos 4º con aire y lluvia y continuamos hacia el Jesuri, descendiendo hasta una pista que atraviesa un pinar, el núcleo duro en cuanto puede deja la pista, atraviesa una alambrada, pasa por una zona de zarzas y arbustos, pasa otra alambrada y por fin vemos el vértice geodésico de la cima, a la que llegamos tras subir una fuerte pendiente que nos recuerda un poco a la última subida del martes pasado al Leungana.

En la cima del Jesuri ( 749 m ) hay dos buzones y a la izquierda, muy cerquita vemos la ermita de Santa Marina ( 666 m ), así que decidimos tomar el amaiketako en la ermita. A pesar del soportal no estamos mucho tiempo pues el sudor se queda frío y no se está a gusto.

Debajo de la ermita sale una pista que llega a Orozko y para asegurarnos el guía consulta a dos trabajadores, que están protegiendo unos retoños de árboles, por donde bajar hasta Murueta. También preguntamos a un ganadero, que está buscando
unas vacas perdidas, y comenzamos el descenso por pista asfaltada, pasando por la única fuente en todo el recorrido, por los caseríos de Ordizaga, hasta llegar al barrio de Sagarmínaga, aquí dejamos la pista y una persona del caserío Sagarmínaga, nos indica por donde seguir, pues todo está cercado y con alambradas.

Una vez superada esta zona llegamos al barrio de Asteitza, donde la carretera asfaltada desciende hasta el puente que cruza el arroyo Arrola, para subir hasta el punto de partida, la iglesia de San Miguel de Murueta, después de 4 horas de caminata.

Nos aseamos, cambiamos y salimos en dirección al Restaurante Palacio de Anuncibay en Llodio, conocido de otras ocasiones, nos preparan una mesa, esta vez redonda donde nos vemos todos, y previo el txakolí de turno, esta vez invitación de un Jubiltadeo que aunque cumple en verano prefiere invitar hoy. En el primer plato recibimos la llamada de uno de los expedicionarios de la ruta mudéjar (creo) para decirnos todo lo que nos quiere y lo que nos ha echado en falta.

La atención magnífica, la comida correcta, el lugar magnífico y hasta el patxarán casero. La tertulia amena y llena de futuras actividades como la clásica, perretxikos para la próxima semana, si el tiempo lo permite, y más.

Como hace frío no utilizamos la terraza que hay en la calle y sobre las 16,15 tomamos los coches, los de Bilbao con incertidumbre, por la entrada nueva, que no resulta peor que la vieja, y los de Costa Rica, supongo que como siempre.

Y para que conste escribo esta crónica desde la parte alta de Bilbao el 21 de mayo del 2013

jueves, 16 de mayo de 2013

14-5-2013 LEUNGANE


LEUNGANE (14/5/2013)



Hoy la cita es en el Restop de Amorebieta con el objetivo de coronar el Leungane (1009 m.) pico enclavado en el macizo de Aramotz, conocido de otras ocasiones. Habitualmente se asciende desde Artaun o Mañaria, intentaremos esta vez, subir desde el área de esparcimiento de Landaederra.

La hora de la cita es a las 9,15, y con puntualidad llegamos 7 jubiltadeos (6+1) para tomar el café de rigor. Hay muchas bajas y todas justificadas, unos haciendo camino por Andalucía, mañana creo que llegan a Córdoba, otros por cuestión del físico y algún otro por vacaciones.

Tomamos la salida de la A-8 en Durango y enfilando dirección a Urkiola, cogemos la primera desviación a Durango-Orozketa. No hay pérdida y tras una subida dejando atrás el barrio de Orozketa, llegamos a Landaederra, donde por primera vez este año vemos fresas salvajes casi maduras.

Una vez preparados para caminar, enfilamos por la carretera, dejando a la derecha una indicación para caballistas. Posteriormente el asfalto se convierte en cemento y a la altura de un letrero que anuncia un campo de adiestramiento de perros, el cemento pasa a ser pista, pista que abandonamos para atravesar por la derecha una cantera, según el geólogo, de mármol.

El terreno va cambiando para hacerse más exigente por la mezcla de piedra, hierba, hojas y barro. Cruzamos varios hayedos con las hojas brillantes y relucientes, dado la época del año en la que nos encontramos. El tiempo va mejorando y las pocas nubes y nieblas desaparecen dejando el cielo completamente azul.

Tras una leve indecisión tomamos la senda que nos lleva hasta un claro donde un crucero corrobora el camino que el guía, hoy el alfa, tenía pensado para atacar la cima del Leungane, nunca mejor dicho lo de atacar, porque la subida es muy exigente por el desnivel que tiene.

Poco después del Angelus llegamos al vértice geodésico y al buzón, a pesar de unos insectos que pululan por allí el amaiketako no lo perdonamos y como el tiempo acompaña, lo alargamos un pelín.

El guía sugiere bajar en dirección al Artatxagan (998 m.) por si algún valiente quiere hacer cima, todos cobardes. Saludamos a un lugareño que tiene pinta de setero, nos adelanta y desaparece, supongo que por miedo a que descubramos algún secreto. El camino está marcado, nos despistamos un pelo, pero llegamos al collado Mugarrikolanda, bajo el Mugarra, que lo dejamos a la derecha y bajamos por una senda que desciende con rapidez hasta la pista de cemento por la que hemos pasado al comienzo de la mañana.

Una paradita y continuamos hacia Landaederra donde hemos dejado los coches, sobre las 14,00 llegamos y esta vez nos cambiamos de lujo. Hay fuente, bancos, caseta y como a las fresas las ha estado dando el sol, pues alguna ya se puede comer.

Habíamos reservado para las 15,00 en el Amorrortu y como no perdonamos el Txakolí, hoy menos, pues paga un cumpleañero, llegamos un rato antes. La manduca para todos los gustos, de primero ensaladilla y alubias, de segundo txipis y guisado de zancarrón de postre natillas, fruta y helados. Templo Gastronómico.

Durante la tertulia conectamos con los “andaluces” y nos comentan que van cumpliendo los objetivos y con el ánimo a tope, sobre todo por la bajada de temperaturas que esperan para esta semana, y sin más temas levantamos la sesión y cada mochuelo a su olivo.

Esta crónica se escribe en Santutxu el 14 de Mayo del 2013.

martes, 14 de mayo de 2013

CAMINO DE SANTIAGO (VILLAVICIOSA-RIBADEO) 10/18-4-2013


EL CAMINO DE SANTIAGO

TERCER CAPITULO (2013)



APROXIMACION


A continuación se relata la crónica de las etapas que conforman el tercer capítulo que comienza el miércoles 10 de Abril en Termibús a donde acude también un jubiltaldeo para proveernos, un año más, de su patxarán casero.

Son las 10:30 cuando los 8 jubiltaldeos (7+1) montamos en el autobús que nos llevará hasta Villaviciosa (con trasbordo).
Las predicciones meteorológicas no son tan infames como las del año pasado y si aciertan disfrutaremos del Camino.

Tras un montón de paradas que no viene a cuento relacionarlas, por fin hacemos una en San Vicente de la Barquera en la que se nos permite bajar del autobús para estirar las piernas, descargar lo descargable y tomar una caña acompañada de algo de comer a cuenta de los jubiltaldeos más precavidos.
Hace bastante bochorno.

En Oviedo, después de dejar en tierra, para comer, a los pasajeros que siguen ruta a Santiago continuamos hasta Gijón a donde llegamos a las 4 para tomar el autobús a Villaviciosa. Como tenemos una hora aprovechamos para tomar un pintxo en un bar cercano.

Una vez llegados al punto “0” de esta etapa, tomamos posesión de las habitaciones en el mismo hotel que el año pasado y quedamos a las 7 para dar un paseo y hacer tiempo para la cena.
Aquí nos unimos con otro caminante expresamente llegado de Galicia con lo que el equipo queda definitivamente configurado con nueve miembros: (7+1) jubiltaldeos + (1) invitado.

Visita al pueblo con buena temperatura (25º) aunque ya empiezan a aparecer nubes que no presagian nada nuevo.

Cañas y sidra recordando anécdotas de etapas anteriores y para las 8:30 empezamos a pensar en la cena que la hacemos también en el restaurante-sidrería del año pasado, eso sí con más gente y viendo el partido Barça-PSG.

Para las 11:30 en la cama.

Mañana empezamos.


JUEVES 11 de ABRIL

1ª ETAPA: <>
                      VILLAVICIOSA – GIJON


Tres de los peregrinos ya hicieron esta etapa el pasado año pero se solidarizan con el resto y nos acompañan en un caballeroso gesto que les honra.

A las 8 estamos desayunando en el hotel en plan self service y a las 9 comenzamos a andar.
Al principio vamos por carreteras secundarias con momentos de lluvia fina a la que no damos importancia y no tomamos más medidas que la de abrir el paraguas.

Al cabo de dos horas y media pasamos por Niévares y media hora después dejamos el asfalto y nos metemos en un camino de piedra, yerba y zonas asfaltadas. Tras un rato volvemos a la carretera y a todo esto, siempre subiendo con desniveles de distintas categorías. La lluvia no para.

Nos plantamos en el alto de La Cruz (420 m.) a las 11:30 y siempre por carretera para evitar el barro y siempre con lluvia, que en algunos momentos es fuerte y a veces incluso con viento, pero por lo menos ahora es cuesta abajo, llegamos al bar Casa Pepito en Peón. Prácticamente hemos hecho medio camino así que descansamos, nos secamos y nos avituallamos a base de cañas de cerveza o vino acompañando a la tabla de embutidos y chorizo a la sidra.

Estamos como una media hora, nos colocamos las polainas y justo cuando salimos, aunque está oscuro y amenaza lluvia, no nos vuelve a caer una sola gota en todo lo que nos queda de día.
Nada más reemprender la marcha, otra vez a subir, esta vez con un desnivel de unos 280 m. que ya empieza a pesarnos.

Llevamos un rato andando cuando nos aparece la señora que nos ha atendido en el bar para devolvernos la credencial de uno de los nuestros que se la había dejado en el mostrador.
Coronado el alto de El Curbiello, de casi 300m., empezamos a descender y por fin aparece Gijón aunque todavía un poco lejos. Son las 2:30 pasadas. Sacamos una foto.

En estas estamos cuando nos toca la bocina un coche para devolvernos el bastón que el mismo de las credenciales se había dejado en un bar  donde habían parado para esperar a los más rezagados.

Desde que vemos Gijón hasta que llegamos al hotel pasando por la Universidad Laboral, campo del Molinón, el campus universitario y parte de la playa pasan más de dos horas y los últimos 2 Km. entre calles se nos hacen eternos.

Por fin a las 5  entramos en el hotel Costa Verde. Hemos quedado a las 7 así que hay tiempo de ducharse, descansar y organizar un poco la ropa e incluso lavarla porque tenemos calefacción.
El paseo es por la parte vieja, con sol y viento fresco, tomándonos unas reparadoras cervezas en la plaza Del Marqués donde está el monumento a D.Pelayo, con el puerto deportivo al frente y rodeados de palomas descaradas intentando comer los frutos secos que nos han traído de tapa.

Ya se vislumbra el frente nuboso que nos vendrá, como está anunciado, para mañana.

Nos sellan las credenciales (a los que las llevamos encima) muy amablemente en el Ayuntamiento y nos tomamos una sidra con bises en La Galana en la que de tiempo en tiempo sacan platos con pinchos para picar entre trago y trago.

Hacemos alguna tentativa para cenar y después de mirar un par de sitios pedimos consejo a una lugareña ya mayor que, según las malas lenguas, tiene que ser  pariente o está conchabada con los del bar que nos aconseja, justo enfrente de donde estamos. ¡Qué casualidad!

Pero las apariencias engañan porque resulta que cenamos bien y quedamos gratamente satisfechos además de estar dentro del presupuesto calculado para la  alegría del ecónomo.
Tras un chupito de patxarán amablemente servido por el porteador de la botella ya en el hotel, para las 11:30 todos en la cama.

Aparte de los desniveles y sin afinar mucho porque hemos ido fuera del camino señalizado calculamos que hemos andado unos 27 km.

  
VIERNES 12 de ABRIL

2ª ETAPA: <>
                       GIJON – AVILES


Después de desayunar en la cafetería del hotel, empezamos a andar a las 8:30.
El día está gris y ya mientras desayunábamos empieza a caer un ligero sirimiri, por ahora sin más complicaciones que la de llevar el paraguas abierto y las mochilas con funda.

La salida de Gijón se hace tan eterna como la entrada.

Cruzamos por debajo de la autovía y la vía del tren para empezar a subir al monte Areo, de un desnivel de unos 200 m. que como ya no llueve aprovechamos para aligerarnos de los chubasqueros. Son las 11 de la mañana y ya hemos recorrido unos 11 Km.
Ahora caminamos por pista de tierra apisonada para, dejando a un lado una bifurcación al dolmen de San Pablo, entrar al cabo de un buen rato en una carretera vecinal y poco más tarde, cerca de las doce, tomar contacto con la avanzadilla que nos espera en la iglesia de Santa Eulalia del Valle del año 905 (porque lo pone el cartel ya que está totalmente restaurada) perteneciente al Ayuntamiento de Carreño.
Ya luce el sol.

Descansamos un rato, reponemos agua en la fuente y seguimos hacia el objetivo.
Antes hemos visto un poco escondida la fuente de Les Xanes (brujas) y nada más reanudar, el lavadero de la Ponte Piedra en el barrio de Santolalla.

En Tamón que también pertenece al concejo de Carreño pasamos junto a la Iglesia de San Juan Bautista acabándose la pista y entrando en carretera más o menos a la altura de donde empieza, al menos para nosotros, la zona industrial.
Encontramos un bar, el Llar de Ana, paramos a tomar el amaiketako o sucedáneo de comida compuesto de un pintxo de tortilla de patata de tamaño más que notable y un trozo de empanada de txorizo acompañados de una caña.
Como al porteador le empieza a pesar la botella con lo que le queda de patxarán, la terminamos allí mismo y para la 1:30 reiniciamos el camino.

Vamos bordeando la zona industrial, antaño más boyante que en la actualidad a tenor de algunas edificaciones abandonadas. También pasamos por una enorme fábrica de Fertiberia y antes de entrar en Avilés vemos las edificaciones, viviendas de los obreros, todavía en uso la mayoría de ellas, con sus instalaciones sanitarias ahora pertenecientes a la Seguridad Social.

Llegamos a las 4, con un sol radiante al albergue de peregrinos y peregrinas  de Avilés Pedro Solís quien en 1513 fundó “un albergue hospital donde se daba a los peregrinos a Santiago Cubierto, Cama y Fuego”

Estamos solos nosotros y dos individuos más que han llegado poco antes que nosotros pero con poca pinta de peregrinos porque uno de ellos lleva un troller en vez de mochila. O sea, hay como para elegir entre las 60 plazas que tiene.

Nos duchamos, hacemos labores finas de lavado y tendido de ropa, se descansa y el pedicuro de referencia procede a hacer las curas pertinentes aunque afortunadamente solo son en un par de pies.
A las 6 salimos a dar una vuelta por la parte más antigua de la ciudad que nos sorprende por sus construcciones, bien conservadas o restauradas y por lo animada que está.
Hoy, como es viernes, tenemos problemas para cenar el menú del día ya que en todos los restaurantes en los que preguntamos es a la carta y encima empiezan tarde.

Entramos en la sidrería Tierra Astur donde montamos la base de operaciones para encontrar sitio para la cena a base de voluntarios que indagan en algunos sitios que nos han sugerido. Tras un número de botellas que no se pone en esta crónica, acompañadas solo por cacahuetes, y hechas las averiguaciones pertinentes  abandonamos el local justo antes de que empiecen a obsequiar con pintxos a los clientes.

Transcripción literal de un cartel en la sidrería:
“De 10 a 12
Huevos fritos
Jamón especial de la casa a la plancha.
Tiras de maíz dulce
Agua, refresco, vaso de vino.   3,50€”

La pena es que mañana salimos pronto, que si no menudo amaiketako.

Tomamos una cerveza en otro bar cuando caen unas tímidas gotas de lluvia sin consecuencias y nos vamos a las 8:30 a cenar al Rioja, base de los forofos de nuestro Athletic y cuyo propietario, con su bufanda de los colores, se fotografía con nosotros. Vino a estas tierras desde la Rioja a jugar al futbol y aquí se quedó.

Cenamos muy bien en cuanto a lo sólido, lo líquido y el precio con los consabidos chupitos y para las 11 estamos en el albergue ya que aunque se cierra a las 10, nos han dejado una llave para entrar.

Hoy entre pitos y flautas hemos andado unos 26 Km.

  
SABADO 13 de ABRIL

3ª ETAPA: <>
                       AVILES – EL PITO


Hombre, hoy tenemos un día radiante aunque a primera hora hace fresco.
Para las 7:30 todo el mundo está preparado y nos vamos a desayunar  a un bar abierto en la plaza del Ayuntamiento.

A las 9 menos 10 empezamos propiamente la jornada.
Tras comparar nuestro mapa con un cartel que había en el albergue y hablar con el hospitalero decidimos seguir la ruta del albergue y así evitarnos el subir al monte San Cristóbal, monte que no nos iba proporcionar ningún placer adicional y nos permite ahorrarnos unos 5 Km. Al final no sé si habremos andado más pero por lo menos nos hemos evitado una cuesta de las muchas que, según el gráfico, vamos a encontrarnos hoy.

Salimos de Avilés y continuamos por carretera, solitaria de coches y personas a estas horas y al cabo de una hora hacemos una parada sencilla en Piedras Blancas después de haber pasado por Salinas.
Otro rato subiendo  por carretera  para entrar en un camino ancho de piedra y tierra en perfecto estado donde nos cruzamos con bastantes ciclistas en bici de montaña y algún que otro paseante con o sin perro.

A las 12 paramos en Ventaniella junto a una fuente y a la capilla de Nª Sª de los Remedios, posiblemente del s.XII pero también totalmente restaurada como si fuese del siglo pasado.

Nos desviamos por la carretera para seguir el camino oficial señalizado pero al cabo de unos metros de entrar en la senda nos encontramos con dos alemanas que habían dado la vuelta debido a la gran cantidad de barro producido además de por las últimas lluvias por una tala en los alrededores. Las fotos que nos enseñan y el estado en que estaba su calzado sirven para que ni siquiera lo intentáramos nosotros.
Vuelta otra vez al asfalto y después de consultar con una pareja de paseantes, a todas luces lugareños, nos pegamos una panzada de carretera pasando por  Ranón.

Nos metemos luego por un camino que hace las veces de atajo pero bastante tupido de matorral por falta de uso en esta época y volvemos a salir a la misma carretera. Son alrededor de la 1 y no hemos hecho más que andar pero no hay bares por la zona.

Vemos el Nalón desde Castillo, pasamos por La Madalena, con vistas a la ría y por fin llegamos a Soto del Barco donde en el bar “Ca Lolo”, también conocido por bar Manolo podemos separarnos de las mochilas, descansar y repostar sólido y líquido pero con moderación porque todavía nos quedan unos 9 Km. y a pleno sol.

Cruzamos la ría del Nalón por un puente y al poco saludamos a un señor que trabajaba en su huerta y que resulta ser de Baracaldo. Un rato después subiendo hacia Muros de Nalón nos encontramos con dos mujeres descansando de su paseo en un banco. Al pedirles que nos saquen una foto del grupo y entablar conversación resulta que son de Kanala cuyo padre fue a hacer el ferrocarril y < “desapareció” después de la guerra por no ser afín a las ideas> (sic). Se apellidaba Intxarraundieta.

El último esfuerzo antes de entrar en la meta lo hacemos a través de un frondoso y enorme (por lo que tardamos en atravesarlo) bosque de eucaliptos que, junto a los castaños,  es la especie arbórea que más hemos visto durante estas etapas.
Después de la enésima subida y correspondiente bajada por una senda con bastantes zonas de barro aparecemos en el Pito.

Para cuando localizamos el hotel Alvaro al final de las casas, son las 6 de la tarde. Nos hemos dado una buena panzada de 28 Km. según plano pero creo que habrán sido más teniendo en cuenta que hemos ido mucho tiempo por la carretera en vez de utilizar el camino señalizado.

Hemos quedado a las 7:30 o sea que tenemos tiempo suficiente para, una vez recibidas las explicaciones para que podamos prepararnos el desayuno mañana, hacer todas las tareas propias del peregrino incluida la de descansar un poco.

A la hora fijada nos dirigimos al bar – restaurante Arbichera, único en la zona para ver si podemos cenar algo. Sin coche no hay otra alternativa.
Mientras vienen las jefas del negocio (el tío de la barra no sabía o no decidía nada) nos tomamos una cerveza y cuando aparecen y nos dicen que algo nos podrán poner para cenar, respiramos tranquilos.

Se nos une el invitado que, en una forma física casi insultante, se ha acercado a Cudillero, 3 Km. ida y vuelta, a tomarse una sidra ya que el pueblo le trae recuerdos agradables de su vida.

El ya “veré que os puedo poner” se traduce en una cena memorable en cantidad, calidad, amabilidad y precio hasta el punto que, por unanimidad, se le vota como templo gastronómico, sucursal Asturias, de Jubiltaldea.

En esta crónica no se cuentan los menús pero en este caso voy a hacer una excepción:
-       Sopa de pescado y marisco.
-       Garbanzos con bacalao.
-       Ensaladilla rusa.
-       Carne guisada.
-       2 raciones de lenguado rellenos que se reparten también.
Los postres normales.

Todos los platos elegidos han tenido sus perolos y fuentes en la mesa con invitación a repetir, si nos quedábamos con hambre, al más puro estilo  Ubidea & Amorrortu.

Para las 10:30 en el hotel.
Mañana preparados a las 7:30.

  
DOMINGO 14 de ABRIL

4ª ETAPA: <>
                   EL PITO – SANTA MARINA


Todo empieza de acuerdo con el horario previsto y después del autodesayuno, a las 8 de la mañana, con un día fresco pero totalmente despejado, iniciamos nuestro caminar.

No ha pasado una hora de andar por carretera cuando las obras de la autopista nos empiezan a afectar creándonos dudas sobre la ruta a seguir. Un camión de esos que van recogiendo la leche al que paramos e interrogamos, nos ayuda y confirma el camino a seguir. Lo que si hemos constatado por haberlo padecido en nuestras piernas es el despiste kilométrico que tiene la gente del lugar. El “estar ahí mismo” ”está cerca” “solo un par de kilómetros” son medidas que en ocasiones superan los 3 o 4 Km. como nada. Y esto cuando ya estás a punto de llegar, duele.

A 13 Km. de la salida llegamos a Soto de Luiña. Son las 11:15 y empieza a hacer calor. Hemos andado por un sendero convertido en torrentera en el que el agua y el barro nos han obligado a estar muy atentos. La falta de cuidado en los caminos y sendas, pese a estar oficialmente señalizados, es un hándicap  sobre todo a principios de temporada.

Paramos en el primer bar que vemos, la “Tasca de Luiso” que por cierto resulta ser de Alango (Algorta) donde nos tomamos una caña y medio bocata de tortilla de jamón además de descansar un rato. Echa pestes del ayuntamiento por no cuidar los caminos y nos aconseja que hasta Cadavedo  vayamos por carretera y a partir de ahí preguntemos.

No sé si por ser domingo o por el tipo de carreteras por las que andamos, lo cierto es que si ayer fue el día de las bicis hoy es el día de las motos y casi todas de gran cilindrada.

Seguimos y tras pasar por Albuerne donde volvemos a ver el mar, todavía un poco lejos, brumoso y a nuestra derecha, entramos en Novellana y como es domingo tomamos el aperitivo en el bar Roxu a 19 Km. de la salida y a escasos 6 de la meta
Como el grupo lento ha llegado más tarde, el guía Alfa reivindica el descanso igualitario así que unos siguen y otros descansan según reglamento. Igualito, igualito que los pilotos de avión.

Para las 3:30 dejando atrás Castañeras llegamos a la pensión Prada en Santa Marina, pequeño núcleo urbano que pertenece a Cudillero.

Como siempre, ducha y tratamiento de ropa únicamente de secado ya que el lavado esta vez lo obviamos porque la señora Rosa nos ha puesto una lavadora.

Hoy ha sido una etapa tirando a corta y sin fuertes desniveles. Como tenemos tiempo, el personal se dedica a descansar e incluso a dormitar o a ver la tele.
En la casa hace más bien fresco producto de la humedad que hay así que cuando a las 6:30 vamos al bar que también ella dirige, le pedimos que por favor dé un calentón a la calefacción.

Con el buen tiempo y el calor empiezan a acompañarnos, como algo habitual, los olores a purines y a las pacas de yerba para el ganado. Estamos en una zona eminentemente ganadera y las campas de forraje están a tope.
De aquí a Ribadeo será la tónica general.

Mientras tomamos una cerveza para hacer tiempo contactamos por primera vez con dos chavales alemanes, forofos del Bayern para más datos, que también están en la pensión y con los que nos encontraremos alguna vez más. Creo que ayer llegaron a El Pito más tarde que nosotros y durmieron en otro edificio perteneciente al hotel al igual que las alemanas.

Cenamos sin grandes pretensiones a las 8.
Para ahora el tiempo se ha cubierto totalmente como para llover. Además a cuenta del viento gallego la temperatura ha bajado algo.

Cenamos para las 8. La cena está bien pero sin grandes pretensiones aunque muy bien atendidos por doña Rosa.

Tras la cena vemos un poco el partido del Athletic-Real Madrid pero, salvo un par de insomnes, el resto nos vamos cuando ya vamos perdiendo 1-0.
Con la calefacción las habitaciones están ya bien y para las 10 de la noche estamos en la cama.  

Hoy nos han caído unos 25 Km. centímetro arriba centímetro abajo.



LUNES 15 de ABRIL

5ª ETAPA: <>
                   SANTA MARINA – LUARCA


El día se presenta gris aunque parece que no ha llovido ni lo está haciendo cuando a las 8 vamos al bar a desayunar.
Hace fresco pero menos que ayer noche.

Arrancamos recién pasadas la 8:30 a buen ritmo y por carretera. En Tablizo, junto a una ermita estamos a las diez menos cuarto. Nos sacamos una foto y aprovechamos para felicitarle coralmente a un jubiltaldeo, cumplidor de años, que suponemos estará en Bilbao porque con eso de los móviles nunca se sabe donde puede estar el interlocutor.

Parece que sí ha llovido un poco esta noche a tenor de los rastros húmedos que quedan marcados en la carretera pero lo cierto es que poco a poco empieza a despejar.
El mar lo vemos a nuestra derecha pero no se puede decir que vayamos por la costa. Todavía está lejos.

En una de las múltiples subidas que también tenemos hoy nos adelanta un donostiarra que parece que va con turbo. Le damos la enhorabuena por la marcha de su equipo y la verdad es que se comporta como un caballero sin hacer sangre con la clasificación del nuestro. No obstante, un jubiltaldeo, para bajarle un poco los humos,  le recuerda los logros en remo.

A las 11:15 tras otra subida nos encontramos, ya con sol a tope, en Cadavedo en el bar “El Casino”. Aquí, tal como nos aconsejaron, preguntamos por la situación de los caminos confirmándonos que están perfectamente transitables.
Nos preparan unos bocatas de bacón con queso que, comidos con verdadera fruición porque están buenísimos, nos proporcionan renovadas fuerzas.

A las 12 se da la orden de reanudar la marcha justo cuando acaba una partida de futbolín a dos en la que Galicia vapulea 5-1 a Euskadi y sin tener la culpa el árbitro.

Pasamos por Fuente Xisco, La Cruz y nos salimos de la carretera  en San Miguel de Canero donde descansamos un rato  junto a la iglesia y el camposanto.
Seguimos ahora por una senda con algo de barro y un poco de sombra para luego entrar en la A-634 donde vemos una señal que nos indica que a Luarca todavía nos quedan unos 10 Km.

Paramos para la foto frente a la playa de la Cueva  y poco después pasamos por Caroyas (ya son las 3 pasadas).
En vez de caminar por una recta interminable nos desviamos por caminos perfectamente transitables y cómodos, gran parte de ellos asfaltados porque sirven de conexión entre núcleos de casas, y a las 4:30 entramos en el hotel “La Colmena” en Luarca a la que hemos accedido por su parte alta con magníficas vistas de su puerto y del pueblo.

El hotel está en la parte baja, muy céntrico.

En el bar del hotel, esperando para reagruparnos a la hora fijada después de realizar las operaciones habituales en los fines de etapa, entablamos conversación con una pareja de ciclistas que, venidos nada menos que de Tejas (ella tejana y el brasileño, ex ciclista profesional de tiempos de Perico Delgado y actual seleccionador del equipo ciclista de Brasil), están haciendo el Camino desde Bayona. Las bicis las han alquilado en Pamplona porque les resulta más barato que traerlas desde U.S.A.

Ambos hablan perfectamente el castellano y el físico que tienen no deja dudas acerca del deporte que practican.


Salimos a dar una vuelta y de paso visitar una farmacia para solucionar escoceduras y antes que nada asegurarnos que mañana podremos desayunar a una hora temprana.

Damos un paseo por el puerto, con brisa fresca, y nos tomamos unas sidriñas en un bar de la zona portuaria para hacer tiempo para la cena que en principio va a ser en “Las Brasas” recomendado por el hotel y no muy lejos de él.

Tras una conversación, el ecónomo consigue que nos den de cenar a una hora prudencial cosa que consigue, además de por su diplomacia, porque 9 bocas, aunque sea en plan menú del día o del peregrino, bien merece la pena hacer un esfuerzo.
Cenamos solos en el comedor, muy bien y francamente bien atendidos.

Nos reímos bastante durante la cena lo que prueba que nos encontramos en buena compañía.

El parte médico dado a las 11 de la noche, hora en que nos vamos a la cama indica que los pies maltrechos progresan adecuadamente y están a punto de recibir el alta.

Mañana a las 7:15 en la puerta del hotel para desayunar a las 7:30.



MARTES 16 de ABRIL

6ª ETAPA: <>
                   LUARCA  – EL FRANCO


Salimos de Luarca a las 8 de la mañana.
Vamos entre calles empinadas hasta un alto donde está situada una iglesia y desde donde se ve todo el pueblo justo al contrario que lo vimos ayer a la entrada.

Parece ser que uno de los jubiltaldeos, no el de siempre, se ha dejado el reloj en el hotel, cosa dudosa porque tras la llamada al mismo no ven nada en la habitación

Andamos por caminos un par de horas incluyendo las obras de la autopista, que tenemos que atravesarlas, afortunadamente sin barro pero con la señalización bastante dudosa. Obras y talas son el terror del montañero o caminante porque inutilizan en gran número de ocasiones toda la señalización existente.

Entramos por poco tiempo, menos mal, en la inefable y conocida A634 con bastante tráfico y algún atasco debido a las obras pero por suerte los indicadores nos vuelven a meter en camino parándonos para agruparnos en una especie de jardín, con fuente, perteneciente o arreglado por una casa situada al otro lado de la senda. Repostamos líquido y picamos algo de fruta y barritas.

Arrancamos a las 11 no sin antes ver  la colocación de una parte del encofrado de un pilar del viaducto de la autopista.

Llegamos a Villapedre, a 13 Km. de la salida y como son casi las 12 paramos en un bar junto a la carretera “abierto las 25 horas” donde además de descansar nos tomamos medio bocata de tortilla de patata ayudado con una caña.

Continuamos por la A-634 en cuyo trayecto saludamos a los dos ciclistas de ayer y con los alemanes que nos adelantan.
Las señales nos sacan de la carretera y en el camino nos encontramos con un riachuelo pequeño pero rodeado de barro obligándonos a hacer equilibrios ayudados por las ramas de la orilla para vadearlo sin embarrarnos y lo que es más importante, sin caernos. Prueba superada.

Cruzamos una campa húmeda y en cuesta y luego varios campos en los que la cosecha pasada hubo maíz para entrar en Navia a la 1:30 donde al cabo de un rato nos reagrupamos todos.

A las 2 arrancamos y mientras el grupo que ha descansado lo suficiente (lo de suficiente es un decir porque con la carga acumulada después de tantas etapas nunca es bastante salvo que la medida sea la justa para poder reemprender la marcha) sigue ruta, el otro se queda a tomar una cerveza con la suerte de que hoy celebran algo relacionado con el pintxo y se ponen morados.

Los 8 Km. que nos quedan los hacemos a buen ritmo estirado por carreteras vecinales y caminos en buen estado, con un sol de justicia y con alguna que otra cuestecita.
Vemos por primera vez una gran cruz de Santiago que marca el Camino pintada de rojo. (a partir de aquí, veremos alguna más).
Terminamos la jornada a las 4:15 en el albergue de peregrinos “El Franco”, a escaso kilómetro y medio de La Caridad.

Los alemanes, que por cierto, uno de ellos va bastante servido de sol, ya han llegado pero  no hace mucho porque todavía no se han duchado.

Ellos, nosotros y un catalán que llega después somos los únicos clientes del albergue y menos mal porque con tres duchas y tres aseos cuando este a tope de sus 32 camas en litera habrá tiros para asearse, lavar la ropa o simplemente ir al baño.
Ponemos la ropa y las botas a la solana, alguno hace algo de colada y hasta las 6:30 en que salimos aprovechamos para holgazanear al sol en los bancos que hay en la trasera del albergue donde existe un pequeño campo de futbol pero que hoy no vamos a practicar.

Recibimos con agrado la noticia de que el reloj perdido ha sido hallado en otro pantalón vaya usted a saber por qué arte de magia.

Vamos paseando al núcleo urbano de La Caridad que pertenece al municipio de El Franco que también tiene un albergue actualmente cerrado.
Tomamos una primera consumición en un bar que no da cenas pero conseguimos que mañana nos dé de desayunar prontito. Le dejamos sin cortezas que las tienen como tapa en el mostrador.
Otro vino en el café España y nos vamos a cenar a Casa Quinto junto con el catalán ya que los alemanes han ido por su cuenta después de hacer un intento, como nosotros, en el primer bar.
Entre otras cosas para cenar destaca un caldo asturiano que gana por mayoría y que dada su composición culinaria todo el mundo está temblando pensando en la noche que nos podemos dar.

Volvemos ya de noche por la carretera que afortunadamente está iluminada y al ser muchos hacemos bulto.

Cuando llegamos al albergue los alemanes, bendita juventud, ya están durmiendo y ni se inmutan ya que, aunque andamos con sumo cuidado, algo de ruido siempre se mete.

Mañana salida del albergue a las 7:15.



MIERCOLES 17 de ABRIL

7ª ETAPA: <>
                   EL FRANCO  – RIBADEO



Salimos del albergue cuando está amaneciendo. Mientras vamos a La Caridad de vez en cuando miramos hacia atrás para ver y fotografiar los primeros rayos de sol. .
El bar ha cumplido y cuando a las 7:30 llegamos ya tenemos preparados los zumos de naranja naturales.

Para las 8, con un día que presumiblemente será fantástico en todos sus aspectos nos ponemos en camino para cubrir la última etapa.

El andar transcurre por caminos de yerba, caminos te tierra apisonada y caminos asfaltados que conectan grupos de casas. Hoy, además de que la etapa es más corta, no tenemos apenas desniveles.

A las 9 salimos del concejo de El Franco y entramos en el de Tapia de Casariego. El paisaje ha cambiado y ya no hay tanto limonero y sí en cambio camelias.

A la altura de Porcia tenemos un momento de duda porque hay dos señales que apuntan rutas distintas, una más corta que la otra que pasa por Tapia. Como vamos en dos grupos separados incluso visualmente, nosotros optamos por seguir a los característicos mojones.
Al poco, una llamada telefónica del grupo, supuestamente en cabeza, nos informa que han tenido un despiste y que vienen detrás de nosotros. Les avisamos de la duplicidad de las señales.
Tras una prudencial espera y otra llamada telefónica se consuma el cisma ya que han optado por la ruta que pasa por Tapia y que nos encontraremos en Ribadeo.

Seguimos por una pista, a veces con sombra, de muy buen pisar. Ahora hay más bosquecillos de pinos que por una vez les ganan a los eucaliptos. No dejamos los olores porque estamos en una zona de campas unas con la yerba segadas y otras a punto de estarlo. Y donde hay campas, hay vacas.

Calculamos que vamos a la velocidad, como casi siempre que andamos por llano, de unos 4 Km./hora.
A las 10:45 pasamos por Brul  (12 Km. desde la salida) pero sufrimos una desilusión porque no tiene bar. En Tol hacemos un intento de comer y beber en una tienda pero el poco sentido comercial de la propietaria solo se le ocurre decirnos que no nos puede dar bocadillos.

Nuestro invitado conecta con el restaurante para conocer menú y precio que es consultado, vía inalámbrica, con el ecónomo que sin dudar ni un segundo da su visto bueno.

En Barres, a unos 4 Km. de la ansiada meta, también sin bar, al menos dentro de nuestra ruta paramos un rato para beber agua y comer el resto de barritas porque son las 12 pasadas. El otro grupo ha tenido más suerte y ha podido celebrar un suculento amaiketako. Nos dicen lo que han gastado como referencia para el nuestro sin saber de nuestra penuria en cuanto a bares se refiere.

Continuamos para Figueres y dentro del pueblo un señor que salía a pasear nos acompaña para atravesar la población por el camino más corto y nos sitúa justo enfilando el puente de 600m. sobre la ría del Eo. Entramos en Galicia y ya cada vez falta menos para llegar a Santiago
El resto del grupo viene pisándonos los talones y después del palizón que se han dado por desobedientes, nos alcanzan cuando, en Ribadeo, nos paramos en un bar a tomar una cerveza y de paso compensar gastos. No se paran a beber nada y siguen camino al hotel.

Nosotros llegamos a las 2. Ducha rápida y una cervecita junto al hotel esperando a estar todos juntos y al restaurante asado La Quinta.

La comida es como se merece el fin del Camino por este año: Un picoteo a base de rabas, jamón, pulpo y croquetas y luego una parrillada de carne o merluza a la plancha como alternativa para dos no carnívoros.
El marisco lo dejamos para cuando lleguemos, si Dios quiere, a Santiago el año que viene.

Después de los postres, el invitado al que previamente habíamos nombrado -a expensas de su ratificación por el pleno de Jubiltaldea- embajador plenipotenciario de nuestro talde en Galicia y parte oeste de Asturias, nos obsequia (nada que ver con el nombramiento) con una queimada en la que participa también la encargada del restaurante y la camarera porque ya solo quedamos nosotros.

Arde muy bien mientras el guía Alfa le el conjuro y realmente, a primera vista, no nos deja muy tocados.
La emotiva despedida del invitado tiene lugar a las 6 de la tarde en que coge el tren para El Ferrol.
Los demás nos quedamos en la plaza, al solcito, tomando un cubata. Cuando se acaba vamos a sellar las credenciales en la oficina de turismo y el ecónomo, conocedor de la zona por un viaje anterior, nos lleva a una típica tasca para tomarnos una jarra de Ribeiro con aceitunas.

Estamos todos muy contentos por las jornadas realizadas felizmente y como todavía es pronto nos damos una vuelta por el puerto y el pueblo.

Cuando oscurece entramos en una pulpería para tomarnos un par de raciones de pulpo con cachelos.

Para las 10, cansados pero satisfechos, nos metemos en el hotel.

Para mañana la orden de retreta fija el desayuno a las 9 con las mochilas ya hechas.

  

JUEVES 18 de ABRIL

EL RETORNO


Desayunamos en el hotel y a las 10 con las mochilas en recepción salimos a dar un paseo y hacer tiempo hasta la hora de salida del autobús.

El día está oscuro y fresco; muy tristón.

Vamos al cargadero que está cerca del albergue (me ha parecido bastante pequeño para la población de Ribadeo), a la capilla y mirador de la Atalaya y recorremos una parte la zona vieja del pueblo observando que hay muchas casas de buen porte pero algunas en estado ruinoso.

A las 12 arranca el autobús y en gran parte del trayecto aparece la lluvia. Entre los sudokus y la peli se va pasando el tiempo y a las 2 nos deja en la estación de autobuses de Oviedo donde nos volverá a recoger (el sigue hasta Gijón y vuelta) en el mismo andén donde nos ha dejado, a las 15:45.

Con el sopor de la comida echamos una siesta, afortunadamente sin ruidos y en LLanes, entre otras muchas paradas, se nos permite bajar para estirar las piernas y de paso tomar algo para dejar a “0” el fondo. Son las 7 y después de pasar por Santander y Laredo aterrizamos en Termibús pasadas, por muy poco, las 8:30.

Luego, en metro, cada uno para su casa.


Esta es una crónica de hechos, no todos porque algo me habré dejado en el tintero pero creo que son suficientes para que cada uno recuerde y le ponga sus propias sensaciones y sentimientos al leerla.

Aquí termino porque como dijo alguien durante el Camino: “la mejor palabra es la que se queda sin decir”