domingo, 10 de abril de 2011

5-4-2011 ARRUGAETA DESDE ZEBERIO

ARRUGAETA 05/04/2011

Hoy nos toca Zeberio, extenso municipio con infinidad de barrios.
El tiempo es extraordinario, algo fresquito a primera hora y no se ve ninguna nube.

Los 12 jubiltaldeos presentes empezamos a andar a la hora habitual, es decir algo pasadas las 10, después de tomar el café en la Herriko taberna de Zubialde donde el alguacil nos provee de un mapa de la zona para, como nos dijo al despedirnos, que no nos perdiéramos ya que luego les tocaba a ellos ir a buscarnos.

Por el barrio de Egia y tras unos metros de camino hormigonado y cómo no, cuesta arriba, entramos en un tramo de yerba alta todavía mojada por el rocío y los primeros signos de barro, todavía no preocupantes. No volveremos a pisar firme con cemento hasta la vuelta
Seguimos luego durante un buen rato, atravesando un frondoso pinar, paralelos a la carretera pero a cierta altura.

El talante del guía alfa y su carácter conciliador propicia decisiones asamblearias en cada cruce de pistas forestales que se resuelven para bien, unas veces con la suerte y otras mandando exploradores.
Tomamos ahora una pista ascendente hasta un cruce de caminos donde hay una señal que nos indica que a Zubialde son 1.200 m. Como ha pasado casi una hora desde que hemos empezado a andar todo hace suponer que no hemos llegado hasta aquí por el camino correcto.

Cambiamos el pino por el eucalipto pero no dejamos para nada el barro y los charcos, algunos de profundidad difícilmente estimable porque no se ve fondo, que hacen que su vadeo sea un ejercicio de equilibrio y pericia para poner el pie en el lugar oportuno.
A las doce menos cuarto estamos en lo que podríamos llamar un collado al que hemos llegado después de subir un fuerte y largo repecho con barro arcilloso y roca bastante resbaladiza que hace que el personal vaya silenciando poco a poco sus conversaciones.

Atravesamos un precioso bosque de hayas trasmochas que todavía no han empezado a brotar y, dejando a nuestra derecha el Untzueta, seguimos ruta hasta el Arrugaeta (672 m.) a donde llegamos un cuarto de hora después del ángelus.
Hoy el amaiketako es sencillo, sin extras. No hace ni gota de viento y la clase de orografía es amplia porque desde donde estamos se ve casi todo.

La pérdida de una prenda, que es rápidamente localizada por su dueño, con la disposición del grupo a ayudarle en su búsqueda, suscita algunos mimos y celos particulares al comparar la apatía que tuvo lugar cuando en el Mampodre perdió su navaja y no se movió nadie. Después de explicarle pacientemente que no es lo mismo bajar cuarenta metros que subir 300 y luego volverlos a bajar, el asunto queda zanjado.

A las 12,30 iniciamos el regreso por un camino diferente que nos evita la pendiente del tramo de la zona resbaladiza pero que no nos salva de los barros y charcos que en diferentes tramos siguen apareciendo. Así llegamos después de un descenso continuo al nivel del erreka Egía que nos acompañará con su murmullo hasta donde hemos dejado los coches.

Son las 2 del mediodía y el calor se nota. Nos adecentamos, nos desbarramos las botas y nos tomamos el vinito a cuenta y en honor de uno de los jubiltaldeos que a pesar de la edad alcanzada mantiene intacta su forma física y su lozanía.

Comemos en la Herriko Taberna, bien atendidos y amablemente tratados pero sin mucha variación gastronómica. El tema durante la comida y la sobremesa versa, naturalmente, sobre la semana del Camino de Santiago que el lunes día 11 comienza. Los flecos quedan, creo yo, aclarados pero se repasan tomando unos chupitos al aire libre para que los fumadores disfruten, aire libre cálido pese a estar bajo la sombra de un toldo. Y así charlando nos da la hora de iniciar el regreso a casa.
Llegamos, según distancia y calculando una media aritmética, hacia las 6 de la tarde.

En Algorta se escribe esta crónica de urgencia por nuestro enviado especial a Zaberio, el 6 de Abril de 2011.

domingo, 3 de abril de 2011

29-3-2011 ERETZA DESDE GÜEÑES

ERETZA 29/03/2011

Gueñes 9,30. El día está algo nublado, sin viento, con temperatura agradable y predicciones optimistas.

Los 11 jubiltaldeos que hoy nos juntamos, tras tomar el café en el batzoki, vamos en los coches por la carretera a Galdames dejándolos en un amplio arcén para empezar a andar a las 10,10 de la mañana.

Subimos por una pista de hormigón con pendiente bastante exigente, sobre todo cogida así en frío, que nos lleva hasta Amabiskar Bekoa.

Los valles que, al principio los tenemos a nuestras espaldas, están cubiertos de neblina que poco a poco va subiendo por las laderas.

Tomamos un camino sombrío, casi sin cuestas pero con abundante barro blando que a veces nos obliga a ir bordeándolo por los laterales con bastante zarza y que, aún así todo, nos pone perdidos. Pasado este trance salimos a la pista que baja hacia Amabiskar Goikoa y que conecta con la carretera donde están los coches.

Un lugareño con ganas de hablar nos confirma la ruta a seguir e incluso se ofrece llevarles en su vehículo a los dos jubiltaldeos que más han resistido. Se notaba que tenía ganas de hablar con alguien.

Entramos ahora en una zona de pendiente escalonada con camino estrecho, bastante zarza y helechos secos de la pasada temporada. Atravesamos la pista de servicio para la construcción de las torres eléctricas hoy ya condenadas al desmantelamiento y seguimos por un camino similar hasta alcanzar una especie de collado dirección noroeste – sureste.

Aquí dos jubiltaldeos, por cuestiones estrictamente técnicas, se separan del grupo para subir al Luxar y el resto, después de pasar junto al refugio, continuamos por una zona de campas de yerba corta preludio de que nos falta poco pero duro.
Primero nos toca una cuesta de tamaño natural dejando a nuestra derecha un bosquecillo de pinos, luego nos viene una especie de descansillo, esta vez con otro bosquecillo pero a la derecha que nos sirve para coger fuerzas y así salvar las dos rampas que todavía nos quedan, la del final sin pinos, para llegar, a eso de las 12,10 a la cumbre del Eretza (871 m.).

Hay alguna nube pero predominan los ratos de sol es decir, nubosidad variable.

Las vistas son fenomenales aunque algunos montes, de la vertiente sur, todavía no se han despegado de sus nubes. El amaiketako hoy lleva en el menú un refuerzo a base de membrillo casero que roza la excelencia. Esto suena, si, a cierto pelotillerismo pero no importa siempre y cuando sirva para que se repita.
Al estar expuestos al viento hace bastante fresco así que para las 12,25 iniciamos el descenso por las mismas campas pero al llegar al refugio giramos a la derecha para tomar la senda de los Galdameses que viene de El Regato.

No sabemos si no hemos visto otra salida pero lo cierto es que se nos hace un poco larga la bajada, incluido algún que otro repecho, hasta conectar con los otros dos jubiltaldeos.

Ya todos juntos, seguimos ruta pasando por Illeta, donde se encuentra la ermita de S. Cosme y S. Damián, que vemos desde la pista porque andamos justos de tiempo y posteriormente por Amabiskar Goikoa. De aquí, salimos a la carretera para llegar a los coches a las 2,15.

A las tres de la tarde nos sentamos, después del vinito, en el Katay que está justo enfrente de Muebles Vizcaya. Comemos, se puede decir que bien y con larga sobremesa concretando, si a eso se le puede llamar concretar, aspectos varios de las etapas del Camino de Santiago que algunos van a recorrer la semana del 11 al 16 de Abril. Quedan algunos flecos pero todo parece indicar que tres chóferes samaritanos llevarán el personal hasta Noja para completar la primera etapa Noja-Santander con comida de hermandad en Somo donde previamente habrá sido reservada mesa por los tripulantes de la lanzadera que saldrá de costa rica y que servirá también para devolver los conductores-no- peregrinos a sus coches.
En cualquier caso nos queda el martes de la semana que viene, que por cierto tiene toda la pinta de que nos va a hacer bueno, para puntualizar todo lo puntualizable.

Pasadas las 4 damos por finalizada la jornada, calificada unánimemente de monte NO garrafonero, y unos por la carretera antigua y otros por la autovía llegamos a casa sin contratiempos.


Se termina de escribir esta crónica en Algorta a 31 de Marzo de 2011.