jueves, 18 de junio de 2015

16-6-2015 ARIMEKORTA

ARIMEKORTA
16/06/2015












Alto de Barázar a las 9:30. Objetivo: El Arimekorta. Tiempo dudoso hasta el punto de que todo el trayecto desde casa lo hemos hecho lloviendo en plan sirimiri, a veces serio.
Nos juntamos 10 (1+9) animosos jubiltaldeos, número que sin duda facilitará las cuentas al ecónomo suplente, que por cierto, lleva ya varias salidas haciéndolo con notable diligencia y acierto (excepto en lo de la loto como el oficial).


Después del café nos vamos a Ubidea donde dejamos los coches y, con el paraguas en ristre, empezamos a andar pasados unos minutos de las diez porque preferimos asegurarnos de que nuestro restaurante-templo esté abierto y reservar de paso.


Como parece que hoy el asunto es suave hay quienes van sin mochila lo que a uno de los jubiltaldeos le parece fatal ya que es como “ir a una boda en bermudas” (sic).


Circulamos alegremente por carretera asfaltada bajo una bóveda de árboles que engaña respecto al sirimiri. Al cabo de media hora se nos acaba la carretera, más o menos a la altura de unos cobertizos para caballos, y pasamos a otra pista igualmente buena pero sin asfalto.


Llegamos al parquin de Undabe, al que le da el nombre el rumoroso riachuelo (también conocido por Zubixola) que nos acompañará un buen rato, siempre a nuestra izquierda y que por estas fechas va bien de agua.
La pista se asilvestra un poco y ya, hasta las campas que rodean la cumbre, andamos sobre piedra apisonada, hormigón en alguna cuesta y piedra más gorda, suelta, que dificulta algo el andar. Dos de los asistentes recuerdan este piso en el camino del Ebro que tanto daño les hizo. De barro, nada de nada


Atravesamos un frondoso bosque de cipreses lawson, tan tupido que parecía de noche. La luz es tan escasa que el suelo no tiene ni una brizna de yerba verde.


Realmente todo el trayecto lo hacemos rodeados de una gran y variada vegetación, abetos, alerces, hayas, robles y, llegando al final, hayas trasmochas (foto).


A las 12 llegamos arriba pero el viento y la niebla nos hacen cobijarnos al socaire de la cabaña Gure Ametza de donde sale un olor a panceta asada que nos abre enormemente el apetito y hace que el amaiketako, a base de fruta y un par de nueces, sea relegado a un segundo plano.


Hacia las 12:30 iniciamos, ya sin paraguas, el descenso por el mismo camino que hemos traído, con los mismos árboles y mismas piedras pero con algunos ratos de resol porque ya se han empezado a abrir grandes claros.
Al estar más relajados, hay recolección de fresas silvestres pero con menos sabor que la semana pasada porque estaban más aguadas por los últimos chubascos.


Después de hora y media de suave descenso llegamos a los coches. Nos cambiamos y nos vamos al batzoki a tomar un refrigerio, a escote, hasta la hora de comer prevista para las tres menos cuarto.


El recibimiento de Josune, es el preámbulo de “saca lo que quieras” que se resume en unos puerros en vinagreta para calentar el estómago, patatas con bacalao, alubias completas y sopa de pescado. De segundos, unos pimientos rellenos para degustar,
bacalao a la Vizcaína y carrillera con hongos. Todo el conjunto le hace, al restaurante, ser acreedor de la renovación de la categoría por un año más.


Entre la comida y la sobremesa se comenta algo de la clásica, la verdad es que no mucho porque el mandamás de la misma no ha previsto nada que la haga distinguirse de la edición anterior.
También se hace una encuesta respecto a las preferencias para ir a las convivencias en Setiembre. Al final queda como opción preferente la del valle de Salazar, en la zona de Otxagavía. Hay también una propuesta, no hace falta decir de quien, para hacer una excursión (hacia el mes de Octubre) a Soria con el propósito de coger setas.
Cuando el quesero, previamente avisado, nos trae los quesos para llevar, levantamos el campo y nos vamos para casa.


Se ha escrito esta crónica en Algorta en días de zozobra por la posibilidad, cada vez más grande, de que Grecia salga del euro

lunes, 15 de junio de 2015

9-6-2015 MUGARRA (INTENTO)

INTENTO DEL MUGARRA
09/06/2015

Con tiempo gris, buena temperatura y circulación fluida, nos reunimos 7 jubiltaldeos y dos coches en la Erriko Taberna de Mañaria para tomar el café.
Dejamos los coches en la misma plaza y empezamos a andar antes de que den las 10, con media hora de adelanto sobre la hora prevista.

Elegimos, por indicación del guía Beta, la ruta que marca una duración hasta el Mugarra de una hora y cincuenta minutos. Como casi siempre, el inicio es cuesta arriba y en algunos momentos con pendientes que animan a guardar silencio para conservar las fuerzas.
La pista es asfaltada que va recorriendo los diferentes caseríos hasta que estos se acaban y en consecuencia también se acaba el asfalto y entramos en pista. Pronto se nos acaba tanto la seguridad de que de que seguimos andando por donde deberíamos de ir como el pisar por donde vamos. El barro, el estrechamiento del camino y la maleza hacen su aparición al mismo tiempo que se van acrecentando nuestras dudas que se manifiestan en voz alta.

Seguimos con fe inquebrantable, entre otros motivos porque no vemos ninguna desviación y por lo menos seguimos subiendo, hasta que finalmente encontramos una amplia pista, apta para vehículos de cuatro ruedas, que sin parar de subir unas buenas rampas nos deja, aproximadamente a las 11:00 en el collado Magarrikolanda donde un poste nos indica amablemente que nos quedan 900 metros hasta la cumbre que está totalmente cubierta por la niebla, niebla que, por momentos, se va incrementando.

Celebramos un conciliábulo y por unanimidad pero, con pena, decidimos no meternos en berenjenales impropios de nuestra edad y seguir un rato más por la pista de tierra y piedra hasta la hora del amaiketako.

Lo tomamos en un claro, rodeados de unas imponentes hayas trasmochas, algunas de las cuales están protegiendo un muy bien construido aprisco de madera que por su tamaño es más para caballos o vacas (que hemos visto bastantes) que para ovejas.

Sin dar las 12 comenzamos a descender siguiendo la pista que, después de liberarnos del barro, nos ha llevado hasta el collado. La pendiente también es seria y al tener piedrilla suelta requiere ciertas atenciones para no resbalar.
Seguimos por ella en constante descenso sin apenas trozos llanos. Para ahora ha salido tímidamente el sol y poco a poco se va apareciendo nuestro objetivo en todo su esplendor.

Continuamos bajando con fuertes quejas de las rodillas y a pocos minutos para la 1 llegamos a los coches. Otro poste nos informa que hemos utilizado una segunda vía para ir al Mugarra en la que el tiempo previsto es de una hora y diez minutos y ¡ojo! sin barro.
Para el segundo intento, que lo habrá, ya hemos aprendido.

Como es pronto, tomamos un vino en la Herriko cómodamente sentados y a continuación nos vamos a Lemona donde tenemos reservada una mesa en el Amorrortu.
Otro bebercio y al comedor. Para no repetir lo que siempre decimos del Amorrortu baste confirmar que el trato y el condumio son los habituales de este templo gastronómico.

Hoy, además, da la casualidad de que todos vamos con la camiseta oficial lo que nos produce un sentimiento de pertenencia a Jubiltaldea.

En la comida se comenta que la clásica será d.m. el jueves 9 de Julio dándose poderes al organizador oficial y estratega de este evento para que haga la oportuna convocatoria y así saber el número de asistentes y el medio de transporte que desean utilizar para que, como otras veces, el conseguidor saque los billetes para los que vayamos en autobús.
También tenemos un recuerdo para Ubidea y hacer algún monte por la zona de manera que se pudiese comer allí por ejemplo el próximo martes si el tiempo acompaña y no caen chuzos de punta.

Como hoy vamos con media hora de adelanto, para las 5 estamos en casa.

Se ha escrito esta crónica en Algorta a pocos días de conformarse los nuevos ayuntamientos surgidos de las urnas.

martes, 2 de junio de 2015

2-6-2015 VUELTA A URDAIBAI: ASTORKIGANA-ASTOGANA Y VUELTA

VUELTA A URBAIBAI: ASTORKIGANA-ASTOGANA Y VUELTA
Subiendo por las pistas de tala al altozano

El Kanpona entre la niebla

Un alto en la subida

Después de Ganbe camino hacia la pista al Oiz

En la pista hacia el Oiz

Fuente camuflada entre la maleza

Hamaiketako

Vinito en Txori taberna

Hoy con bastantes bajas, nos reunimos en el restop de Amorebieta 6 (5+1) jubiltaldeos y después del cafecito de rigor nos dirigimos al alto de Astorkigana, en Munitibar, donde prácticamente acabamos el pasado martes al intentar coronar el Kanpona, justo en la vertical de Astorkigana.
Comenzamos el camino por pista de cemento pero a la altura del caserío Kurtze nos desviamos para tomar unas pistas que han sufrido los embates de los camiones de tala y por tanto tienen bastante barro. Después de coronar un pequeño altozano un poco a la brava bajamos a la carretera por la que habíamos pasado en coche, al paraje de Ganbe,  ya conocido de la ruta del Vino y del Pescado, y de triste recuerdo por el accidente de avión de hace ya bastantes años y que sucedió en esta zona. Enfilamos hacia la pista asfaltada al Oiz y después de subir un trecho, en las faltas del Astogana y ante la desviación que tenemos que tomar y a la vista del tiempo transcurrido, decidimos comer la manzana y volvemos sobre nuestros pasos.
En esta ocasión el altozano de la ida lo tomamos por otra vía más sencilla y para las 13,30 estamos de vuelta en los coches. El barro a la vuelta a sido sensiblemente menor.
Bajamos a Munitibar y el restaurante Sindikatu, que habíamos visto a la mañana al pasar, nos acoge para comer y tomar un primer vino-cerveza, que con el calor que hace entra estupendamente. Nos da tiempo a tomar otra ronda en la Txori taberna próxima, esta vez invitados por un jubiltadeo que recientemente ha cumplido años. El menú abundante consiste en ensalada, de aperitivo, lentejas con sus sacramentos de primero y revuelto de setas, filete o chuleta de cerdo de segundo. Los postres caseros una delicia, arroz con leche, tarta de manzana, la consabida fruta y el helado.
Después de una animada tertulia con varios temas sobre la mesa, hacia las 4,30 retornamos a nuestros orígenes.

Algorta, 2-6-2015

lunes, 1 de junio de 2015

26-5-2015 VUELTA A URDAIBAI: NABARNIZ-KANPONA Y VUELTA

VUELTA A URDAIBAI
DE NABARNIZ A NABARNIZ
26/05/2015









Con tiempo amenazando lluvia y con predicciones que piensan lo mismo pero solo a partir de las 12 del mediodía, 9 (+8) jubiltaldeos nos animamos a seguir con la vuelta a Urdaibai


Así pues, como la última vez llegamos a Nabarniz, de aquí partimos a las 10 después de tomar el café en un bar un tanto friki en cuanto al ¿camarero? que nos atiende pero con precios de la Gran Vía.


El trayecto empieza con un kilómetro más o menos por la carretera Nabarniz-Gernika hasta coger un desvío a la izquierda en el que tenemos un trecho importante de subida con piso elegante de hormigón.
Pasamos por el caserío Arrola Bekoa y dejamos a nuestra derecha el Arrola (537m.) con la intención, si andamos bien de tiempo, de subirlo a la vuelta.
Hemos andado una hora de sube y baja y se supone que hacemos cumbre en el Elbitzuaga (458m.) y digo suponemos porque no hay nada que lo identifique.


Poco a poco la senda hasta el otro de los montes, incluido en la ruta de hoy, se va haciendo más complicada por el barro ya que gran parte del camino ha sido utilizado para alguna carrera reciente de motocross y está bastante impracticable. Además seguimos con las subidas y bajadas en plan tobogán.
Dentro de poco van a ser las 12 pero los que van de avanzadilla retroceden ante el estado en que se encuentra el camino. No llegamos al Kanpona (504m.) por muy poco.
Procedemos al amaiketako, como siempre frugal, cuando empiezan a caer unas gotas de lluvia.
De repente, se oye un ruido y un ay! desgarrador. Miramos y vemos a uno de los nuestros, separado del grupo un par de metros, que se echa las manos a la cabeza y acierta a balbucear que se le ha caído una rama. La herida la tiene más o menos a la altura de la coronilla y sangra abundantemente. Afortunadamente no ha perdido el conocimiento y permanece sereno lo que facilita, al jubiltaldeo que está especializado en cura de ampollas y que ahora actúa de enfermero, a parar la hemorragia aplicando kleenex.
Por último se procede a consolidar la cura con una venda y una gasa procedentes del botiquín de la mochila nodriza.


Bueno, al final todo ha quedado en un susto (si la rama hubiese caído de punta y dada su entidad podía haber sido otra cosa). El herido no sangra, no ha visto mermadas sus capacidades motrices y mentales y nadie se ha desmayado al ver la sangre.


La lluvia poco a poco va aumentando así que levantamos el campamento y nos vamos de vuelta a Nabarniz por otro camino que, creemos, nos evita unos desniveles cortos pero intensos en los que la bajada podría ser peligrosa ya que la subida ha sido complicada.
No nos libramos del circuito de motos y seguimos inmersos en el barro y encima con el paraguas porque la lluvia ya ha dejado de ser unas chispitas de nada.
Hay un momento en que técnicamente nos podemos considerar perdidos pero no desorientados y gracias a la sangre fría del guía y a su GPS por fin damos con la pista que hemos utilizado a la ida, libre de barro y poco a poco, pero seguros de que hoy comemos, llegamos a la carretera.
De subir al Arrola, ni se menciona.

El kilómetro que andamos por ella sirve para limpiar algo las botas y a las 2:15 estamos cambiándonos junto a los coches. A las 2, tal como estaba previsto, ha dejado de llover.


Comemos en el Nabarniz jatetxea. Mientras nos ponen la mesa nos tomamos el refrigerio por invitación de un jubiltaldeo que cumple los años fuera de temporada y que consciente y sabedor de los usos y costumbres, pese a no ser socio fundador, paga la consumición. ¡Larga vida compañero!


Tenemos como único primero unas extraordinarias alubias (excepcionalmente dos comen ensalada) y como único segundo carne empanada con patatas fritas caseras. Los postres, también de la casa, es lo único que podemos elegir según gustos. Sin rechistar porque es lo que la señora nos ha traído para comer y casi como justificándose. Amabilidad, buenas raciones y bien condimentadas. La menestra de verduras, plato rey de la casa, no entraba en el menú.


Para las 4:30 salimos para nuestras bases y para las 6, yo que soy el último que se baja del coche, ya estoy lavando las botas.


Escrita esta crónica en Algorta a tres días de jugarse la final de copa que quien sabe si los chicos nos darán una alegría. ¡¡AUPA ATHLETIC!!