miércoles, 30 de diciembre de 2009

29-12-09 BELATXIKIETA

CRONICA BELATXIKIETA

29 de Diciembre de 2009


Ni los mas contradictorios pronósticos ni las adversas condiciones climatológicas encontradas en el lugar previsto para el inicio de la ascensión programada, han conseguido que el día de hoy se frustre para los componentes del grupo.

La cita en el bar de la autopista en Altube a las 9:00 am. da lugar al encuentro de nueve fieles montañeros para degustar el café mañanero y a la vez comprobar que el tiempo nos quiere jugar una mala pasada.

Tras un rato de reflexión se decide la aproximación al pueblo de Zarate, ya en tierras de Araba, en las estribaciones de Gorbeia, alto al que en principio está programada la salida de hoy.

A medida que nos aproximamos al citado lugar la lluvia arrecia aunque la temperatura no parece demasiado baja.

Llegados al pueblo, junto al hermoso lavadero de forma cuadrada, cubierto y sostenido por viejas vigas, mantenemos un pequeño debate sobre la conveniencia de atacar las rampas del monte, ya que la pertinaz lluvia (que diría un anterior cronista) no parece que tenga trazas de amainar (que diría un marino de pro).

Vista la situación se decide derivar hacia Ubidea, lugar siempre apreciado, y allí decidir el rumbo a tomar, posiblemente al Eniabe, ya que se considera que el acceder al Gorbeia puede ser duro y desagradable al tratarse de camino de larga duración, no menos de 4,30 hs., por el barro y la humedad reinante.

En el camino hacia el primer pueblo en tierra bizkaina, la lluvia arrecia y se hace mas intensa, de forma que tras aparcar lo coches en el pueblo, reunidos bajo los arcos del ayuntamiento, se decide “abortar” la salida de hoy, con pena de todos los presentes pero asumiendo responsablemente esa decisión.

Iniciado el descenso desde las tierras altas en el sur, hacia las bajas del norte, la lluvia cesa de pronto y en la lejanía se aprecia la claridad en el cielo y un aparente buen tiempo.

La sorpresa por el cambio (de tiempo) hace que uno de los componentes decida proponer al resto, vía teléfono, la posibilidad de acudir a otro destino en el camino que llevamos, a la vista de que parece que el tiempo es mas agradable.

Tras algunas deliberaciones, no demasiadas dado el conocimiento montañero del grupo, se decide por el Belatxikieta, al que podemos acceder desde Lemona, pueblo en el camino que llevamos y al que en pocos minutos accedemos, contando con la ventaja de que en el está ubicado uno de los “templos culinarios” de Jubiltaldea, el “Amorrortu”.

Tras pasar por la nueva y recién inaugurada variante de Igorre, accedemos al punto donde dejaremos aparcados los coches, tratando de no molestar a los caseríos que forman este barrio llamado Gandarias.

Pertrechados con las prendas de monte iniciamos la ascensión aun a buena hora por camino cementado y ya conocido de ocasiones anteriores por haber transitado por él en alguna salida anterior.
Sin lluvia que moleste, temperatura del orden de 16 grados, en poco rato llegamos a las casas/cuadras que hay a media ladera en cuyos alrededores pastan todo tipo de animales, desde cabras hasta vacas, acompañados por los ladridos de los perros de razas indefinidas y mil padres, que avisan de nuestra presencia.

Desde este punto en un cruce de caminos, un cartel nos indica que hasta la cima de 662 m. se tarda 15 minutos. Suponemos que será cosa de algún montañero fantasma porque a nosotros nos lleva bastante más, quizá debido al barro que hay y a que vamos campa a través.

Llegados a la cima del Belatxikieta apreciamos que el viento desagradable justo nos permitirá sacar la foto-testimonio. En poco rato buscamos el socaire junto a una mesa donde reponer fuerzas.

La buena idea de un partícipe nos permite degustar un ardiente y reconfortante caldo de ¿? (eso lo sabrá el cocinillas) acompañado por picatostes y algo de queso; con el caldo brindamos, atacamos unas delicias típicas de estas fechas, además de las consabidas manzanas y frutos secos que no faltan en nuestras salidas

Al poco rato iniciamos la bajada, al principio entre el barro originado por los diversos vehículos que acceden a las labores de tala, hasta llegar a la pista de cemento.

Una vez en los coches, cambiados de ropa, de nuevo sin colonias que invadan nuestro olfato, nos dirigimos al Amorrortu, ya avisado, parando previamente en el Batzoki de Lemoa, donde degustamos los vinos/txakolis y almendrucos y donde dejamos los coches.

Vamos andando hasta el restaurante donde la mesa está preparada y sin mas tardanza nos sentamos a ella, siendo en pocos minutos atendidos por la activa mujer del lugar que no nos da posibilidad de pedir la comida sino que de motu propio nos obsequia con una hermosa fuente de garbanzos con berza de aspecto indescriptible, un bol de alubias de olor inigualable y otro de vainas con patatas, caldosas.

Una vez dada cuenta de lo ofrecido cuesta poner en orden la categoría de los manjares porque cada cual supera al anterior.

Continuamos con variedad de segundos platos, acompañados por “patatas fritas de las de casa”, que obtienen nota alta.

Rematamos con un flan “casero total” para ocho comensales, y los cafés y txupitos de rigor.

La comida ha sido del nivel esperado y con satisfacción debatimos los varios puntos de actualidad que tocan, para a buena hora dirigirnos en los coches a nuestros lugares de residencia.

Ante la ausencia del Cronista Titular, del Cronista Suplente y puesto que tampoco hoy nadie se ofrece voluntario, escribo esta en

Berango a 29 de Diciembre de 2009

martes, 22 de diciembre de 2009

22-12-09 PLENTZIA-ARMINZA

CRONICA PLENTZIA – ARMINTZA, POR EL ERMUA

22 de Diciembre de 2009


Se va acercando el fin del año 2009 y a pesar de estar en época de gran actividad por las labores típicas de estas fechas, algunos seguimos impertérritos al desaliento con nuestra más importante devoción de los martes: Jubiltaldea y al monte.

Por ello nos hemos citado en Plentzia, llamada La Gallarda, a hora prudencial para, tras tomar el preceptivo café, iniciar el recorrido de hoy.

Por el paseo que discurre desde el puente sobre la ría, en dirección al mar iniciamos la andadura no sin observar con aprensión el cielo encapotado; suavemente empieza a llover aunque no parece que sea demasiado grave.

Algunos han optado por pertrecharse de polainas pensando en las posibles zonas embarradas de la subida del Monte Ermua, ya que uno de los ausentes, nativo de la zona, así nos amenazó.

En pocos minutos, con una pequeña desviación del grupo delantero, con ritmo alegre, nos encontramos en el Municipio de Gorliz, atravesando el nuevo paseo que bordea la playa del mismo nombre, y comentando/criticando/admirando las obras realizadas, aun a falta de remate.

Se observa desde esta posición la maquinaria de las obras que se realizan en la orilla de la ría correspondiente a Barrika, pero nadie es capaz de saber en que consisten puesto que alguno comenta “serán los nuevos pantalanes”, otro que “estarán reforzando el contramuelle”. En resumidas cuentas, el tiempo lo dirá.

Como al parecer el acceso en dirección al Cabo Billano por la subida de Astondo puede tener problemas de tipo técnico, optamos por el camino de la granja de la BFA/DFB.

Al poco de iniciar este tramo, nos sorprende una llamada de teléfono en la que nos anuncian que hemos sido agraciados con un premio de la lotería que se está celebrando.

El premio es de escasa cantidad, pero nos alegramos y no nos importa, porque seguro que a otros les hará mas falta.

Poco a poco nos acercamos al Faro del Cabo Billano, lugar que a algunos les trae recuerdos de “milis” pasadas en este lugar que aun conserva la batería de costa y los bunker de observación, aunque en estado un tanto perjudicado.

Tras un pequeño esfuerzo llegamos a lo alto del promontorio desde donde observamos el mar, calmado en este momento, y el panorama que desde aquí se aprecia. Al poco rato, tras cruzar una hermosa campa verde, iniciamos la subida a la que será la mayor altura del día, de poco más de doscientos metros, el Monte Ermua.

Como tampoco hoy ha venido el responsable de audiovisuales, y nadie se ha acordado de traer máquina de fotos (solo la funda), con un teléfono móvil hemos dejado registro de nuestra presencia aquí.

Al llegar a lo alto se han consumido las manzanas y frutos secos y en poco rato se inicia el descenso en dirección a Armintza, por camino que todos conocemos de anteriores salidas.

Como el exceso de confianza es mala consejera, erramos en una desviación la ruta a seguir y nos metemos en zona embarrada aunque al ser la dirección adecuada, decidimos continuar.

Puede que al final la suerte se alíe con nosotros ya que por el otro camino se está realizando una tala de árboles y los inmensos camiones y tractores utilizados habrán destrozado la senda.

Llegados a la entrada de Armintza, observamos las obras que están realizando también aquí, en la carretera de entrada.

En el puerto de este pequeño pueblo, conocido por su excelente pescado, procedemos a aligerar las botas de barro y en el bar reparamos con unos caldos y vinos las fuerzas que a decir verdad hoy poco hemos gastado.

Hacemos tiempo hasta la hora que tomaremos el bus para dirigirnos a Plentzia, lugar en el que nos hemos citado con el antiguo cronista titular de este grupo que se ha animado a comer con nosotros.

Ha empezado a llover con cierta insistencia pero no nos causa problemas ya que el bus nos recoge bajo cubierto y nos llevará al lugar de destino sin mayores mojaduras.

Ya en Plentzia, después de un vino y los almendrucos de rigor, nos disponemos a comer en un restaurante de confianza, que según vemos en la carta, sirve entre otras delicias garbanzos y berza, lo que a alguno le produce especial alegría.

En poco tiempo el comedor se llena de comensales, contando entre ellos a un conocido y afamado deportista, lo que entendemos es señal de que la elección del establecimiento ha sido correcta.

Tras la comida digna se procede a la entrega y firma del libro de crónicas de Jubiltaldea a los que avisaron de su asistencia.

Poco después iniciamos la retirada hacia el tren que nos llevará cómodamente hasta nuestros lugares de residencia.

Ante la ausencia del Cronista Titular (en la expedición), del Cronista Suplente y puesto que tampoco hoy nadie se ofrece voluntario, escribo esta en

Berango a 22 de Diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

10-12-09 HACIA EL BURGUEÑO

CRONICA BURGUEÑO (Inconcluso)

10 de Diciembre de 2009

NO.

Hoy ni es martes, ni tenemos guía titular, ni cronista titular, ni encargado de audiovisuales titular ni suplente ni nada; todo consecuencia de que al haber sido festivo el martes, hemos trasladado al jueves la salida semanal.

Pese a todos los avatares nos hemos citado en La Escrita, sito en el Valle de Trucios, islote cántabro en el interior de Bizkaia.

Con relativa puntualidad por parte del grupo de la capital, que no perdonan el café aunque tengan que dar la vuelta al mundo al desconocer la ubicación de los bares esta zona, mas o menos a las 9:30 hs. nos encontramos en el lugar de cita, rodeados por trabajadores que se dedican con sus camiones y maquinaria a recolectar los frutos del bosque, que en este caso no son moras y endrinas, sino árboles (eucaliptos) destinados a las fábricas de papel (eso creemos).

Nos ponemos en marcha por una pista asfaltada que en suave ascenso se va adentrando en zona boscosa, una vez dejado atrás la maquinaria que corta, pela y deja apilados los troncos, y sus ruidos molestos.

Llegados con facilidad y sin dudas a un cruce de varios caminos tenemos nuestra meta al frente, por lo que estimamos que no habrá problemas en llegar a su cima; al poco empezamos a dudar por el camino a seguir.

Ante la falta de señales de cualquier tipo, estimamos que “por la izquierda” rodeando la ladera nos aproximaremos mas fácil.

Como no podía ser de otro modo erramos en nuestra decisión, ya que al poco rato seguimos por una especie de senda que nos lleva a zonas húmedas y claramente (o no) erradas, por lo que no nos queda más remedio que retroceder.

Seguimos sin marcas. Nos adentramos en una zona boscosa que al principio es bastante clara lo que nos permite avanzar con relativa facilidad. Al poco se empieza a espesar la vegetación y hacen su aparición las matas con pinchos, cerradas e intrincadas que dificultan el avance; no queda mas remedio que seguir adelante ya que la dirección es adecuada, y el guía (quien le habrá nombrado) sigue por delante y cuesta arriba, sin sendas claras salvo lo dejado por animales no humanos.

Tras dejar algunos rastros de sangre vemos en un par de árboles unas flechas que indican el ¿camino? a seguir si bien nos dan poca confianza.

Tras algunos desgarrones, arañazos y después de sortear innumerables zonas fangosas, salimos a monte abierto (sin vegetación) lo que nos tranquiliza pero a la vez nos frustra, ya que por el tiempo que llevamos, no podremos hacer cumbre según lo previsto, si es que queremos llegar a comer, lo cual parece imprescindible en este grupo.

Hay alguna tímida propuesta en el sentido de llegar a la cumbre aunque se quede la comida pospuesta o sustituida por una merienda, pero no tiene éxito.

Decidido iniciar el regreso, descansamos y reponemos fuerzas en el lugar llamado Cabañas de Ribacoba, con vista cercana a la cumbre del Burgueño.

Confundimos el nombre de este lugar (Ribacoba) con otro en la provincia de Zamora, en el Camino de la Via de la Plata, ya que aquel es el Pantano de Ricobayo.

Iniciamos el regreso cresteando hasta el lugar donde nos hemos equivocado de camino y dejamos marcado el punto para futuros excursionistas, descendiendo por camino cómodo hasta donde los coches nos esperan entre maquinaria inactiva puesto que los trabajadores estarán comiendo.

Adecentados en nuestras ropas, secados los sudores, y sin colonias que nos inunden, (se nota quién no ha venido) nos aproximamos a Villaverde de Trucios, donde conocemos un lugar en el que poder comer y descansar, no sin antes tomar el apreciado vino/txakoli al que uno de los asistentes invita para celebrar su cumple (le ha salido barato ya que solo estamos seis). También nos han tocado a más avellanas por cabeza.

Sentados a la mesa del Rte. Calera (Tno. 94.680.90.76), nos disponemos a escuchar lo que nos ofrece una amable señorita que por su acento al hablar, y porque se lo preguntamos, nos informa que es de procedencia rumana con ascendencia húngara.

La comida que se degusta es apreciada por los comensales tanto en su calidad como en cantidad y hasta por su precio adecuado.

Acabada la sobremesa, nos disponemos a regresar, pero el día es soleado y aun es temprano por lo que decidimos acudir a un lugar conocido por algunos asistentes, lo que nos permitirá dar un pequeño paseo.

Se encuentra este lugar en el pueblo llamado Artzentales, y su nombre es Amalurra Resot (por cierto que hoy es el Día Internacional de La Tierra Madre o algo parecido).
Recorremos las instalaciones exteriores en la que hay una sala circular de relajación que provocó comentarios de todo tipo entre los visitantes, un bonito restaurante, los jardines bien cuidados, y el edificio principal, donde nos atendió una amable Jaione que nos explico y enseñó tanto las habitaciones del hotel como el albergue, así como los servicios que dispensan a sus clientes.

Está el lugar fundado, regentado y organizado por un grupo de quince familias que viven en comunidad, aunque no nos atrevimos a preguntar hasta donde llegaba este concepto.

Es lugar de descanso, meditación, relajación, y otros menesteres para los estresados, es decir como Los Palotinos pero en pijo

Tras esta visita curiosa e inesperada, de nuevo a los coches y regreso a los lugares de origen ya con el cielo tirando a oscuro.

Ante la ausencia del Cronista Titular, del Cronista Suplente y puesto que nadie se ofrece voluntario, escribo esta en

Berango a 11 de Diciembre de 2009