jueves, 8 de julio de 2010

8-6-2010 PITITTURI

PITITURRI
08/06/2010


Hoy como es martes, la temperatura es buena y aunque está algo nublado hasta la tarde está previsto que no llueva, tenemos salida.

Los 9 jubiltaldeos nos reunimos en el restop de Altube para lo de siempre y de paso ir juntos hasta Escolumbe (605 m.), en Katadiano, a donde llegamos a través de carreteras-caminos ignotos y en muy mal estado.
A las 10 iniciamos la caminata, primero por una zona con mesas y asadores que a más de uno le traen a la imaginación, pese a que todavía es pronto, choricitos a la brasa y chuletas asadas.
Un grupo de caballos, de los muchos que veremos hoy, sigue pastando como si nos conociesen de toda la vida.

Pasamos por la ermita de Nª Sª de Escolumbe del s.XV-XVI y por caminos de tierra y piedra, anchos como para ser considerados como pista, rodeados de pino rojo, algún que otro roble y bastante arbusto de enebro, vamos poco a poco, sin agobios y sin mucho esfuerzo, cogiendo altura.
Después de un trecho, algo más pendiente, totalmente de roca que a veces forma escalones, llegamos al Portillo de Tortura para dirigirnos por la planicie de la Sierra Brava de Badaia hasta nuestro objetivo.

A nuestra derecha vemos la sierra de Arcamo y al frente los aerogeneradores y el paso de Subijana.
La vegetación es típica de la meseta, con pocos árboles y bastante arbusto. Hay hierba corta, casi seca a ratos, infinidad de pequeños caracoles y mucha flor entre la que destaca la manzanilla y unas amarillas parecidas a las margaritas pese a que el terreno parece seco como lo atestiguan las pozas o balsas para que abreve el ganado.

Hace resol pero nada de viento así que los molinos están parados.

A las 12 estamos junto al buzón del Pititurri (1.013 m.) donde sólo paramos para sacarnos la foto y a continuación dirigirnos a la casa de juntas de Badaia, llamada Askegui, donde tomamos la manzana y de paso nos ilustramos acerca del parque eólico y la propia casa que están explicados en unas hojas metálicas de tamaño considerable. Realmente es un refugio no hace mucho construido y que sirve de centro de interpretación del parque eólico.

A las 12,30 iniciamos la vuelta siguiendo, al principio, la carretera sin asfaltar que constituye la vía de servicio para los molinos. Cuando llegamos al final, continuamos por las campas para conectar con el camino que hemos seguido a la ida, hasta llegar otra vez al Portillo donde nos sacamos la última foto.

Para las dos, con el cielo ya completamente nublado, llegamos a los coches.

Tras las labores de adecentamiento para retornar a la civilización, vamos a Izarra para comer en el restaurante “El Asador” donde, mientras preparan la mesa pues nos hemos presentado de sopetón, tomamos el preceptivo y deseado refrigerio almendrado.
La comida es digna, sin grandes alardes, pero todos quedamos satisfechos.
Los cafés, incluido un mejunje (típico de la casa) compuesto de un cortado descafeinado de cafetera con Bailys, que uno de los nuestros se atreve a beber, y las copas, los tomamos en el bar en animada charla en la que se preparan las próximas salidas así como la del inicio de temporada, allá por el mes de septiembre, que bien podría ser en el parque natural de Redes o en el de Mampodre

Dado que hoy tenemos en nómina al cajero-controller titular, las cuentas no nos llevan mucho tiempo. Como intuimos que los propietarios quieren irse a descansar, a eso de las 5 nos venimos para casa. Llegamos justo, justo cuando está empezando a llover

Hoy damos la bienvenida a un jubiltaldeo que por cuestiones de menisco ha estado ausente los martes (que no los jueves) desde hace algún tiempo. Por cómo le ha ido y con qué mimo le hemos tratado, me atrevo a suponer que repetirá.

Se escribe esta crónica en Algorta a 8 de Junio, día en que está convocada una huelga general de los funcionarios.

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