lunes, 31 de marzo de 2014

18-3-2014 RONDO POR BARAZAR

RONDO POR BARAZAR
18/03/2014





Con nubes bajas que dejan algunas minúsculas gotas, fresco y poco viento los 12 (1+11) jubiltaldeos iniciamos el rondo, programado para hoy, en el alto de Barázar donde hemos dejado los coches. Son las diez menos cuarto.


Atravesamos la carretera general y empezamos a subir suavemente por la pista de hormigón para pasar a piedrilla apisonada al cabo de un kilómetro. Estamos en la ruta del pastoreo.
Pinos, alerces ya con sus hojas y cipreses nos acompañan y nos acompañarán a lo largo del día sin olvidar algún que otro bosquecillo de hayas.
A la altura de un edificio que tiene toda la pinta de ser una estación de bombeo dejamos la ruta del pastoreo y seguimos recto hacia el Altungana (765m), que no tiene ningún mérito habiendo salido de donde hemos salido, y así quitamos el cuidado para el resto del día.


Una vez sacada la foto y dado que no se ve nada gracias a las nubes volvemos inmediatamente sobre nuestros pasos hasta llegar al primer cruce que hemos dejado en la subida y que ahora, a nuestra izquierda, nos indica que a Otxandio son 13,5Km.
La pista es buena y nos permite ir conversando amigablemente con despiste sin consecuencias que, de acuerdo con el guía alfa, nos ha supuesto un ahorro de unos cuantos metros.
A las 11:30 cruzamos la carretera que va de Barázar a Otxandio y marchamos a través de un buen bosque de pinos en cuyo final nos llama la atención una construcción toda hecha de madera, sujeta a dos pinos más uno en el medio, con amplias ventanas y una escalera de caracol para acceder a ella. Su destino o utilidad nos da tema de conversación durante un rato pero ninguna teoría es aceptada. Al final de la crónica está la solución.


En un momento del recorrido, ahora bajando lo que antes hemos subido, dejamos la pista hacia Otxandio que a su vez es pista BTT y tomamos el camino hacia la derecha, camino que tiene menos piedrilla, más piñurri pero sigue siendo de poco barro.


Volvemos a cruzar la carretera, esta vez la que va de Barázar a Ubidea y como ya son las 12, paramos a tomar el amaiketako junto a las ruinas de lo que en su día fue una cantera importante.
Ahora, las minúsculas gotas se convierten en suave sirimiri y no tenemos más remedio que abrir los paraguas, Subimos por un bosque umbrío, un poco tétrico, en el que tenemos que bordear el camino oficial que más parece el lecho de una torrentera.


A partir de que se nos acaba este pinar las cosas no están claras y nos guiamos más por la intuición y el ruido de los camiones por la carretera que por el mapa. Nos dispersamos un poco sin perdernos de vista porque la pista por donde vamos esta medio cegada por los árboles caídos y el barro empieza a hacer su aparición lo que nos obliga a dar pequeños rodeos.
El despiste ha sido subir por el bosquecillo en vez de coger otro camino que había más a la izquierda.


Hay que decir que hoy viene con nosotros el navarro en un permiso que ha conseguido en su labor de cuidado y custodia de las gemelas y ya sabemos cómo las gasta en cuanto se junta con el guía espontáneo, es decir, “to palante”.


Después de subir una cuesta corta pero de las de ir en silencio damos por fin con el camino oficial, la pista perdida, de yerba mullida, con pinos a nuestra derecha y campas a nuestra izquierda. De vistas nada porque las nubes siguen pegadas al suelo.
Pero zás, otra vez asamblea para ver por donde tiramos ya que las talas nos han vuelto a despistar. Vemos la carretera pero un riachuelo, lo suficientemente ancho y con agua abundante como para no poderlo vadear, nos impide acercarnos a la alambrada infranqueable que protege a la carretera de posibles animales.


Nos dividimos en dos grupos, los unos hacia la derecha, alejándose un poco de los coches, y los otros hacia la izquierda pero todos intentando salir de la ratonera en forma de manglar por lo pantanoso del lugar.
El paraguas es ahora obligatorio.
Al final todos en los coches a las 2 del mediodía.


Como podemos nos cambiamos (alguno hasta de pantalones) bajo un fino sirimiri y en el mismo bar donde hemos tomado el café a la mañana tomamos el txakolí-rioja.


Vamos a Ubidea, al templo gastronómico, donde como saludo nos regañan cariñosamente por el tiempo transcurrido desde la última vez. Comemos como siempre a base de cuatro primeros y dos segundos ya que el tercero lo hemos rechazado por falta de sitio en el estómago.
Le entregamos a Josune el libro de Jubiltaldea 2012-2013 quien nos aclara el misterio de la construcción de madera: Son como casas rurales y debe haber algunas más por la zona. No da más detalles.
En la sobremesa se sigue atando cabos para el Camino y se concretan detalles para la garbanzada.
A eso de las 5, con sirimiri, montamos en los coches para ir a casa.


Se escribe esta crónica en Algorta el 20 de Marzo de 2014, día en que comienza la primavera (concretamente a las 17,57) que la recibiremos degustando la tradicional garbanzada…….con berza.

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