jueves, 30 de mayo de 2013

21-5-2013 JESURI

ELORRITXUGANA-JESURI (21/5/2013)


El tiempo durante este mes de Mayo poco tiene de primaveral, más bien parece invernal por las temperaturas y la lluvia, las calefacciones siguen estos días encendidas en las casas. Estos inconvenientes unidos a la ausencia del guía alfa no nos amilanan y acudimos a la convocatoria del guía beta en el restop de Arrigorriaga, siete (6+1) jubiltadeos. La cordada de Bilbao llega antes de la hora por culpa de la nueva salida por el túnel de Bentazarra, quedaron antes por miedo a los atascos y el tráfico resultó fluido.

Tras el café vamos hacia el barrio de Murueta (175 m ) en el pueblo de Orozko y aparcamos los coches junto a la iglesia de San Miguel. De la iglesia sale una pista de cemento en dos direcciones, a la izquierda lleva a los barrios de Ugalde y Asteitza (por estos barrios volveremos) y de frente al barrio de Pagatzandu, dirección que tomamos.

La pista sube en fuerte pendiente y al de un rato nos damos cuenta que hemos llegado a Pagatzandu no solo por las casas sino también por los perros que nos ladran con ganas, menos mal que sale el aldeano del caserío y se piran. Ahora la pista es de grava y más arriba junto a un depósito de agua desaparece la piedra y aparece el barro. La pista sigue en pendiente continua y a pesar de la niebla a ratos se ve a la izquierda la ermita de Santa Marina de Arrola y de frente el Elorritxugana y el Jesuri.

Solo nos surge una duda en el Hayedo de Uruneta que el guía beta despeja al ver un antiguo redil en ruinas por el que hay que pasar, lo encontramos y también alguna marca roja y blanca del GR-123, atravesamos el hayedo con árboles ya centenarios y trasmochados por las antiguas labores de carboneo. Al salir del hayedo varios jubiltadeos recuerdan el lugar por un encuentro que tuvimos con varios compis del curro, hace unos años.

El terreno hasta la cumbre del Elorritxugana ( 721 m ) también llamado Kukutzakoaga, es despejado y en las campas de subida los micólogos recolectan las primeras setas de la temporada, en concreto Marasmius Oreades y alguna Agaricus Campestris. En la cima hace frío, unos 4º con aire y lluvia y continuamos hacia el Jesuri, descendiendo hasta una pista que atraviesa un pinar, el núcleo duro en cuanto puede deja la pista, atraviesa una alambrada, pasa por una zona de zarzas y arbustos, pasa otra alambrada y por fin vemos el vértice geodésico de la cima, a la que llegamos tras subir una fuerte pendiente que nos recuerda un poco a la última subida del martes pasado al Leungana.

En la cima del Jesuri ( 749 m ) hay dos buzones y a la izquierda, muy cerquita vemos la ermita de Santa Marina ( 666 m ), así que decidimos tomar el amaiketako en la ermita. A pesar del soportal no estamos mucho tiempo pues el sudor se queda frío y no se está a gusto.

Debajo de la ermita sale una pista que llega a Orozko y para asegurarnos el guía consulta a dos trabajadores, que están protegiendo unos retoños de árboles, por donde bajar hasta Murueta. También preguntamos a un ganadero, que está buscando
unas vacas perdidas, y comenzamos el descenso por pista asfaltada, pasando por la única fuente en todo el recorrido, por los caseríos de Ordizaga, hasta llegar al barrio de Sagarmínaga, aquí dejamos la pista y una persona del caserío Sagarmínaga, nos indica por donde seguir, pues todo está cercado y con alambradas.

Una vez superada esta zona llegamos al barrio de Asteitza, donde la carretera asfaltada desciende hasta el puente que cruza el arroyo Arrola, para subir hasta el punto de partida, la iglesia de San Miguel de Murueta, después de 4 horas de caminata.

Nos aseamos, cambiamos y salimos en dirección al Restaurante Palacio de Anuncibay en Llodio, conocido de otras ocasiones, nos preparan una mesa, esta vez redonda donde nos vemos todos, y previo el txakolí de turno, esta vez invitación de un Jubiltadeo que aunque cumple en verano prefiere invitar hoy. En el primer plato recibimos la llamada de uno de los expedicionarios de la ruta mudéjar (creo) para decirnos todo lo que nos quiere y lo que nos ha echado en falta.

La atención magnífica, la comida correcta, el lugar magnífico y hasta el patxarán casero. La tertulia amena y llena de futuras actividades como la clásica, perretxikos para la próxima semana, si el tiempo lo permite, y más.

Como hace frío no utilizamos la terraza que hay en la calle y sobre las 16,15 tomamos los coches, los de Bilbao con incertidumbre, por la entrada nueva, que no resulta peor que la vieja, y los de Costa Rica, supongo que como siempre.

Y para que conste escribo esta crónica desde la parte alta de Bilbao el 21 de mayo del 2013

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