El día amenazaba lluvia y frío y si bien la temperatura cuando llegamos al aparcamiento de La Arboleda era de 5 grados, la lluvia no hizo aparición. El movimiento de gente era espectacular, estamos en vacaciones todavía y la presencia de nieve en los alrededores había actuado como atractivo para gran número de gente.
Tomamos el clásico café-caldo en el bar la Estácion con buena música ambiental y comenzamos el paseo cerca de las once de la mañana. Nos acercamos al club de golf para reservar mesa para la comida e iniciamos la subida los 6 jubiltaldeos hacia la zona de Peñas negras. Esta zona está a rebosar de coches y gente lo que nos hace dudar de continuar la excursión o buscar otro destino. Previendo que la mayoría de la gente se quedaría por los alrededores, continuamos hacia la zona del poblado minero, dejando la ruta de subida al Gañeran al estar más concurrida.
El paisaje se vuelve espectacular, pisando nieve desde los primeros momentos y con gran cantidad acumulada en los costados y laderas del monte. Hay poca gente, algún excursionista avezado y algún ciclista intrépido haciendo equilibrios. Llegamos hasta el collado a 610 metros de altitud. La ladera del Peña Pastores está siendo utilizada como rampa de descenso de trineos y el paisaje alrededor está totalmente nevado. Dan ganas de continuar, pero el tiempo pasa y son cerca de la una. Comenzamos el descenso y retorno a la Arboleda. Después de pasar por el caos de vehículos y gente de Peñas Negras, retornamos a los coches donde nos cambiamos y vamos a la comida reservada.
El ambiente en la cafetería del club de golf es animado a pesar de ser un día poco propicio para la práctica del deporte de Jon Rahm, que en forma de mural nos saluda desde la entrada. El sitio es amplio y muy agradable, tomamos la consiguiente cervecita y pasamos a tomar el menú guardando las debidas distancias. Comida satisfactoria, bien atendidos.
Hacia las cuatro y media regreso a casa. Tres horas y cuarto de paseo, 12 kilómetros caminados y unos 300 metros de desnivel.
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