lunes, 20 de febrero de 2017

PICO DE LA CRUZ Y GANERAN
14/02/2017





Hoy el día, aunque un poco ventoso, ha amanecido magnífico de pleno derecho.
Ni el guía alfa ni el beta han acudido a la cita pero ha tomado las riendas el guía gamma que ya tiene algo de experiencia adquirida en otras salidas al principio como espontáneo y más tarde como asesor.

Nos convoca a las 9:30 en La Arboleda y allí llegamos como clavos 10 jubiltaldeos, uno de ellos todavía en calidad de novicio postulante.
Tomamos café para no perder la tradición en el único bar abierto a esas horas y antes de que den las 10 ya estamos andando.

Hasta pasado un buen rato en que ya hemos dejado atrás el Centro de Interpretación todo es subida, suave pero subida, ora por campas, ora por tierra y ora por grijo bastante incómodo para andar, hasta enfilar la subida al Pico de la Cruz antes de la cual tenemos una zona de falso llano como si estuviese puesta ex profeso para coger fuerzas.

Subimos entre un frondoso y oscuro bosque de cipreses lawson cuyas raíces hacen la labor de peldaños. El suelo en general, salvo en algunas zonas está seco o ligeramente embarrado pero podemos caminar sin tomar grandes precauciones y poder dedicarnos a la amena conversación.

Al Pico de la Cruz (803 m) suben la mayoría mientras que la minoría nos quedamos, por prudencia, antes de tener que trepar por el último tramo rocoso.
Cuando nos reunimos tomamos un frugal amaiketako y como ya son las 12 pasadas emprendemos la vuelta pero pasando por el Ganeran (822 m) donde estamos el tiempo justo para sacar una foto porque el viento sopla que da gusto.

Bajamos por mullidas campas hasta conectar otra vez con la pista que hemos utilizado a la subida y sin problemas llegamos a las 2 a los coches. Chapeau para el guía que nos ha demostrado que el problema sucesorio, si llegase el caso, está resuelto satisfactoriamente.

El resumen del esfuerzo realizado es de 4 horas de andar efectivo y 14 kilómetros largos de distancia recorrida

Algunos se cambian y otros no pero todos nos ponemos calzado de paseo para ir a comer al Maite donde ya hemos reservado mesa.

Antes, como es de recibo, nos hemos tomado un variopinto aperitivo que ha ido desde el marianito a la Coca Cola 0 pasando por los vinos y las cervezas, esta vez con aceitunas ya que un viejo jubiltaldeo celebró días pasados su setentaytantos cumpleaños.

La comida no nos causa emociones inolvidables ya que amén de que en general nos la han servido tirando a templadita, en una patata frita ha aparecido un trozo de metal detectado a tiempo y que no ha supuesto ningún tipo de comentario exculpatorio o de perdón por parte de la camarera.

Hablamos de la garbanzada con especial atención a dos aspectos importantes amén del intento inalcanzable de que estén blandos. El primero es el mandato de que los garbanzos fritos sean más abundantes que otras veces y el segundo ha tratado sobre
el postre que ha quedado por decidir a la espera de la evolución que tenga el mercado de la torrija.

Tras los cafés y el pago de 13€ por cabeza incluido el donativo al Estado, damos por terminada la jornada con el fin de llegar pronto a casa para celebrar S. Valentín con un partido de categoría entre el PSG y el Barça claro está el que pueda o se atreva en un día tan señalado.

Se ha escrito esta reseña en la parte alta de Algorta como recuerdo de tan fenomenal jornada montañera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario