martes, 22 de diciembre de 2009

22-12-09 PLENTZIA-ARMINZA

CRONICA PLENTZIA – ARMINTZA, POR EL ERMUA

22 de Diciembre de 2009


Se va acercando el fin del año 2009 y a pesar de estar en época de gran actividad por las labores típicas de estas fechas, algunos seguimos impertérritos al desaliento con nuestra más importante devoción de los martes: Jubiltaldea y al monte.

Por ello nos hemos citado en Plentzia, llamada La Gallarda, a hora prudencial para, tras tomar el preceptivo café, iniciar el recorrido de hoy.

Por el paseo que discurre desde el puente sobre la ría, en dirección al mar iniciamos la andadura no sin observar con aprensión el cielo encapotado; suavemente empieza a llover aunque no parece que sea demasiado grave.

Algunos han optado por pertrecharse de polainas pensando en las posibles zonas embarradas de la subida del Monte Ermua, ya que uno de los ausentes, nativo de la zona, así nos amenazó.

En pocos minutos, con una pequeña desviación del grupo delantero, con ritmo alegre, nos encontramos en el Municipio de Gorliz, atravesando el nuevo paseo que bordea la playa del mismo nombre, y comentando/criticando/admirando las obras realizadas, aun a falta de remate.

Se observa desde esta posición la maquinaria de las obras que se realizan en la orilla de la ría correspondiente a Barrika, pero nadie es capaz de saber en que consisten puesto que alguno comenta “serán los nuevos pantalanes”, otro que “estarán reforzando el contramuelle”. En resumidas cuentas, el tiempo lo dirá.

Como al parecer el acceso en dirección al Cabo Billano por la subida de Astondo puede tener problemas de tipo técnico, optamos por el camino de la granja de la BFA/DFB.

Al poco de iniciar este tramo, nos sorprende una llamada de teléfono en la que nos anuncian que hemos sido agraciados con un premio de la lotería que se está celebrando.

El premio es de escasa cantidad, pero nos alegramos y no nos importa, porque seguro que a otros les hará mas falta.

Poco a poco nos acercamos al Faro del Cabo Billano, lugar que a algunos les trae recuerdos de “milis” pasadas en este lugar que aun conserva la batería de costa y los bunker de observación, aunque en estado un tanto perjudicado.

Tras un pequeño esfuerzo llegamos a lo alto del promontorio desde donde observamos el mar, calmado en este momento, y el panorama que desde aquí se aprecia. Al poco rato, tras cruzar una hermosa campa verde, iniciamos la subida a la que será la mayor altura del día, de poco más de doscientos metros, el Monte Ermua.

Como tampoco hoy ha venido el responsable de audiovisuales, y nadie se ha acordado de traer máquina de fotos (solo la funda), con un teléfono móvil hemos dejado registro de nuestra presencia aquí.

Al llegar a lo alto se han consumido las manzanas y frutos secos y en poco rato se inicia el descenso en dirección a Armintza, por camino que todos conocemos de anteriores salidas.

Como el exceso de confianza es mala consejera, erramos en una desviación la ruta a seguir y nos metemos en zona embarrada aunque al ser la dirección adecuada, decidimos continuar.

Puede que al final la suerte se alíe con nosotros ya que por el otro camino se está realizando una tala de árboles y los inmensos camiones y tractores utilizados habrán destrozado la senda.

Llegados a la entrada de Armintza, observamos las obras que están realizando también aquí, en la carretera de entrada.

En el puerto de este pequeño pueblo, conocido por su excelente pescado, procedemos a aligerar las botas de barro y en el bar reparamos con unos caldos y vinos las fuerzas que a decir verdad hoy poco hemos gastado.

Hacemos tiempo hasta la hora que tomaremos el bus para dirigirnos a Plentzia, lugar en el que nos hemos citado con el antiguo cronista titular de este grupo que se ha animado a comer con nosotros.

Ha empezado a llover con cierta insistencia pero no nos causa problemas ya que el bus nos recoge bajo cubierto y nos llevará al lugar de destino sin mayores mojaduras.

Ya en Plentzia, después de un vino y los almendrucos de rigor, nos disponemos a comer en un restaurante de confianza, que según vemos en la carta, sirve entre otras delicias garbanzos y berza, lo que a alguno le produce especial alegría.

En poco tiempo el comedor se llena de comensales, contando entre ellos a un conocido y afamado deportista, lo que entendemos es señal de que la elección del establecimiento ha sido correcta.

Tras la comida digna se procede a la entrega y firma del libro de crónicas de Jubiltaldea a los que avisaron de su asistencia.

Poco después iniciamos la retirada hacia el tren que nos llevará cómodamente hasta nuestros lugares de residencia.

Ante la ausencia del Cronista Titular (en la expedición), del Cronista Suplente y puesto que tampoco hoy nadie se ofrece voluntario, escribo esta en

Berango a 22 de Diciembre de 2009

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