CRONICA BELATXIKIETA
29 de Diciembre de 2009
Ni los mas contradictorios pronósticos ni las adversas condiciones climatológicas encontradas en el lugar previsto para el inicio de la ascensión programada, han conseguido que el día de hoy se frustre para los componentes del grupo.
La cita en el bar de la autopista en Altube a las 9:00 am. da lugar al encuentro de nueve fieles montañeros para degustar el café mañanero y a la vez comprobar que el tiempo nos quiere jugar una mala pasada.
Tras un rato de reflexión se decide la aproximación al pueblo de Zarate, ya en tierras de Araba, en las estribaciones de Gorbeia, alto al que en principio está programada la salida de hoy.
A medida que nos aproximamos al citado lugar la lluvia arrecia aunque la temperatura no parece demasiado baja.
Llegados al pueblo, junto al hermoso lavadero de forma cuadrada, cubierto y sostenido por viejas vigas, mantenemos un pequeño debate sobre la conveniencia de atacar las rampas del monte, ya que la pertinaz lluvia (que diría un anterior cronista) no parece que tenga trazas de amainar (que diría un marino de pro).
Vista la situación se decide derivar hacia Ubidea, lugar siempre apreciado, y allí decidir el rumbo a tomar, posiblemente al Eniabe, ya que se considera que el acceder al Gorbeia puede ser duro y desagradable al tratarse de camino de larga duración, no menos de 4,30 hs., por el barro y la humedad reinante.
En el camino hacia el primer pueblo en tierra bizkaina, la lluvia arrecia y se hace mas intensa, de forma que tras aparcar lo coches en el pueblo, reunidos bajo los arcos del ayuntamiento, se decide “abortar” la salida de hoy, con pena de todos los presentes pero asumiendo responsablemente esa decisión.
Iniciado el descenso desde las tierras altas en el sur, hacia las bajas del norte, la lluvia cesa de pronto y en la lejanía se aprecia la claridad en el cielo y un aparente buen tiempo.
La sorpresa por el cambio (de tiempo) hace que uno de los componentes decida proponer al resto, vía teléfono, la posibilidad de acudir a otro destino en el camino que llevamos, a la vista de que parece que el tiempo es mas agradable.
Tras algunas deliberaciones, no demasiadas dado el conocimiento montañero del grupo, se decide por el Belatxikieta, al que podemos acceder desde Lemona, pueblo en el camino que llevamos y al que en pocos minutos accedemos, contando con la ventaja de que en el está ubicado uno de los “templos culinarios” de Jubiltaldea, el “Amorrortu”.
Tras pasar por la nueva y recién inaugurada variante de Igorre, accedemos al punto donde dejaremos aparcados los coches, tratando de no molestar a los caseríos que forman este barrio llamado Gandarias.
Pertrechados con las prendas de monte iniciamos la ascensión aun a buena hora por camino cementado y ya conocido de ocasiones anteriores por haber transitado por él en alguna salida anterior.
Sin lluvia que moleste, temperatura del orden de 16 grados, en poco rato llegamos a las casas/cuadras que hay a media ladera en cuyos alrededores pastan todo tipo de animales, desde cabras hasta vacas, acompañados por los ladridos de los perros de razas indefinidas y mil padres, que avisan de nuestra presencia.
Desde este punto en un cruce de caminos, un cartel nos indica que hasta la cima de 662 m. se tarda 15 minutos. Suponemos que será cosa de algún montañero fantasma porque a nosotros nos lleva bastante más, quizá debido al barro que hay y a que vamos campa a través.
Llegados a la cima del Belatxikieta apreciamos que el viento desagradable justo nos permitirá sacar la foto-testimonio. En poco rato buscamos el socaire junto a una mesa donde reponer fuerzas.
La buena idea de un partícipe nos permite degustar un ardiente y reconfortante caldo de ¿? (eso lo sabrá el cocinillas) acompañado por picatostes y algo de queso; con el caldo brindamos, atacamos unas delicias típicas de estas fechas, además de las consabidas manzanas y frutos secos que no faltan en nuestras salidas
Al poco rato iniciamos la bajada, al principio entre el barro originado por los diversos vehículos que acceden a las labores de tala, hasta llegar a la pista de cemento.
Una vez en los coches, cambiados de ropa, de nuevo sin colonias que invadan nuestro olfato, nos dirigimos al Amorrortu, ya avisado, parando previamente en el Batzoki de Lemoa, donde degustamos los vinos/txakolis y almendrucos y donde dejamos los coches.
Vamos andando hasta el restaurante donde la mesa está preparada y sin mas tardanza nos sentamos a ella, siendo en pocos minutos atendidos por la activa mujer del lugar que no nos da posibilidad de pedir la comida sino que de motu propio nos obsequia con una hermosa fuente de garbanzos con berza de aspecto indescriptible, un bol de alubias de olor inigualable y otro de vainas con patatas, caldosas.
Una vez dada cuenta de lo ofrecido cuesta poner en orden la categoría de los manjares porque cada cual supera al anterior.
Continuamos con variedad de segundos platos, acompañados por “patatas fritas de las de casa”, que obtienen nota alta.
Rematamos con un flan “casero total” para ocho comensales, y los cafés y txupitos de rigor.
La comida ha sido del nivel esperado y con satisfacción debatimos los varios puntos de actualidad que tocan, para a buena hora dirigirnos en los coches a nuestros lugares de residencia.
Ante la ausencia del Cronista Titular, del Cronista Suplente y puesto que tampoco hoy nadie se ofrece voluntario, escribo esta en
Berango a 29 de Diciembre de 2009
29 de Diciembre de 2009
Ni los mas contradictorios pronósticos ni las adversas condiciones climatológicas encontradas en el lugar previsto para el inicio de la ascensión programada, han conseguido que el día de hoy se frustre para los componentes del grupo.
La cita en el bar de la autopista en Altube a las 9:00 am. da lugar al encuentro de nueve fieles montañeros para degustar el café mañanero y a la vez comprobar que el tiempo nos quiere jugar una mala pasada.
Tras un rato de reflexión se decide la aproximación al pueblo de Zarate, ya en tierras de Araba, en las estribaciones de Gorbeia, alto al que en principio está programada la salida de hoy.
A medida que nos aproximamos al citado lugar la lluvia arrecia aunque la temperatura no parece demasiado baja.
Llegados al pueblo, junto al hermoso lavadero de forma cuadrada, cubierto y sostenido por viejas vigas, mantenemos un pequeño debate sobre la conveniencia de atacar las rampas del monte, ya que la pertinaz lluvia (que diría un anterior cronista) no parece que tenga trazas de amainar (que diría un marino de pro).
Vista la situación se decide derivar hacia Ubidea, lugar siempre apreciado, y allí decidir el rumbo a tomar, posiblemente al Eniabe, ya que se considera que el acceder al Gorbeia puede ser duro y desagradable al tratarse de camino de larga duración, no menos de 4,30 hs., por el barro y la humedad reinante.
En el camino hacia el primer pueblo en tierra bizkaina, la lluvia arrecia y se hace mas intensa, de forma que tras aparcar lo coches en el pueblo, reunidos bajo los arcos del ayuntamiento, se decide “abortar” la salida de hoy, con pena de todos los presentes pero asumiendo responsablemente esa decisión.
Iniciado el descenso desde las tierras altas en el sur, hacia las bajas del norte, la lluvia cesa de pronto y en la lejanía se aprecia la claridad en el cielo y un aparente buen tiempo.
La sorpresa por el cambio (de tiempo) hace que uno de los componentes decida proponer al resto, vía teléfono, la posibilidad de acudir a otro destino en el camino que llevamos, a la vista de que parece que el tiempo es mas agradable.
Tras algunas deliberaciones, no demasiadas dado el conocimiento montañero del grupo, se decide por el Belatxikieta, al que podemos acceder desde Lemona, pueblo en el camino que llevamos y al que en pocos minutos accedemos, contando con la ventaja de que en el está ubicado uno de los “templos culinarios” de Jubiltaldea, el “Amorrortu”.
Tras pasar por la nueva y recién inaugurada variante de Igorre, accedemos al punto donde dejaremos aparcados los coches, tratando de no molestar a los caseríos que forman este barrio llamado Gandarias.
Pertrechados con las prendas de monte iniciamos la ascensión aun a buena hora por camino cementado y ya conocido de ocasiones anteriores por haber transitado por él en alguna salida anterior.
Sin lluvia que moleste, temperatura del orden de 16 grados, en poco rato llegamos a las casas/cuadras que hay a media ladera en cuyos alrededores pastan todo tipo de animales, desde cabras hasta vacas, acompañados por los ladridos de los perros de razas indefinidas y mil padres, que avisan de nuestra presencia.
Desde este punto en un cruce de caminos, un cartel nos indica que hasta la cima de 662 m. se tarda 15 minutos. Suponemos que será cosa de algún montañero fantasma porque a nosotros nos lleva bastante más, quizá debido al barro que hay y a que vamos campa a través.
Llegados a la cima del Belatxikieta apreciamos que el viento desagradable justo nos permitirá sacar la foto-testimonio. En poco rato buscamos el socaire junto a una mesa donde reponer fuerzas.
La buena idea de un partícipe nos permite degustar un ardiente y reconfortante caldo de ¿? (eso lo sabrá el cocinillas) acompañado por picatostes y algo de queso; con el caldo brindamos, atacamos unas delicias típicas de estas fechas, además de las consabidas manzanas y frutos secos que no faltan en nuestras salidas
Al poco rato iniciamos la bajada, al principio entre el barro originado por los diversos vehículos que acceden a las labores de tala, hasta llegar a la pista de cemento.
Una vez en los coches, cambiados de ropa, de nuevo sin colonias que invadan nuestro olfato, nos dirigimos al Amorrortu, ya avisado, parando previamente en el Batzoki de Lemoa, donde degustamos los vinos/txakolis y almendrucos y donde dejamos los coches.
Vamos andando hasta el restaurante donde la mesa está preparada y sin mas tardanza nos sentamos a ella, siendo en pocos minutos atendidos por la activa mujer del lugar que no nos da posibilidad de pedir la comida sino que de motu propio nos obsequia con una hermosa fuente de garbanzos con berza de aspecto indescriptible, un bol de alubias de olor inigualable y otro de vainas con patatas, caldosas.
Una vez dada cuenta de lo ofrecido cuesta poner en orden la categoría de los manjares porque cada cual supera al anterior.
Continuamos con variedad de segundos platos, acompañados por “patatas fritas de las de casa”, que obtienen nota alta.
Rematamos con un flan “casero total” para ocho comensales, y los cafés y txupitos de rigor.
La comida ha sido del nivel esperado y con satisfacción debatimos los varios puntos de actualidad que tocan, para a buena hora dirigirnos en los coches a nuestros lugares de residencia.
Ante la ausencia del Cronista Titular, del Cronista Suplente y puesto que tampoco hoy nadie se ofrece voluntario, escribo esta en
Berango a 29 de Diciembre de 2009