domingo, 9 de enero de 2011

4-1-2011 TRAVESIA BEDIA-ARRIGORRIAGA

TRAVESIA BEDIA - ARRIGORRIAGA

04/01/2011



A las 9,42 tomamos el tren en Bolueta con destino a Amorebieta nueve jubiltaldeos supervivientes de enfermedades, de recuperaciones, de compromisos familiares, de perdidas en combate o simplemente de perdidos para la causa.

En Bedia dejamos el euskotren y para las 10 estamos iniciando la marcha con ciertas dudas pero con paso firme una vez interrogado hábilmente un lugareño que pasaba por allí.

Hoy no tenemos guía oficial y nos encontramos inmersos en una orfandad cartográfica y geográfica ya que el guía alfa, con profesionalidad y sentido de la responsabilidad nos ha remitido vía, correo e-lectrónico, un mapa que no había hijo de vecino que lo pudiese interpretar.

Con estos mimbres, por carretera asfaltada primero y por carretera hormigonada después, tras una hora de marcha de constante ascensión nada tendida, llegamos al barrio de Ereño.

El día está gris, sin mucho frío y a medida que cogemos altura vamos contemplando los valles cubiertos de bruma que, con algún tímido rayo de sol que intenta salir, empieza a disiparse.

A partir de aquí, desobedecemos al lugareño y en vez de tirar para abajo, tiramos hacia arriba, cosa lógica generalmente cuando se va al monte. Unos jóvenes en bici de montaña nos confirman nuestra cabezonería que queda rubricada porque, en vez de descender para coger la ruta correcta, seguimos adelante. Ahora el camino, que sigue subiendo pero con menos pendiente, está algo embarrado pero transitable.

En una especie de collado confirmamos nuestra posición con un ciclista quien nos aclara nuestra cercanía al Mandoia y más o menos el tiempo que nos llevará llegar hasta Arrigorriaga. Del pantano de Lekubasko y de la subida al Upo, sin noticias.

Esta conversación hace que uno de los componentes de la partida recupere parte de la información almacenada en su disco duro de una excursión pretérita por esta zona y con gran pundonor admite que le nombremos guía épsilon para llevarnos a destino.

A las 12, como estamos más o menos encauzados, hacemos la parada para el amaiketako que hoy ha sido un poco especial pues un jubiltaldeo ha llevado un albariño crianza con potente retrogusto en boca y otro ha aportado un cuarto de queso, sublime, adquirido en Santo Tomás. Nos ha fallado el suministrador del pan para haber estado en la gloria. A pesar de este extra, en un cuarto de hora seguimos la marcha.

Salvo una parte del camino con bastante barro, barro generado, como casi siempre, por las máquinas que intervienen en las talas, que por cierto hoy hemos visto varias aunque sólo nos ha afectado esta, el resto del “viaje” transcurre sin contratiempos graves en una sucesión de subidas y bajadas, lógicamente con predominio de estas últimas, por pistas de tierra y piedra hasta llegar a una granja de ganado vacuno.

A partir de aquí seguimos una pista de hormigón con pendientes bastante pronunciadas, que hacen que las piernas se resientan, hasta enganchar con la carretera que transcurre desde un polígono industrial a Zarátamo (guía épsilon dixit) para hacer entrada en Arrigorriaga por el puente sobre la carretera general, a las 2 de la tarde.

Nos tomamos un par de vinos, sin almendras oficiales, hasta que nos preparan la mesa. Previamente nos hemos adecentado un poco junto a la plaza del ayuntamiento donde hay una fuente que nos sirve para limpiar las botas.

La comida en el Poli es más que aceptable y ha estado amenizada con el resumen, y temas colaterales surgidos, que uno de los comensales nos hace de un libro sobre Kennedy que acaba de leer.

De camino a la estación se produce un desglose del grupo, totalmente controlado y anunciado, y 6 insensatos (al principio eran menos) toman la decisión de ir andando hasta Etxebarri, en contra del contenido del capítulo VI del “Manual del Caminante” que aconseja no andar mucho después de comer.

Los restantes, cogemos el tren de la las 5,05 y con el trasbordo en Abando, llegamos a las 6 a casa. Del resto no puedo decir nada porque no he sido testigo pero mucho me temo de que algo les llovió a tenor de los paraguas abiertos que veíamos desde el tren.

Y punto.

Se escribe esta crónica en Algorta el 5 de Enero de 2011, víspera de los Reyes Magos y día en el que nuestro Athleti se enfrenta en octavos al Barsa, con la esperanza, que es lo último que se pierde, de que entre la Amatxu de Begoña y San Mamés, hagan algún chanchullo y podamos eliminar de la Copa al mejor equipo del mundo.

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