VENTOSO desde AGÜERA
22/11//2011
Nos concentramos 14 jubiltaldeos en el hotel Arenillas para tomar el café e ir todos juntos hasta el punto de salida, es decir, a Agüera de Guriezo.
El cielo está gris tirando a oscuro, los montes de los alrededores tienen boina y la temperatura ha bajado considerablemente con respecto a días pasados pero eso no nos hace bajar la moral. Han anunciado lluvia intermitente a partir de la tarde pero, por si acaso se equivocan, vamos bien pertrechados.
Comenzamos a andar entre pitos y flautas a las 10 de la mañana. Hay, al empezar una zona algo embarrada producto de una saca que afortunadamente se desvía hacia la derecha dejando limpia la ruta por la que tenemos que subir.
Durante un buen rato circulamos por pista de hormigón flanqueada, como prácticamente toda la ascensión, por pinos de diferentes tamaños y tipos. El desnivel no es muy exigente lo que nos permite ir charlando sobre lo divino y lo humano y cómo no del Atlhetic, de las últimas elecciones y de la prima de riesgo.
Como estamos protegidos del viento, poco a poco nos vamos quitando la ropa de abrigo y también recolectando algunas setas, unas buenas y otras no tanto.
A las 11 dejamos el hormigón y pasamos a la pista de piedrilla bien apisonada que no nos supone ningún contacto con el barro pese a que ha llovido algo y hay bastante humedad. Encontramos lo que suponemos es un refugio, abierto, en un llano que los más curiosos husmean llegando a la conclusión de que no está en buen estado.
Se nos acaba la pista y ya caminando sobre yerba pasamos delante de un cartel que indica la existencia del dolmen de Arroyuelos totalmente cubierto por la maleza por lo que solamente nos queda hacer un acto de fe ya que no vemos nada. Es una pena esta dejadez.
Entramos en un pinar de excelentes especímenes en el que la cuesta es algo más exigente y cuando se nos acaba seguimos subiendo por una campa hacia donde el guía imagina que puede estar la cumbre y digo que se imagina porque la niebla se empieza a poner más densa.
El viento ahora, el estar expuestos al noroeste sin nada que nos proteja, es más fuerte y el frio más intenso lo que requiere volver a sacar la ropa de la mochila.
Conectamos, junto a una torre de alta tensión, con otra pista de piedra y tras alguna duda sobre si seguir o no, optamos por continuar por la misma en la dirección que el guía alfa, esta vez sin contestación alguna por parte del personal, señala. ¡¡Como para decir algo después de lo de Euba!!
Eso sí, por si la niebla se adensa, marcamos la ruta para la vuelta.
Pasado un rato divisamos la cumbre del Ventoso (731m.) a la que llegamos poco antes de las 12. Haciendo gala de su nombre hace un viento recio y fresco apto para que tras un chupito de agua y la foto de rigor nos larguemos sin más preámbulos. Además la niebla no permite clases de orografía, geografía ni orientación. No se ve nada.
Sin dificultad volvemos al pinar y paramos a tomar, de pie, el amaiketako que hoy tiene como suplemento un magnífico membrillo casero.
El descenso, que iniciamos a las 12,20 es cómodo y relajante lo que nos permite seguir cosechando setas y descubrir alguna otra especie arbórea como el ciprés
Lawson y bastantes acebos con sus bayas rojas que debido a la falta del sol nos resultan difíciles de distinguir.
Ahora, a nuestra izquierda podemos distinguir Los Jorrios y el Armañon que andan por los 800 m. y que quizá podamos subirlos algún día.
Uno de los jubiltaldeos se erige en defensor a ultranza de los limacos, negros y gordos, e impide que otro jubiltaldeo, cosechero de verduras y hortalizas y que conoce el carácter depredador de estos animalitos, continúe con su labor de exterminio por mor de la paz jubiltaldea.
A las dos menos diez estamos en los coches y después de cambiarnos y hacer un recuento de las setas (galampernas, champiñones, plateras, un par de boletus y algunos níscalos), esta vez sin clase magistral por falta de tiempo, nos vamos hacia Villaverde donde, en el restaurante La Calera tenemos preparada la mesa.
Si dejasen las soperas entraría en la calificación de templo gastronómico porque las raciones son abundantes y la calidad y sabor de los guisos extraordinaria (la pena es que sólo puedes catar lo que pides de primero porque los segundos generalmente son mas repartibles).
En la sobremesa se acuerda que los asistentes a la excursión a La Rioja lleven el niqui verde para los actos oficiales. Respecto al resto del equipo cada uno establecerá los parámetros de equipamiento necesarios para lo que quiera hacer (paseo, setas o molicie) teniendo en cuenta:
-Las previsiones meteorológicas para ese día.
-Las alternativas propuestas por el organizador y coordinador del evento en el correo que envió.
A las 4,30 terminamos con los cafés y copas, le pagamos al ecónomo los 15€ de siempre incluyendo los cafés de la mañana, los vinos del mediodía y la comida (sigo sin saber cómo lo hace) y ya chispeando nos damos una vuelta de 10 minutos hasta que se acaba el pueblo para emprender el camino a casa por Zalla y luego por el corredor del Cadagua.
Viaje sin problemas aunque con lluvia. Felicitaciones a las y los meteorólogos que hoy lo han clavado.
Se escribe esta crónica, por el cronista becario (me han insinuado que hay que rebajar costes), en Algorta a 23 de Noviembre de 2011, con el Atlheti en puestos de la Europa League y con la resaca del vuelco en las elecciones generales del domingo.