Hoy, el día merece una reseña por varias razones que se irán exponiendo.
A las 9:45, con puntualidad británica, llegamos a Aulesti los 11(1+10) jubiltaldeos disponibles para la salida incluidos casi todos los recién llegados del Camino.
El tiempo que hace es magnífico, de esos que hacen afición, con viento sur suave.
Mientras preparamos los bártulos ya que salimos desde el parquin, nos llama la atención en dos jubiltaldeos caminantes del Camino su cambio de look, el uno abandonando su camisa y con camiseta acrílica rojo fuego y el otro con una sudadera azul ultramar. Confiesan que sus ropas habituales estaban en proceso de lavado. (razón nº1)
Tras el café comenzamos a andar a las 10:15.
Tenemos un buen trecho de subida tendida por carretera asfaltada hasta que se nos acaban las casas del último barrio.
Un arroyo que tenemos al principio a nuestra izquierda y que atravesamos un par de veces hasta coger altura nos acompaña rumoroso y cantarín.
El trayecto está perfectamente señalizado lo que hace que el guía alfa, que nunca ha estado en este monte, no se pierda ni tenga que usar el GPS guiándose solo por la descripción del recorte de periódico que lleva en el bolsillo. (razón nº 2)
El desnivel son 500 m. y lógicamente se traduce en cuestas algunas de ellas, aunque cortas, de cierta exigencia como para ir en silencio. También tenemos algún que otro falso llano e incluso alguna pérdida de altura.
El piso, a veces con piedrilla y a veces con yerba y tierra está perfectamente transitable. Los pocos charcos que sobreviven después de las últimas lluvias solamente requieren un poco de cuidado.
Tardamos 2 horas en llegar a la cumbre. Hace algo de viento pero el que hay nos aconseja descender unos metros para tomar el amaiketako. El fotógrafo, que está hoy algo torpe, es incapaz de sacar la foto tras varios intentos. Las vistas son fenomenales.
Amaiketeamos unas cuñas de queso sobrantes del Camino y unas rodajas de txorizo, comprado a la vuelta de Cádiz, acompañados de un crianza que gracias al pitorro que el guía siempre lleva en su mochila nodriza da para todos. Existen voces cualificadas que plantean la posibilidad de repetir este tipo de amaiketakos que en absoluto están reñidos con la manzana. (razón nº 3)
Para la 1 sin dar arrancamos hacia los coches pero usando otro camino menos agreste haciendo una especie de rondo y, al igual que a la subida, rodeados de pinos (sin procesionaria) y eucaliptos.
A las dos y media con un sol esplendido y 24º llegamos a los coches con la incógnita de dónde podemos comer. Paramos en Munitibar y tras un intento fallido nos reconducen a la Herriko Taberna donde Eider con buena voluntad y ganas de agradar nos monta una comida a base de ensaladas mixtas para compartir entre todos lo mismo que las alubias y la sopa de cocido con sus tropiezos.
De segundo hay 4 chicharros para los más pescateros y para el resto lomo con huevo frito y patatas fritas. Porque nos portamos bien o porque nos ha visto cara de hambre también nos saca unos pimientos rojos y como una media penca rellena de jamón serrano y queso para cada uno.
Postres los normales y a 9 € por barba.
Quedamos muy satisfechos y guardamos su número de teléfono para avisarle con tiempo cuando estemos por montes de la zona.
Hacia las 5 con algunas gotas de lluvia algo despistadas emprendemos el camino para casa donde llegamos con un sol radiante al menos en Uribe Costa.
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