ARMAÑON
19/04/2016
Hoy la cita es a las 9:30 en el bar La Calera en Villaverde de Trucíos para tomar el café y reservar mesa para las 2:30. Tiempo bueno, temperatura agradable y viento sur más bien fresco.
Como los de Costa Elegante solo somos dos hemos sido acogidos por los de Costa Rica que también son dos que con los de Bilbao formamos un grupo de 7 jubiltaldeos alegres y combativos.
Dejamos los coches en el alto de La Escrita a 430 m de altitud y para las 10 estamos andando, eso sí, todos con su gorro porque el sol parece que nos va a acompañar.
Carretera que asciende suave, pista de piedrilla que tampoco nos hace sudar mucho, todo esto en la primera media hora. A partir de aquí la cosa se complica con unos 200 m. o más de una pendiente, con tierra y piedra, de esas que terminas “oyendo” en las sienes el latido del corazón y menos mal que está bastante seca.
Todavía nos falta un rato en el que también usamos pista elegante para, en un momento determinado, desviarnos hacia nuestro objetivo que asaltamos tutus revolutos a través de la ladera con más argoma que camino y que también se nos hace dura.
Al Armañon (856m.) que tiene dos bonitos buzones, llegamos a las 12 menos cuarto. Hace bastante viento que nos obliga, nada más sacar la foto, a descender hasta encontrar un socaire para tomar el amaiketako a base de salchichón de jabugo y vino de crianza para terminar con fruta compartida.
Reconfortados salimos hacia los coches descendiendo por las campas del cordal para coger la pista y así evitar que las rodillas sufran traumas porque hacerlo por la última champa de la subida hubiese sido terrible. Mismo camino hasta los coches donde llegamos a las 2.
Vamos directamente a comer a La Calera al que el guía alfa propone otorgarle la categoría de ermita gastronómica, aunque hoy no tienen los garbanzos con berza, no si antes tomarnos el txakoli patrocinado por un jubiltaldeo cumplidor de un porrón de años.
La comida nos deja a todos contentos y sin más cosas que contar nos vamos para casa.
domingo, 24 de abril de 2016
lunes, 18 de abril de 2016
MOTROLLU, 12-4-2016
MOTROLLU - 12/04/2016
Hoy, el día merece una reseña por varias razones que se irán exponiendo.
A las 9:45, con puntualidad británica, llegamos a Aulesti los 11(1+10) jubiltaldeos disponibles para la salida incluidos casi todos los recién llegados del Camino.
El tiempo que hace es magnífico, de esos que hacen afición, con viento sur suave.
Mientras preparamos los bártulos ya que salimos desde el parquin, nos llama la atención en dos jubiltaldeos caminantes del Camino su cambio de look, el uno abandonando su camisa y con camiseta acrílica rojo fuego y el otro con una sudadera azul ultramar. Confiesan que sus ropas habituales estaban en proceso de lavado. (razón nº1)
Tras el café comenzamos a andar a las 10:15.
Tenemos un buen trecho de subida tendida por carretera asfaltada hasta que se nos acaban las casas del último barrio.
Un arroyo que tenemos al principio a nuestra izquierda y que atravesamos un par de veces hasta coger altura nos acompaña rumoroso y cantarín.
El trayecto está perfectamente señalizado lo que hace que el guía alfa, que nunca ha estado en este monte, no se pierda ni tenga que usar el GPS guiándose solo por la descripción del recorte de periódico que lleva en el bolsillo. (razón nº 2)
El desnivel son 500 m. y lógicamente se traduce en cuestas algunas de ellas, aunque cortas, de cierta exigencia como para ir en silencio. También tenemos algún que otro falso llano e incluso alguna pérdida de altura.
El piso, a veces con piedrilla y a veces con yerba y tierra está perfectamente transitable. Los pocos charcos que sobreviven después de las últimas lluvias solamente requieren un poco de cuidado.
Tardamos 2 horas en llegar a la cumbre. Hace algo de viento pero el que hay nos aconseja descender unos metros para tomar el amaiketako. El fotógrafo, que está hoy algo torpe, es incapaz de sacar la foto tras varios intentos. Las vistas son fenomenales.
Amaiketeamos unas cuñas de queso sobrantes del Camino y unas rodajas de txorizo, comprado a la vuelta de Cádiz, acompañados de un crianza que gracias al pitorro que el guía siempre lleva en su mochila nodriza da para todos. Existen voces cualificadas que plantean la posibilidad de repetir este tipo de amaiketakos que en absoluto están reñidos con la manzana. (razón nº 3)
Para la 1 sin dar arrancamos hacia los coches pero usando otro camino menos agreste haciendo una especie de rondo y, al igual que a la subida, rodeados de pinos (sin procesionaria) y eucaliptos.
A las dos y media con un sol esplendido y 24º llegamos a los coches con la incógnita de dónde podemos comer. Paramos en Munitibar y tras un intento fallido nos reconducen a la Herriko Taberna donde Eider con buena voluntad y ganas de agradar nos monta una comida a base de ensaladas mixtas para compartir entre todos lo mismo que las alubias y la sopa de cocido con sus tropiezos.
De segundo hay 4 chicharros para los más pescateros y para el resto lomo con huevo frito y patatas fritas. Porque nos portamos bien o porque nos ha visto cara de hambre también nos saca unos pimientos rojos y como una media penca rellena de jamón serrano y queso para cada uno.
Postres los normales y a 9 € por barba.
Quedamos muy satisfechos y guardamos su número de teléfono para avisarle con tiempo cuando estemos por montes de la zona.
Hacia las 5 con algunas gotas de lluvia algo despistadas emprendemos el camino para casa donde llegamos con un sol radiante al menos en Uribe Costa.
Hoy, el día merece una reseña por varias razones que se irán exponiendo.
A las 9:45, con puntualidad británica, llegamos a Aulesti los 11(1+10) jubiltaldeos disponibles para la salida incluidos casi todos los recién llegados del Camino.
El tiempo que hace es magnífico, de esos que hacen afición, con viento sur suave.
Mientras preparamos los bártulos ya que salimos desde el parquin, nos llama la atención en dos jubiltaldeos caminantes del Camino su cambio de look, el uno abandonando su camisa y con camiseta acrílica rojo fuego y el otro con una sudadera azul ultramar. Confiesan que sus ropas habituales estaban en proceso de lavado. (razón nº1)
Tras el café comenzamos a andar a las 10:15.
Tenemos un buen trecho de subida tendida por carretera asfaltada hasta que se nos acaban las casas del último barrio.
Un arroyo que tenemos al principio a nuestra izquierda y que atravesamos un par de veces hasta coger altura nos acompaña rumoroso y cantarín.
El trayecto está perfectamente señalizado lo que hace que el guía alfa, que nunca ha estado en este monte, no se pierda ni tenga que usar el GPS guiándose solo por la descripción del recorte de periódico que lleva en el bolsillo. (razón nº 2)
El desnivel son 500 m. y lógicamente se traduce en cuestas algunas de ellas, aunque cortas, de cierta exigencia como para ir en silencio. También tenemos algún que otro falso llano e incluso alguna pérdida de altura.
El piso, a veces con piedrilla y a veces con yerba y tierra está perfectamente transitable. Los pocos charcos que sobreviven después de las últimas lluvias solamente requieren un poco de cuidado.
Tardamos 2 horas en llegar a la cumbre. Hace algo de viento pero el que hay nos aconseja descender unos metros para tomar el amaiketako. El fotógrafo, que está hoy algo torpe, es incapaz de sacar la foto tras varios intentos. Las vistas son fenomenales.
Amaiketeamos unas cuñas de queso sobrantes del Camino y unas rodajas de txorizo, comprado a la vuelta de Cádiz, acompañados de un crianza que gracias al pitorro que el guía siempre lleva en su mochila nodriza da para todos. Existen voces cualificadas que plantean la posibilidad de repetir este tipo de amaiketakos que en absoluto están reñidos con la manzana. (razón nº 3)
Para la 1 sin dar arrancamos hacia los coches pero usando otro camino menos agreste haciendo una especie de rondo y, al igual que a la subida, rodeados de pinos (sin procesionaria) y eucaliptos.
A las dos y media con un sol esplendido y 24º llegamos a los coches con la incógnita de dónde podemos comer. Paramos en Munitibar y tras un intento fallido nos reconducen a la Herriko Taberna donde Eider con buena voluntad y ganas de agradar nos monta una comida a base de ensaladas mixtas para compartir entre todos lo mismo que las alubias y la sopa de cocido con sus tropiezos.
De segundo hay 4 chicharros para los más pescateros y para el resto lomo con huevo frito y patatas fritas. Porque nos portamos bien o porque nos ha visto cara de hambre también nos saca unos pimientos rojos y como una media penca rellena de jamón serrano y queso para cada uno.
Postres los normales y a 9 € por barba.
Quedamos muy satisfechos y guardamos su número de teléfono para avisarle con tiempo cuando estemos por montes de la zona.
Hacia las 5 con algunas gotas de lluvia algo despistadas emprendemos el camino para casa donde llegamos con un sol radiante al menos en Uribe Costa.
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