PICO DE LAS NIEVES
02/02/2016
Día nublado sin aparente amenaza de lluvia.
Nos reunimos 11 (1+10) jubiltaldeos en el bar
Angulo de Guriezo para una primera toma de contacto y para tomar el cafecito.
A las 10:15 empezamos a andar y pronto nos
aligeramos de la ropa sobrante porque no hace viento y el camino no es
precisamente llano.
Ora por pista de hormigón, ora por pista de
piedras con algo de barro y ora por senderos
de esos de ir de uno en uno, avistamos la cima con su ermita dedicada a
Nª Sª de las Nieves. Todavía nos falta un trecho que tal vez es el de peor piso
que termina con una subida de escaleras hasta que, a las 12 más o menos en
punto, llegamos a la cumbre (773 m.).
Las vistas son espectaculares aún con la
neblina existente. Tomamos el amaiketako y pasado un cuarto de hora iniciamos
el descenso en dos cordadas.
La primera, por el mismo itinerario por el
que hemos subido, llega a los coches con 20 minutos de adelanto sobre la otra
cordada que, para evitar tramos algo complicados, ha elegido seguir la pista
para vehículos de motor que es más larga pero que no requiere tanta atención al
andar.
Los primeros siguen andando, para no quedarse
fríos, desde los coches hasta la iglesia a donde la segunda cordada, dueña de
las llaves de los tres coches llega con esos 20 minutos de retraso.
Todos mudados nos vamos al Angulo, con mesa
reservada durante el café mañanero y tras tomar el vino correspondiente nos sentamos para comer.
Quedamos otra vez, porque no es la primera en
que Jubiltaldea come aquí, gratamente satisfechos: los primeros, con los
peroles en la mesa para poder compartir y los segundos emplatados. Calidad y
cantidad sin poderle poner peguitas.
Tras un conciliábulo y por unanimidad,
los presentes, entre los que se encuentran dos socios fundadores, acordamos
otorgarle un accésit como paso previo para concederle la categoría de TEMPLO GASTRONÓMICO.
Para las 6 estamos en casa después de otear
la mar esperando verle al “Modern Express” que viene a remolque, todo escorado,
al puerto de Bilbao.
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