UBIETA (desde Güeñes)
10/12/2013
A las diez menos cuarto quedamos en el batzoki de Gueñes para subir al Ubieta.
Somos 7 jubiltaldeos (1+6) los que nos encontramos allí en un día fresco (-1º) y cielo despejado, sin una sola nube.
A las 10:05, hora que marca el reloj de la torre de la iglesia, empezamos a andar.
Hasta llegar al barrio de Santa Marina o Santa Mariñe, utilizamos una pista de hormigón con fuerte subida que nos sirve para entrar en calor. A continuación pasamos aun camino de tierra y barro, piedra y yerba que no supone mayor dificultad para andar salvo que sigue y sigue subiendo sin apenas un respiro.
Como estamos protegidos por los pinares no nos pega el viento y pronto tenemos que aligerarnos de ropa.
Un par de tiros que nos suenan cerca nos hace tomar precauciones haciéndonos notar. No oímos más disparos.
El camino tiene innumerables bocacalles pero entre el guía que hoy está alumbrado y algunas sendas en las que nos acosaba la duda pero se cerraban rápidamente sin darnos otra opción, llegamos sin contratiempos al cordal que nos llevará hasta el Larrea (632 m.) al que llegamos a las 11:50.
Ahora el viento del SSO es fresco y fuerte. Tenemos a nuestra derecha el valle de Galdames con las cumbres que lo rodean.
Nos sacamos una foto rápida porque se está muy incómodo y continuamos hacia el Ubieta (637 m.) a cuya cumbre, con dos pedazos de antena, llegamos después de un trayecto tipo tobogán hasta conectar con la pista cementada de servicio a las mismas. Son ya las 12:45.
Nos sacamos una foto junto al original buzón pero el viento es muy desagradable así que optamos por bajar un poco para tomar el amaiketako.
Las vistas de los montes nevados de la zona de Reinosa, el Zalama y los montes de Orduña, con el efecto que forman las nieblas bajando por sus laderas a modo de cascadas, son espectaculares.
Como vamos por una ruta distinta a la que hemos traído hay, nada más empezar el descenso, una duda seria sobre cual dirección tomar que se resuelve enviando un guía voluntario que ha hecho un cursillo con los sioux, quien al poco nos avisa por teléfono que lo ve claro.
Reunidos, seguimos con paso firme y por senderos en buen estado hasta llegar a una pista hormigonada que pasará por los barrios de Saratxaga y Amézaga donde se encuentra el semiderruido palacio de Hurtado de Amézaga o palacio de las Brujas.
A la altura de unos pabellones conectamos con la carretera en el Bº de Aranguren por cuya acera llegamos, justo 4 horas desde la salida, a los coches.
Tras los cambios de ropa y calzado (este último sin apenas barro) nos dirigimos a las afueras de Gueñes para comer en el Satay, ya conocido por Jubiltaldea.
El txakolí o cerveza tomados al sol mientras nos preparan la mesa constituye un placer indescriptible aunque no contamos, para cargarlo a su cuenta, con el jubiltaldeo que cumple años hoy y al que felicitamos coralmente con el Zorionak suri.
El guía alfa, que a su vez tiene la afición de pintar y resulta que es un gran acuarelista de estilo figurativo, procede a sortear entre los asistentes tres cuadros con motivos de la salida del pasado martes, motivos que son reconocidos por los que en ella estuvieron.
La comida es al estilo que nos gusta, es decir, los perolos de primer plato en la mesa para que cada uno coma de todos un poco. Hoy nos toca alubia roja plenamente sacramentada, lentejas, también con tropiezos, macarrones y crema de calabaza.
A los segundos tampoco se le pueden poner pegas y los postres con nota.
A sugerencia de la metre tomamos el café y los chupitos al sol protegidos por una sombrilla.
A las 4:30 cuando el sol baja de potencia y se empieza a notar el fresco salimos para casa.
Se escribe esta crónica en Algorta el 11 de Diciembre de 2013
domingo, 15 de diciembre de 2013
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