IRUKURUTZETA DESDE KARAKATE
25/05/2010
Quedamos junto al batzoki de Soraluce, antes Placencia de las Armas, a las 9,30.
Puntualidad digna de la NASA pese a la distancia que hay desde Algorta (tomada como punto más lejano).
Cafecito y zumos, cada vez más zumos y menos cafeses, mientras tomamos la decisión sobre qué recorrido hacer entre las dos alternativas que propone el guía alfa,
quien, hábilmente hace que tomemos la que el quiere.
Esta vez somos 10 jubiltaldeos. El tiempo es muy bueno y el ánimo incólume.
Subimos en coche hasta Karakate donde hay un parking y una antena enorme, suponemos que de telefonía.
Las vistas son magníficas y ayudados por un mapa en bronce, que señala los puntos principales, nos situamos en el entorno, no sin un pequeño debate acerca del nombre de alguna de las localidades que desde aquí se divisan y que lógicamente no están escritas en el mapa.
Empezamos a andar a las 10,30 con una brisa agradable del sudoeste que sirve en parte para amortiguar los calores.
El camino por la crestería transcurre ora por senderos de tierra seca, ora por campas enmoquetadas de fina hierba alternándose bosquecillos de hayas y pinos de diferentes especies que nos proporcionan algo de sombra. En el argoma, que de vez en cuando bordea el trayecto, ya están empezando a brotar sus flores amarillas y en algunos tramos de la ruta los grillos nos obsequian con su chillón y monótono concierto.
Las subidas y bajadas del trayecto no son pronunciadas lo que nos permite hacer el recorrido charlando y sin agobios.
En el Atxolín (864 m.) nos topamos con el primer dolmen de su mismo nombre. La ruta está salpicada de estos monumentos prehistóricos que se distinguen gracias a las señales que los identifican.
Túmulo de Antxolín Txiki, de Pagobedeinkatu, de Naasiko Goena hasta llegar al Gurutxe Bakar (898 m.) monte en el que unos pocos elegidos, sin oxígeno, hacemos cumbre.
Antes de llegar al Irukurutzeta (840 m.) a eso de las doce menos diez, todavía tenemos dos más monumentos funerarios: los dólmenes de Arribiribileta y el de Irukurutzeta.
Como ya hemos alcanzado nuestro objetivo de hoy y ya es la hora, procedemos al avituallamiento, esta vez sin tener que protegernos del viento lo que nos permite recibir, a los más legos, una clase magistral de orografía pues, a pesar de no ser un monte muy elevado, podemos contemplar en casi 360º desde el mar (que la bruma no nos deja ver con nitidez) hasta el Gorbea, Amboto, Aizkorri, Orixol, Ernio, etc, etc.
La vuelta la iniciamos a las 12,15 siguiendo, más o menos, el mismo camino de la ida. Llegamos a los coches a la 1,30.
Tras las operaciones de cambio de look nos vamos al Txurruka en donde, previamente y por vía telefónica, habíamos ya reservado mesa.
La comida es la de los martes desde hace por lo menos 20 años, es decir:
-Ensalada o sopa de cocido.
-Lentejas o menestra de verdura
-Chuleta de cerdo con patatas fritas.
Los postres normales.
En la sobremesa y después de consultar la tabla de mareas, se decide hacer la clásica el 15 de Julio y ante la próxima ausencia, por viaje, del guía alfa se nombra in pectore al guía beta.
Hace mucho, mucho calor a la salida del restaurante pero no digamos el que hace cuando los de Uribecosta llegamos a Algorta a eso de las 6 de la tarde. No quiero ni pensar el que haría en Bilbao.
Para consultar la definición de túmulo y dolmen y algún otro detalle de la subida al Irukurutzeta desde Txurruka ver crónica del 12 de Noviembre de 2009 (nota del autor).
Se escribe esta crónica en Algorta el 26 de Mayo la víspera de la votación en el Congreso del decretazo.
NOTA de la redacción: Para consultar la definición de túmulo y dolmen y algún otro detalle de la subida al Irukurutzeta desde Txurruka ver crónica del 12 de Noviembre de 2009.
25/05/2010
Quedamos junto al batzoki de Soraluce, antes Placencia de las Armas, a las 9,30.
Puntualidad digna de la NASA pese a la distancia que hay desde Algorta (tomada como punto más lejano).
Cafecito y zumos, cada vez más zumos y menos cafeses, mientras tomamos la decisión sobre qué recorrido hacer entre las dos alternativas que propone el guía alfa,
quien, hábilmente hace que tomemos la que el quiere.
Esta vez somos 10 jubiltaldeos. El tiempo es muy bueno y el ánimo incólume.
Subimos en coche hasta Karakate donde hay un parking y una antena enorme, suponemos que de telefonía.
Las vistas son magníficas y ayudados por un mapa en bronce, que señala los puntos principales, nos situamos en el entorno, no sin un pequeño debate acerca del nombre de alguna de las localidades que desde aquí se divisan y que lógicamente no están escritas en el mapa.
Empezamos a andar a las 10,30 con una brisa agradable del sudoeste que sirve en parte para amortiguar los calores.
El camino por la crestería transcurre ora por senderos de tierra seca, ora por campas enmoquetadas de fina hierba alternándose bosquecillos de hayas y pinos de diferentes especies que nos proporcionan algo de sombra. En el argoma, que de vez en cuando bordea el trayecto, ya están empezando a brotar sus flores amarillas y en algunos tramos de la ruta los grillos nos obsequian con su chillón y monótono concierto.
Las subidas y bajadas del trayecto no son pronunciadas lo que nos permite hacer el recorrido charlando y sin agobios.
En el Atxolín (864 m.) nos topamos con el primer dolmen de su mismo nombre. La ruta está salpicada de estos monumentos prehistóricos que se distinguen gracias a las señales que los identifican.
Túmulo de Antxolín Txiki, de Pagobedeinkatu, de Naasiko Goena hasta llegar al Gurutxe Bakar (898 m.) monte en el que unos pocos elegidos, sin oxígeno, hacemos cumbre.
Antes de llegar al Irukurutzeta (840 m.) a eso de las doce menos diez, todavía tenemos dos más monumentos funerarios: los dólmenes de Arribiribileta y el de Irukurutzeta.
Como ya hemos alcanzado nuestro objetivo de hoy y ya es la hora, procedemos al avituallamiento, esta vez sin tener que protegernos del viento lo que nos permite recibir, a los más legos, una clase magistral de orografía pues, a pesar de no ser un monte muy elevado, podemos contemplar en casi 360º desde el mar (que la bruma no nos deja ver con nitidez) hasta el Gorbea, Amboto, Aizkorri, Orixol, Ernio, etc, etc.
La vuelta la iniciamos a las 12,15 siguiendo, más o menos, el mismo camino de la ida. Llegamos a los coches a la 1,30.
Tras las operaciones de cambio de look nos vamos al Txurruka en donde, previamente y por vía telefónica, habíamos ya reservado mesa.
La comida es la de los martes desde hace por lo menos 20 años, es decir:
-Ensalada o sopa de cocido.
-Lentejas o menestra de verdura
-Chuleta de cerdo con patatas fritas.
Los postres normales.
En la sobremesa y después de consultar la tabla de mareas, se decide hacer la clásica el 15 de Julio y ante la próxima ausencia, por viaje, del guía alfa se nombra in pectore al guía beta.
Hace mucho, mucho calor a la salida del restaurante pero no digamos el que hace cuando los de Uribecosta llegamos a Algorta a eso de las 6 de la tarde. No quiero ni pensar el que haría en Bilbao.
Para consultar la definición de túmulo y dolmen y algún otro detalle de la subida al Irukurutzeta desde Txurruka ver crónica del 12 de Noviembre de 2009 (nota del autor).
Se escribe esta crónica en Algorta el 26 de Mayo la víspera de la votación en el Congreso del decretazo.
NOTA de la redacción: Para consultar la definición de túmulo y dolmen y algún otro detalle de la subida al Irukurutzeta desde Txurruka ver crónica del 12 de Noviembre de 2009.
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