VUELTA AL AMBOTO DESDE ARRAZOLA
18/05/2010
A las 9,15 estamos los 11 jubiltaldeos en el parking que está junto a la iglesia de Arrazola.
Sin café, menudo sacrificio para algunos, iniciamos la marcha a las nueve y media.
Tenemos buen tiempo, día despejado aunque un poco brumoso y quizá tengamos algo de calor.
Tiramos todo para arriba. Al principio, durante 20 minutos, por carretera, luego por pistas forestales y caminos afortunadamente no muy embarrados y con amplias zonas de sombra proporcionada por los pinos y fresnos.
Por las cunetas orientadas al sur empezamos a catar las primeras netras de la temporada, aún no maduras del todo pero aun así y todo con un sabor intenso.
Atravesamos una zona pelada, siempre subiendo suave pero constantemente, para sumergirnos en un precioso bosque de hayas trasmochas, ya con su follaje totalmente desarrollado, por el que transcurre un riachuelo un tanto alegre que vadeamos un par de veces. Ahora el ruido del agua se mezcla con el trino de los pájaros, no sabemos si recién nacidos o desaforados en busca de pareja.
La mole del Amboto nos acompaña todo el tiempo a la derecha y el Udalaitz por la izquierda.
Nos sorprende por su impacto, un conjunto de hayas en la ladera del Amboto, todas tumbadas, desenraizadas, por efecto, suponemos, del viento.
Tras dos horas de subida continua pero tendida, que nos permite hablar de vez en cuando, llegamos al collado del Andasto (802 m.) y de aquí, contemplando la vertiente mediterránea los Ernio, Aizkorri, Orixol etc, nos dirigimos al collado del Zabalandi.
Efectivamente, el sol calienta.
Justo a la hora del ángelus paramos para comer la manzana rodeados de caballos que hace que el ecologista de cabecera nos de permiso, no sin antes discutir su utilidad, para dejar los tronchos de la manzana, cosa que los animales agradecen.
A las 12,30 estamos en Pol Pol y a la una menos cuarto en la ermita de Santa Bárbara desde donde iniciamos el descenso.
Viendo el Amboto tan cerca y con las condiciones meteorológicas tan favorables, nos ha dado un poco de pena no haberlo subido.
Por las ansias, tomamos la vertical y no damos con el camino así que entre hierba y rocas bajamos por la ladera afortunadamente sin ninguna torcedura ni caída si bien, con alguna rodilla y otras partes de las extremidades inferiores machacadas.
El guía alfa, que nos ha venido con un principio de lumbago, resiste con pundonor.
Otra vez ya en el camino correcto, seguimos bajando hasta las antenas como punto de referencia para llegar a los coches a las dos y cuarto.
Como hay una fuente en la plaza contigua a la iglesia, el adecentamiento para volver a la civilización es más minucioso.
Comemos en el Makatzeta (946582931) donde antes de pasar al comedor nos da tiempo para hidratarnos con unas cañas de cerveza para acompañar a los almendrucos, o viceversa.
El menú es elegante, estamos bien atendidos y las raciones son abundantes pero en su justo término. La única pega es que se nos sale del presupuesto aunque hoy todos coincidimos en que tenemos ganado este pequeño homenaje que nos hemos dado.
El café, infusiones, copas y chupitos los tomamos fuera, cómodamente sentados e incluso alguno cabeceando, entre sol y sombra preparando la posible excursión por la Rioja para contactar con un jubiltaldeo que está haciendo el camino del Ebro y acompañarle en un trozo de esa etapa.
Pasadas las 5 iniciamos la retirada con una caravana tamaño XXXL hasta coger la autopista en Durango.
Los de Uribecosta estamos para las 7 en casa. El resto, antes
Se escribe esta crónica en Algorta a 19 de Mayo de 2010 fecha en que se anuncia, sin concretar mucho, una subida de impuestos directos.
18/05/2010
A las 9,15 estamos los 11 jubiltaldeos en el parking que está junto a la iglesia de Arrazola.
Sin café, menudo sacrificio para algunos, iniciamos la marcha a las nueve y media.
Tenemos buen tiempo, día despejado aunque un poco brumoso y quizá tengamos algo de calor.
Tiramos todo para arriba. Al principio, durante 20 minutos, por carretera, luego por pistas forestales y caminos afortunadamente no muy embarrados y con amplias zonas de sombra proporcionada por los pinos y fresnos.
Por las cunetas orientadas al sur empezamos a catar las primeras netras de la temporada, aún no maduras del todo pero aun así y todo con un sabor intenso.
Atravesamos una zona pelada, siempre subiendo suave pero constantemente, para sumergirnos en un precioso bosque de hayas trasmochas, ya con su follaje totalmente desarrollado, por el que transcurre un riachuelo un tanto alegre que vadeamos un par de veces. Ahora el ruido del agua se mezcla con el trino de los pájaros, no sabemos si recién nacidos o desaforados en busca de pareja.
La mole del Amboto nos acompaña todo el tiempo a la derecha y el Udalaitz por la izquierda.
Nos sorprende por su impacto, un conjunto de hayas en la ladera del Amboto, todas tumbadas, desenraizadas, por efecto, suponemos, del viento.
Tras dos horas de subida continua pero tendida, que nos permite hablar de vez en cuando, llegamos al collado del Andasto (802 m.) y de aquí, contemplando la vertiente mediterránea los Ernio, Aizkorri, Orixol etc, nos dirigimos al collado del Zabalandi.
Efectivamente, el sol calienta.
Justo a la hora del ángelus paramos para comer la manzana rodeados de caballos que hace que el ecologista de cabecera nos de permiso, no sin antes discutir su utilidad, para dejar los tronchos de la manzana, cosa que los animales agradecen.
A las 12,30 estamos en Pol Pol y a la una menos cuarto en la ermita de Santa Bárbara desde donde iniciamos el descenso.
Viendo el Amboto tan cerca y con las condiciones meteorológicas tan favorables, nos ha dado un poco de pena no haberlo subido.
Por las ansias, tomamos la vertical y no damos con el camino así que entre hierba y rocas bajamos por la ladera afortunadamente sin ninguna torcedura ni caída si bien, con alguna rodilla y otras partes de las extremidades inferiores machacadas.
El guía alfa, que nos ha venido con un principio de lumbago, resiste con pundonor.
Otra vez ya en el camino correcto, seguimos bajando hasta las antenas como punto de referencia para llegar a los coches a las dos y cuarto.
Como hay una fuente en la plaza contigua a la iglesia, el adecentamiento para volver a la civilización es más minucioso.
Comemos en el Makatzeta (946582931) donde antes de pasar al comedor nos da tiempo para hidratarnos con unas cañas de cerveza para acompañar a los almendrucos, o viceversa.
El menú es elegante, estamos bien atendidos y las raciones son abundantes pero en su justo término. La única pega es que se nos sale del presupuesto aunque hoy todos coincidimos en que tenemos ganado este pequeño homenaje que nos hemos dado.
El café, infusiones, copas y chupitos los tomamos fuera, cómodamente sentados e incluso alguno cabeceando, entre sol y sombra preparando la posible excursión por la Rioja para contactar con un jubiltaldeo que está haciendo el camino del Ebro y acompañarle en un trozo de esa etapa.
Pasadas las 5 iniciamos la retirada con una caravana tamaño XXXL hasta coger la autopista en Durango.
Los de Uribecosta estamos para las 7 en casa. El resto, antes
Se escribe esta crónica en Algorta a 19 de Mayo de 2010 fecha en que se anuncia, sin concretar mucho, una subida de impuestos directos.
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