sábado, 11 de abril de 2015

7-4-2015 ARMIKELO

ARMIKELO
07/04/2015













Con poco tráfico, tiempo magnífico y temperatura agradable, digna de una primavera que se ha hecho de rogar, nos encontramos en el restop de Altube.
Los viajes y los médicos han reducido la plantilla a 6 elementos jubiltaldeos tomados de uno en uno.


Después del café nos dirigimos vía Murgía a Jugo donde dejamos los coches y para las diez menos cuarto nos ponemos a andar.
Tras un rato corto por carretera nos desviamos a la izquierda y entramos en una pista que, poco a poco, con ligeras pendientes y un excelente piso hace que vayamos ganando altura.


Según qué curva del camino nos toque vemos a nuestra izquierda la autovía a Vitoria y a nuestras espaldas el Gorbeia con un buen manto de nieve pese a ser ladera sur.
El trayecto transcurre con el mismo tono alternando piso de hormigón, piedra apisonada, tierra afortunadamente seca y campas de yerba en la que se puede apreciar el amarillo de los jacintos silvestres.


Nos topamos con un rebaño, no muy numeroso, de ovejas vigiladas por un mastín que nos avisa para que no nos acerquemos y de paso sirve para rememorar una situación parecida vivida en la misma zona pero con tres mastines con superior ardor guerrero. Afortunadamente las ovejas comienzan a moverse hasta un punto en que salen del camino dejándonos vía libre. El mastín no deja de ladrarnos hasta que no terminamos de rebasar el rebaño.


Tras una hora de marcha, el último tramo por yerba y apenas cuesta, llegamos al Arrato (886 m.) cuyo buzón está coronado por un Cristo, estilo moderno, de acero inoxidable.
Para ir al próximo objetivo nos dispersamos un poco pero al final todos tenemos que pasar por donde ha pasado el guía alfa perfectamente documentado.
El descenso tiene una pendiente bastante pronunciada pero al estar el suelo seco superamos perfectamente la prueba y en media hora estamos en el Armikelo (888 m.) para hacernos la foto junto al buzón.


Desde aquí bajamos a través de un bosque de robles acompañados del crash, crash de las hojas secas con música de fondo de unos cencerros que no lo hacen mal del todo. Conectamos con una pista que transcurre por un hayedo que termina, después de pasar por un par de granjas de vacuno con la parte peor de todo el camino andado por ahora (y menos mal que no ha llovido), en el pueblo de Domaikia donde, junto a la iglesia, tomamos el frugal amaiketako.


Como todavía es pronto, a las 12:30 decidimos subir hasta las Peñas de Oro y así poder lograr un hattrik montañero. Nos falla uno del grupo por causa de una molestia sobrevenida en el pie que, como prefiere no forzar, se dirige poco a poco a los coches.


El ascenso hasta las antenas y el posterior descenso hasta el santuario de Nª Sª de Oro es bastante exigente. Para la 1:30 nos vamos, esta vez siguiendo la carretera hasta Domaikia y también por carretera recorremos los dos kilómetros que nos quedan hasta los coches a los que llegamos a las dos y cuarto.


Nos tomamos el aperitivo, con predominio de las cervezas, en el Areso en Murgía mientras nos preparan la mesa que da la casualidad de que hoy también es redonda.

En el comedor volvemos a coincidir con la convención de los curas de la zona pero no podemos confirmar que dicha reunión se celebre los martes o haya sido pura coincidencia.
A la comida no se le puede poner ninguna pega y el café, los chupitos y la faria que se fuma el guía, los tomamos en la parte trasera entre sol y sombra.


Como andamos con pocos cambios hoy ponemos 18€, sin que sirva de precedente y debido, sin duda alguna, a la distribución de los costes fijos.
A las 5 en los coches y a las 6 en casa pensando en la ducha.


Escribo esta crónica en Algorta con previsiones bastante halagüeñas de que el martes próximo nos volvamos a ver.

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