URDULIZ – BUTRON – ANDRAKA - PLENCIA
10/04/2012
Con previsiones del tiempo un tanto contradictorias pero tirando a malas, bajas en el personal por las fechas en que nos encontramos y que la semana que viene hay Camino de Santiago, el guía Alfa nos convoca en la estación de Urduliz a las 10 para cumplir con la cita de los martes y de paso entrenarse un poco para el Camino.
Somos 8 (7+1) los cumplido el rito del cafelito en el bar que hay junto a la estación nos ponemos a andar diez minutos después en dirección a Cuatro Caminos.
La temperatura es buena, no hace viento pero las nubes que lo cubren todo no presagian nada bueno.
Al poco de entrar en la carretera que va a Laukiniz nos desviamos por una estarta que transcurre durante un rato paralela a aquella. Estamos en el Bº de Elorza. Seguimos por caminos asfaltados hacia el Bº de Dobaran entre cuyas casas nos llama la atención el precioso caserío Txomin Enea recientemente restaurado (o al menos eso creemos).
Como no hay masas forestales cuyos árboles nos impidan ver el monte seguimos camino a nuestro objetivo por medio de técnicas visuales por lo que el, mapa solo ha sido consultado una vez debido a que de repente nos ha aparecido un camino, duda que ha sido resuelta con el envío de un explorador.
Un poco antes de divisar el castillo ya en el Bº de Butrón tenemos que abrir los paraguas, al principio pensando en un chubasco aislado pero luego totalmente resignados. Rodeamos el castillo por atrás y después de la foto cruzamos el puente para pasar a la otra margen del rio que da nombre al castillo.
Son justo las 12 cuando se nos acaba el asfalto así que paramos para tomar un frugal amaiketako y de paso, a la vista del tiempo que, aunque no llueve ni hace viento tiene toda la pinta de empeorar, decidir si nos vamos directamente a Plencia por el camino que transcurre junto a la ría o seguimos con el plan inicial.
Adoptamos la segunda alternativa. Al rato de empezar a andar aparece la señal de que a Andraka tenemos dos kilómetros de los cuales, salvo un pequeño tramo, justo al final, que está asfaltado, el resto es de barro, barro, barro y con alguna pendiente corta, eso sí, pero de cierta entidad.
Cuando llegamos al alto no tenemos más remedio que cobijarnos porque el viento y la lluvia son fuertes y los paraguas, aunque resistiesen, no servirían de nada ya que el agua cae en horizontal.
Son la una menos cuarto y como andamos bien de tiempo, es decir todavía no está en peligro la comida, aguantamos un rato sin que cunda el pánico gracias al olfato de un jubiltaldeo quien, a pesar de las mofas, insiste en que pronto escampará. Determinante en todo caso es el saber que hasta las 3,20 no pasa el autobús.
Tomamos la carretera que pasando por el picadero va hasta Berreagas y justo un poco antes del hotel rural Larrakoetxea la dejamos para bajar por un camino en parte embarrado y en parte resbaloso hasta llegar a la carretera donde están las cerveceras. No es que haya dejado de llover pero al parar el viento les sacamos jugo a los paraguas cuando lo hace intermitentemente.
En vez de ir a comer a Górliz, para luego no tener que andar mucho bajo las inclemencias del tiempo decidimos ir a Plencia pasando por la ermita de Nª Sra de las Nieves en Andra Mari.
A las dos entramos en el Camay y mientras nos preparan la mesa nos tomamos el vino, esta vez sin almendras, por obra y a cuenta del cumple de un jubiltaldeo fundador que no para de sumar años. Que así siga durante muchos más.
Comemos muy bien y muy a gusto. No es la primera vez que aquí repostamos teniendo esa misma sensación. Y no solo es nuestra porque el comedor está lleno.
Terminamos los cafés y chupitos (hoy no se conduce) con el tiempo suficiente para coger el metro de las 4. A la estación vamos con los paraguas abiertos pero para que se sequen porque incluso sale tímidamente el sol.
Se escribe esta crónica en Algorta a 11 de Abril de 2012 sin más pretensiones que la de engrandecer y recordar la historia de Jubiltaldea cuando seamos muy mayores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario