KOLOMETA
13/04/2010
13/04/2010
Orozco, a las 9,30 de una fría y nubosa mañana (de acuerdo con los meteorólogos), nos juntamos en el batzoki 11 aguerridos y animosos jubiltaldeos para tomar el cafecito y concretar los últimos detalles de la salida programada para hoy y que forma parte de la vuelta a Bizkaia.
En los coches nos acercamos a la ermita de San Miguel desde donde iniciamos la marcha que, durante una media hora transcurre por una pista pedregosa y siempre cuesta arriba, no muy fuerte lo que nos permite mantener conversaciones fluidas.
Tras un pequeño respiro y ya en pleno parque del Gorbeia, seguimos subiendo, unas veces por pista empedrada apta para los todo-terreno y otras por caminos de tierra, afortunadamente sin barro, léase atajos, hasta llegar al collado del Kurutzegane.
Hasta aquí nos han acompañado los pinos, las hayas y los robles, estas dos últimas especies a punto ya de brotarle las hojas, y representantes, la verdad es que no muy numerosos, de las cabañas caprina, ovina, vacuna y caballar.
A partir del collado y al estar expuestos al nordeste nos tenemos que abrigar puesto que el viento acentúa la sensación térmica. El piso es ahora de mullida hierba donde de vez en cuando pastan cansinamente representantes de ganado vacuno.
Pasamos por el Kurutzegane con el pelotón dividido en tres partes y ya más en silencio enfilamos al Kolometa (1.006m.) donde llegamos aproximadamente tras dos horas de marcha.
A estas alturas de la mañana el cielo se va despejando y aparecen algunos rayos de sol. El macizo de Itxina comienza a vislumbrarse a nuestra izquierda y, como la niebla empieza a disiparse, adquiere un aire fantasmagórico. Al fondo se intuye el Gorbea pero no podemos ver su cumbre.
El avituallamiento, que nos lleva un cuarto de hora, lo hacemos al socaire e iniciamos el descenso siguiendo la pista lo que hace que el paisaje no varíe, excepto al llegar a la zona habitada (barrio de Beraza) en donde podemos admirar unas cuantas casas, casi todas con fachada de piedra, reminiscencia del antiguo esplendor de esta parte de Bizkaia.
Cuando llegamos a los coches son las dos del mediodía. Nos cambiamos y nos vamos al Palacio Anuncibai en Llodio, conocido de alguna salida anterior, donde, mientras nos avían la mesa nos tomamos el vinito, con los tres almendrucos de rigor, invitados por un jubiltaldeo que recientemente ha cumplido añitos.
La comida es buena con algún pero por parte de los que han elegido filete, circunstancia que le priva, por ahora, del reconocimiento como templo gastronómico.
Comparten comedor con nosotros los componentes del equipo del Málaga que mañana se enfrentará al Osasuna y que, cuando nos marchamos preguntaron al maitre de qué equipo éramos. ¡¡ Cómo nos verían físicamente y cómo impacta nuestra camiseta!!. Hombre, supongo que no nos confundirían con un equipo de primera división porque sólo éramos 11 pero sí por lo menos con un equipo de veteranos de fútbol 7 o de fulbito.
La copita y el café nos lo tomamos en el jardín y además por partida doble ya que hay un segundo cumpleaños. Los que conducen, por supuesto, a verlas venir.
Como al controller ya le salen las cuentas a la primera (o a la segunda intentona) tenemos tiempo para tener una amplia conversación sobre la salida clásica de fin de temporada que este año parece que tendrá novedades y sobre la excursión, inicio del nuevo curso, allá por Septiembre en que se barajaron zonas de Picos de Europa, Pirineos o el Parque Natural de Redes.
Y para, más o menos las seis y media, sin caravanas ni otros contratiempos, todos en sus casas para la ducha reparadora.
Se escribe esta crónica en Algorta, el 15 de Abril de 2010.