martes, 29 de mayo de 2018

29-5-2018 DE ALGORTA A URDULIZ

COSTERA de Algorta a Urduliz

La previsión meteorológica no era muy firme y se opta por un paseo costero por si hay retirarse precipitadamente.
Nos reunimos en la degustación Garay siete jubiltaldeos que después del cafecito iniciamos la ruta hacia las playas de Sopelana. Al llegar a la playa de Atxabiribil , después de hora y media de marcha, paramos en uno de los txiringitos, el Sunset, para tomar un refresco y pintxo de tortilla.
Continuamos el camino cruzando la urbanización de Sopelmar, playa de Meñacos y alto de Barrika donde cruzamos hacia el interior para abordar el camino a Sopelana. Como hay tiempo de sobra pasamos por el pueblo de Urduliz y pasamos revista al nuevo hospital.
Llegamos al batzoki de Urduliz y después de tomar el aperitivo nos sentamos en un comedor concurridisimo, signo de que la comida es buena lo que comprobamos personalmente.


Después del café tomamos el  metro en la nueva estación de Urduliz, encaminándonos a nuestros destinos.

viernes, 25 de mayo de 2018

22-5-2018 BERASKOLA

Beraskola o Bikirrio, 671 metros, desde Okondo

 


Nos reunimos once jubiltaldeos en el bar Gorostiola de Okendo, conocido de otras veces, para tomar el preceptivo cafecito. Luego continuamos hacia el centro del pueblo hasta la plaza de San Bartolomé, donde aparcamos y pertrechamos para la excursión del día.

Hacia las 10 comenzamos a caminar por pista asfaltada y nos topamos nada más empezar con un caserío de buena planta entre los muchos que hay en este valle. Vamos ascendiendo hasta encontrar la bodega de txakolí Astobiza, que dejamos atrás siguiendo por la písta asfaltada que comunica con el cercano valle de Gordexola.

Pasamos por el barrio de Basualdo y más arriba, pasado el barrio de Arrazuria y después de 2 kilómetros de subida, dejamos el asfalto y  vamos buscando una pista a la izquierda que ńos permita acceder al cordal. Después de un intento fallido porque la vegetación lo cubre todo, tomamos un sendero por el bosque con clara tendencia hacia arriba.

Más adelante cruzamos una valla y tomamos el sendero a la derecha que nos desemboca ya en pistas anchas que nos dirigirán a la cumbre que tiene buzón, vértice geodésico y escultura de hierro. Llegamos a las 12 del mediodía después de casi 5 kilómetros de caminar.

Después de las fotos de rigor y de la manzana iniciamos el descenso a las 12 y veinte,  un tanto preocupados por la cercana de las nubes tormentosas que se ciernen sobre nosotros.

Bajando continuamos por el sendero hacia abajo en vez de entrar en el bosque y vamos a desembocar en la pista asfaltada de la mañana a la altura del barrio de Basualdo. Ahora toca desandar el camino viendo como las nubes se van alejando.

Llegamos a los coches a las dos menos cuarto y a las dos estamos sentados en la terraza del mesón Okendo disfrutando de un merecido descanso y de un txakoli o cerveza reparadores.

El menú del que disfrutamos contenta a todos sobre todo a los comensales de morros y patas que tienen una ración extra.

El café de nuevo en la terraza disfrutando de una tarde fenomenal. Regresamos a nuestros destinos a donde llegamos aproximadamente a las cinco y media.

Desnivel salvado 550 metros en tres horas y media a una velocidad media de 2,5 km./hora. Longitud recorrida, casi 9 kilómetros.



15-5-2018 KIPUTZETA

BERASKOLA (intento)- KIPUTZETA
15/05/2018

Hoy ha sido un día raro en casi todo menos en el tiempo que se ha comportado tal como indicaban las predicciones: nubes pero sin lluvia. Siguiendo con el otoño ha hecho fresco sobre todo cuando nos daba el viento.

Hemos quedado en el batzoki de Okondo a las 9:30 pero como estaba cerrado, los que han llegado antes nos paran en el Gorostiola, junto a la carretera, donde procedemos al rito del café. Somos, otra vez, 7 (1+6) jubiltaldeos.
El guía alfa se nos desmarca a primera hora de la mañana y se queda en casa desmoronado y derrotado por un lumbago.

El guía beta toma el mando y ante la imposibilidad de interpretar con garantías el wasap donde el alfa nos ha dado las supuestas instrucciones, decide ir al Kiputxeta con la sombra malévola del Galarraga.

Dejamos el coche en Sodupe en el aparcamiento de detrás de la iglesia y empezamos la jornada propiamente dicha a las 10 de la mañana.
La subida, sin descanso, por la carretera asfaltada y con una pendiente endiablada, termina al cabo de tres cuartos de hora en un par de caseríos donde entablamos conversación con un par de señoras de edad indefinida pero próximas, creo yo, a los tres dígitos, que se encuentran paseando por uno de los falsos llanos de la ruta.

Entramos a partir de ahora en zona de camino, bastante húmedo lo que lleva aparejada la existencia de barro de calidad (por lo pegajoso). Dejamos a un lado la casa abandonada y cubierta de maleza y llegamos a un punto en el que las máquinas que están realizando labores forestales han dejado el paso imposible por la cantidad de barro acumulado, porque justo aquí, camiones y orugas hacen sus maniobras.

Hay un intento de abrir nuevas vías, pero el barro que se extiende por doquier y las alambradas de difícil salto nos obligan a retroceder cuando estamos a uno 20 minutos escasos del Kiputxeta y todavía falta un cuarto de hora para el ángelus.

Triunfa el sentido común y empezamos la vuelta a casa parándonos en los aledaños de la casa abandonada para tomar el amaiketako, sencillo y frugal como siempre.

Mismo camino con la diferencia de que lo que antes ha sido subida ahora es bajada de las de dejar las rodillas hechas fosfatina hasta el punto de que las subidas y falsos llanitos suponen un descanso para ellas.

En los coches estamos para las dos menos cuarto. Andando nos dirigimos al batzoki que mira por donde sigue cerrado.
De vuelta a los coches el ecónomo pregunta por algún restaurante y nos recomiendan el Batirtze
Ni intentamos El Porrón ni las piscinas.

Mientras nos ponen la mesa nos sentamos en la terraza de un bar cercano donde celebramos el glorioso capicúa de un jubiltaldeo, al que todos ansiamos emular, con unos torreznos para que el alcohol de las cervezas y los txakolies no entren directamente en vena.

La comida de a 14 € +1 del café es abundante y buena en cuanto a su cochura, pero le hemos encontrado el defecto de que, tal vez por la hora, solo nos han ofrecido dos primeros y dos segundos. Habrá que investigar.

Volvemos a los coches y para las 6 en casa con un sol fenomenal que ha empezado a lucir mientras tomábamos el aperitivo.

24-4-2018 ARMAÑON

ARMAÑON
24/04/2018




Buen tiempo, aunque la salida desde nuestras casas se hace bajo la amenaza de nubes bajas, con una temperatura sin los calores de la semana pasada.

Nos hemos citado a las 9:30 en el barrio de La Calera de Villaverde de Trucíos en el bar-restaurante del mismo nombre, ya conocido por Jubiltaldea en varias ocasiones y al que se le propuso en su día como ermita gastronómica.

Por diversos motivos que no vienen al caso, pero doy fe que están justificados, estamos solo 7 (1+6) jubiltaldeos, eso sí, pocos con respecto a la media, pero muy bien avenidos.
En dos coches, después del cafecito, subimos hasta el alto de La Escrita y a las 10:10 nos ponemos a andar.

La ascensión, salvo un par de cuestas cortas de cierta entidad y la champa final, algo más exigente, ha transcurrido sin más dificultad que algunos charcos que hemos tenido que vadear por sendas alternativas. En ningún momento hemos corrido riesgo de embarrarnos, mojarnos o caernos.

Pese a las últimas lluvias el piso ha estado transitable, alternándose el asfalto (al principio), pista de piedrilla, barro semiseco, más pista de piedrilla y yerba para terminar con una senda hasta la cumbre más bien generada por el ir y venir del ganado vacuno al que no hemos dejado de ver durante todo el trayecto.
Durante la aproximación, vemos nuestra meta cubierta por la nube, que nos recuerda el Fujiyama, pero sin nieve, lo que nos proporciona una sensación de meta difícil de alcanzar.

Llegamos al Armañon (856 m.), ya sin nube, un cuarto de hora después del Angelus. Las vistas
son de 360º y por el mar está intentando entrar un frente de nubes que no nos impiden ver muy cerquita de nosotros el pedregoso Jorrios.

Terminamos el amaiketako, sacamos la foto y “pabajo” a las 12:30 por la misma ruta que a la subida. Tras 45 minutos, en los coches para ponernos guapos e ir a comer.

Aunque está ya preparada la mesa nos da tiempo de tomar el aperitivo además de aceitunas y una gilda por barba por cuenta, y pagada en efectivo, de un destacado jubiltaldeo e incluso socio fundador que está a un telediario de pasar a la década de los 70.
Avisa, no obstante, para que no se cree escuela, que tal generosidad en el aperitivo se ha debido al corto número de beneficiarios presentes.

La comida muy bien. Nos aclaran que los garbanzos son los jueves (yo recuerdo haberlos comido en martes) pero no obstante se acuerda darle definitivamente el trato de ermita gastronómica con mucho camino recorrido para, en un futuro, ser templo gastronómico.

A las cuatro y media para casa. Debemos reconocer que está un poco lejos pues no llegamos, al menos los de costa elegante, hasta pasadas las cinco y media.

17-4-2018 ALEN

TORRELASETA, BETAIO y ALEN
17/04/2018



Con bastante retraso sobre el horario previsto y cuando se habían esfumado las posibilidades de poder disfrutar de la primavera, hete aquí que ésta aparece y hoy precisamente.

Llenos de emocionada y contenida alegría nos juntamos los 12 (1+11) jubiltaldeos disponibles a las 9, en la gasolinera de Ugaldebieta y tras el café y los saludos efusivos, ya que hacía tiempo que no nos veíamos, emprendemos el camino hacia Sopuerta, pasando por Muskiz y el bº de Mercadillo.

En Olabarrieta, dejamos la carretera principal y empezamos a subir y subir, en coche claro, hasta el barrio, en su día minero, de Alén donde dejamos los coches e iniciamos la jornada montañera propiamente dicha, en un primer momento por unas vías del tren por donde se sacaba antaño el mineral de hierro.

En un plis plas, cuando todavía no son las 10:30, a modo de entrenamiento, llegamos al primer monte, el Torrelaseta, con bonitas vistas, pero en el que, como quien dice, no nos quitamos ni las mochilas para partir inmediatamente hacia el Betaio.

En el cordal, al que llegamos tras subidas y bajadas sin mucho fuste, tomamos una pista empedrada, que dejamos pronto para subir hasta la cumbre, monte a través, esta vez con algún esfuerzo pues el montecito tiene 750 m. y unas preciosas vistas con el mar al fondo.

Aquí si paramos para el amaiketako, como siempre frugal.

Para encarar el descenso hacemos dos cordadas tratando de evitar en lo posible la fuerte pendiente. Hoy el guía alfa está un poco espeso y tampoco ayuda mucho el Google Maps. Además, en ningún momento hemos visto ninguna marca.
Cuando, al cabo de un rato, nos juntamos otra vez nos dirigimos al Alén llegando pasadas la 1 contemplando con emoción contenida, por parte de algunos, un buzón del otrora club Bancaya.

Pese a tener asegurada la comida, desistimos hacer más cumbres por hoy y así no darle envidia al de Benidorm porque hacer cuatro montes y no estando él, hubiésele sido muy duro de asimilar.

A la 1:10 vamos hacia los coches y antes de las dos, ya nos estamos quitando las botas.

Comemos en La Bodeguilla situado en el bº de El Carral en Sopuerta, recomendada por un amigo bancario del guía y natural de la zona, donde además de comer y bien, por cierto, tomamos el aperitivo conmemorativo del cumpleaños de un jubiltaldeo al que le andan rondando los 70 tacos, muy bien llevados, por cierto.

El café, los chupitos e incluso un puro tienen lugar a la sombra del porche comentando anécdotas del reciente Camino de Santiago y la posibilidad de acercarnos a Ubidea, si es que está abierto, para despedirnos antes de que cierren y de paso darles un detalle a Josune y compañía.

Para las 6 estamos en casa

13-3-2018 ZAMAIA Y GONGEDA

ZAMAIA - GONGEDA
13/03/2018






Salimos de nuestras respectivas bases con algo de lluvia pero con buenas predicciones que ciertamente se cumplen y los 11 (1+10) jubiltaldeos hoy operativos, disfrutamos de un día estupendo.

Desde Alonsótegui y después del café, a las 9:20, sí, así de temprano, empezamos a andar hacia estos montes ya conocidos y cuyas crónicas están reflejadas en 2011.

Vamos por pistas generosas por su amplitud y secas afortunadamente, siempre hacia arriba con algún que otro falso llano o valle suspendido como le gusta llamarles a nuestro guía Alfa, hoy ausente.
Hay, sobre todo al principio, hormigón y luego tierra mezclada con piedrilla, en casi todo el ascenso hasta que nos desviamos hacia las antiguas minas que de las tres que existían en Alonsótegui, esta cuya bocamina vemos es la Zamaia.en el que el camino es más abrupto.

Un pequeño grupo de a cuatro ha elegido una ruta más larga, pero todos convergemos poco antes del objetivo a donde llegamos tras dos horas de andar.
Dos nos quedamos por precaución mientras el resto hace cumbre en el Gongeda (666m.) en un ir, fotografiarse y bajar porque nos echaban de menos.

Otra vez juntos, tomamos el amaiketako y el sol que hoy está generoso acompañados de unos cuantos caballos a los que les damos un pequeño aperitivo a base de las peladuras y tronchos de las manzanas así como la piel de los plátanos.

Bajamos por la misma ruta que a la subida y a la una y media estamos en los coches poniéndonos guapos para ir a comer al batzoki.

Para las 5 de la tarde, con algunas gotas que obligan a poner el limpiaparabrisas, llegamos a casa.

6-3-2018 ENEABE

ENEABE (desde Ubide)
06/03/2018




Diez (1+9) jubiltaldeos nos juntamos en el alto de Barázar para tomar el café. Hay bajas significativas por varios y justificados motivos.

El tiempo no se puede decir que sea malo y tampoco es que haga mucho frio si no sopla el viento. Hoy tenemos previsto paseo tranquilo con lluvia anunciada para el mediodía.

Antes de nada, llamamos al templo gastronómico donde nos informan que está cerrado por “traspaso” del negocio ya que la amá es mayor y dos de las hermanas están embarazadas, a punto de dar a luz. Disgusto colectivo y reacción rápida para asegurarnos el condumio llamando inmediatamente al otro templo que es el Amorrortu y que nos pilla de camino a casa.

Empezamos la caminata a las 10:20 y tres horas más tarde ya estamos de vuelta en los coches.

Como es habitual al principio todo es cuesta arriba. Al poco de comienzo nos paramos para charlar con el quesero de Ubide, comentar su aparición en EITB y conocer de primera mano su ampliación del negocio con la carne de vaca a las que estaba alimentando.

Tras los primeros 2,5 kilómetros llegamos al Eneabe, con sus esbeltas antenas, casi después de una hora de marcha, al principio por asfalto y luego por una pista amplia y bien cuidada de servicio a las antenas. No estamos mucho tiempo porque el viento es fresco.

Descendemos por senda un poco peor hasta llegar, a la hora del ángelus, atravesando un precioso hayedo, al parquin de Otzarreta donde nos tomamos el amaiketako situado en las antípodas del que disfrutamos en el Nacedero el Nervión porque hoy nos hemos conformado con la manzana o mandarina, según gustos, algún fruto seco y agua, es decir, nada que ver con las tostadas de carnaval, el cava y el jerez dulce del martes pasado.

El tiempo sigue mejorando, por ahora, e incluso tenemos sol. El regreso a la base lo hacemos por otro camino en plan tobogán, con continuas subidas y bajadas nada serias, algo más largo, también con buena pista y variedad de charcos para evitar la monotonía.

Los dos últimos kilómetros transcurren junto al rio Undabe que baja cantarín y rumoroso con bastante cantidad de agua.

Nos encontramos con Josune que conducía un todo terreno quien en corta conversación nos confirma lo de esta mañana y los planes de futuro de la familia. Una misteriosa cesta que lleva en el asiento del copiloto nos hace pensar a los profanos  seteros que a lo mejor va a por setas pensamiento que es vituperado y un par de expresiones más por el maestro setero. Vamos que ni de coña se podría encontrar una seta en esta época.

Nos mudamos tranquilamente y nos tomamos el aperitivo con las almendras en el batzoki.

Justo a las 2 empieza a llover en forma de agua nieve y salimos hacia Lemona donde nos espera la mesa ya puesta. La comida extraordinaria como siempre con el único defecto, que por otra parte es ya habitual, de que comemos a una velocidad como si en ello nos fuera la vida.

Dado que solo dos toman chupito y no hay quorum para hablar del Camino de Santiago versión 14v-2018 ni el Athletic este año levanta pasiones, hacia las 4 nos vamos para casa, unos a Bilbao y otros a Getxo.

Tan rápida ha sido la vuelta que a mí no se me ha dormido ningún tripulante y encima, prácticamente antes de ir a la ducha me ha dado tiempo de escribir esta reseña, reseña un poco triste porque hemos perdido un templo gastronómico que será difícil que los que se queden con el negocio del restaurante, si es que alguien lo hace, lleguen a los niveles de cantidad, calidad, precio y simpatía.