UBIDEA-UBIDEA (10-07-2012)
Esta crónica
me ha resultado difícil. No sabía como titularla, pues no hemos hecho cumbre.
El valle de Arratia nos ha dado la bienvenida con un suave sirimiri, lo que
conllevaba niebla a partir de Barázar, así que no se por donde hemos andado. No
se veía ni Eniabe, ni Gorbeia, ni Oketa,
las pistas por las que hemos transitado estaban señalizadas por hitos ( esas
piedritas unas encima de otras ) que no sabes si te dicen que sigas o que tires
para arriba, menos mal que no había representación del núcleo duro y no hemos
tenido que decidir.
Un pelín más
tarde de la hora convenida, por culpa del tráfico, nos hemos juntado 5
jubiltadeos en el bar de Barázar para tomar café. Uno ha comentado que ha
estado a punto de llamar para suspender la excursión, por la lluvia que caía
cerca de la costa, pero que se lo ha pensado mejor. Tras el café salimos hacia
Ubidea.
Hemos
aparcado los coches, reservado la
pitanza y cruzando la plaza dirección a los castaños que solemos esquilmar en
otoño, tomamos la pista asfaltada en dirección al Oketa. Esta pista nos resulta
familiar, la hemos utilizado en otras ocasiones y en ambas direcciones, la
hemos subido y bajado.
Al terminar
el asfalto la pista se inclina hacia arriba y discurre entre un bosque de
hayedos donde vemos alguna seta que más tarde nos enteramos pueden ser
urretxas. El guía alfa se muestra prudente y ante la niebla en el Oketa, decide
dejarlo a la izquierda y seguir un desvío a la derecha que desciende hasta una
cabaña-txoko donde paramos para comer la fruta. El tiempo empleado para el
amaiketako ha sido algo mayor de lo habitual, creo que con la esperanza de que
apareciera el “Julián” de hace 15 días, pero no.
Descendemos
en dirección al río con intención de cruzarlo e incorporarnos a la senda de
Ubidea, cosa que hacemos sin dificultad, pues el río lleva poco agua. Seguimos
la senda hasta el pueblo, no sin antes ver en el albergue a un grupo de niños
que nos ha parecido Saharauis.
Ciertamente
son Saharauis, nos lo ha confirmado un compañero del trabajo que volvía del
Albergue donde había dejado unas bolsas de comida donadas por una asociación de
Barakaldo que apoya al pueblo Saharaui.
Para hacer
tiempo, son las 13.30, vamos al Batzoki a tomar un txakolí. El sirimiri nos ha
dejado y decidimos pasear hasta un bar
que hay en la entrada de Ubidea para repetir la ronda, está cerrado pero
objetivo cumplido, son las dos y es hora de comer.
Josune nos
tiene preparada la mesa y las viandas en su línea “ TRES BOLETUS JUBILTALDEOS “
por lo de las estrellas Michelín. La atención insuperable y la sobremesa muy
fructífera pues ya hay fechas para Larrun, convivencias. Dichas fechas serán
votadas y consensuadas en la clásica del próximo martes, antes de los txupitos.
Escribo esta
crónica en desde la parte alta de Bilbao el 10 de Julio del 2012.
P.D. Si
alguno quiere más información montañera de esta crónica, que se dirija al
guía
Alfa.