APUKO desde EL REGATO
22/03/2011
El tiempo se ha unido a los actos conmemorativos para dar la bienvenida a la primavera y, después de algunos martes bastante chungos, hoy está despejado, radiante, luminoso.
Como clavos, a las 9,30 estamos 11 jubiltaldeos en el parking de El Regato. Tras una concienzuda búsqueda de un bar abierto, por fin damos con uno, el único, para tomar el café.
A las 10 iniciamos la andadura subiendo, a veces con fuertes pendientes, por la San Roke kalea hasta el barrio de Tellitu donde se nos acaba el piso hormigonado.
Entre un camino y una torrentera elegimos el camino aunque no muy convencidos porque, si bien hemos iniciado la marcha con la señalización de un GR, esta desaparece y queda sustituida por hitos que vaya usted a saber a donde nos llevan.
El camino transcurre entre muy variada vegetación sin predominio de ninguna especie. Se nota la estación y el buen tiempo ya que los pájaros están más alegres o tal vez más insistentes en la búsqueda de pareja.
Seguimos andando, no sin ciertas dudas, porque poco a poco el objetivo lo vamos dejando a nuestra espalda. Hay algo de barro y tenemos que vadear algún que otro regatillo (por eso, digo yo, estamos en El Regato) pero sin riesgo para nuestra integridad física. La integridad moral la tenemos alta y consolidada.
Atravesamos un bosque de madroños y empezamos poco después una subida corta pero intensa en la que la senda tiene formados una especie de escalones que a los paticortos nos supone un esfuerzo adicional.
Nos arrejuntamos en la base de una torre de alta tensión perteneciente a una de las cuatro líneas paralelas que desde aquí divisamos, para conectar unos metros más arriba con la pista empedrada que va de Baracaldo a La Arboleda
Nos cruzarnos con dos colegas, jubilados de Altos Hornos, con los cuales el guía alfa mantiene un largo intercambio de impresiones cartográficas, aclarándonos que hemos utilizado la senda Arana para llegar hasta aquí pero que la torrentera era otra opción perfectamente válida.
Después de andar un rato por la pista atacamos la cumbre divididos en dos cordadas, unos por la vertiente sur, más directa y los demás por la norte después de rodear la falda del monte por la mencionada pista y subir la última cuesta dando la espalda a Peñas Blancas.
A las 12 menos cuarto estamos todos ex-equo en el Apuko también denominado Ganeroitz (561m.).
El tiempo sigue magnífico y mientras tomamos el amaiketako, esta vez con el refuerzo al menú habitual de un poco de cecina y unas lingotadas de vino, nada menos que un reserva Cabernet Sauvignon que dicho sea de paso maridaba perfectamente con el tasajo, repasamos la geografía orográfica de la zona: Ganeko, Gongeda, Eretza…....
Tras la foto, que supongo será colocada en nuestra página web, a las 12 iniciamos el descenso.
Seguimos por la pista que hemos traído a la ida y en un cruce, señalado, tomamos dirección a Muskiz hasta llegar a un edificio forestal en desuso situado en un bosquecillo de robles, aislado entre tanto pino. Aquí nos desviamos otra vez y continuamos descendiendo hasta el barrio de Castaños donde se nos acaba la pista. Atravesamos un puente y nos colocamos en la margen izquierda del rio del mismo nombre.
Ahora caminamos por el camino “oficial” que transcurre de El Regato a Castaños a veces con bastante barro y con la sorpresa de un coche abandonado en una torrentera consecuencia, según el relato de un paisano, de una animada despedida en La Arboleda. Increíble que hubiese podido llegar hasta allí y más increíble todavía que pensasen seguir por ese camino.
Como el GPS está que se sale tenemos entretenimiento comprobando tanto la exactitud del aparato indicándonos los senderos que desembocan en nuestra ruta como los progresos que ha hecho su propietario.
Llegamos a los coches a las 2,15 con tiempo algo nublado y tras el vinito a las 3 estamos comiendo en el Erreka-Alde.
Durante la comida y la sobremesa le damos de lleno al proyecto de las etapas del Camino de Santiago previstas para el mes de Abril.
A las cuatro y pico cuando ya estaban a punto de despegarnos de las sillas con agua hirviendo, nos vamos a los coches y tranquilamente para casa.
Esta crónica, que en su día formará parte de la historia de Jubiltaldea, se ha escrito en Algorta a 23 de Marzo de 2011, justo en el día después del inicio de la primavera.
jueves, 24 de marzo de 2011
domingo, 20 de marzo de 2011
15-3-2011 TRAVESIA ALONSOTEGI-ARRIGORRIAGA
TRAVESIA ALONSOTEGUI – BILBAO/ARRIGORRIAGA
15/03/2011
Hemos quedado en la estación de La Concordia a las 10 para coger el tren después, claro está, de tomar el cafelito.
El tiempo, aunque a esta hora están cayendo algunas gotas, parece que va a aguantar hasta después de comer. La temperatura es buena.
A las 10,35 ya estamos en Alonsótegui y sin más preámbulos empezamos a andar los 10 jubiltaldeos supérstites. No llueve ya y el sol, de vez en cuando pero sin manifestar mucho interés, hace su aparición.
Se hace con el mando, en ausencia del guía alfa, el botánico amateur y guía beta.
Tras el paso por la zona urbana (ermita de S. Antolín, rio Cadagua y paso por debajo del corredor del Cadagua) llegamos al barrio de Azordoiaga donde el subjefe suplente de audiovisuales nos inmortaliza a los más rezagados junto a un icono serbio situado a la entrada de la ermita de San. Juan
Hasta las 11,15 circulamos por carretera sin problemas, en cuanto a desnivel se refiere, lo que nos permite mantener conversaciones sobre temas deportivos, turísticos y profundos. Como dentro de poco entraremos en la primavera oficial ya se empiezan a oír los pájaros e incluso ya hemos comido la primera fresa silvestre de la temporada.
En un desvío debidamente señalizado tomamos en dirección al Pagasarri. Seguimos por una buena pista de hormigón que, ya cogiendo altura, nos llevará hasta el agroturismo Ordaola (con bar y restaurante).
Como todo el trayecto lo hacemos rodeados de pinos vemos y pisamos una cantidad monumental de procesionaria, me imagino que en búsqueda de más arboles para colonizar. Impresionante.
Ahora la ruta ya ha adquirido una pendiente como para acallarnos un poco. Llegamos a otro cruce que nos dice que desde Azordoiaga hemos andado 6,6 Km. Y que hasta las neveras de Edurzuloak nos quedan 1,6.
Dejamos la pista y nos metemos en camino teniendo a nuestra espalda el Ganeko, el Eretza y más al fondo, gracias al viento sur que todavía sopla, podemos ver las nieves de lo que seguramente es el Alto Campoo. A nuestra izquierda asoma la punta del Serantes.
Son ya las 12,20 cuando hacemos un alto para tomar el amaiketako, hidratarnos un poco porque sudar sí hemos sudado y de paso deliberar sobre el final de nuestro recorrido, es decir Bilbao o Arrigorriaga. La votación es de empate por lo que se acude a la democrática “cara o cruz”. Sale ir a Bilbao pero que nadie me pregunte por qué, a las 12,30 estamos andando hacia Arrigorriaga.
Dejamos el Paga a nuestra izquierda y vamos en dirección al Pastorekorta en cuyas campas nos desviamos hacia la derecha no sin antes tener un cambio de impresiones sobre la conveniencia de acortar la ruta ya que ha empezado a llover más consistentemente y por lo que se ve no tiene pinta de escampar. Que yo fui una vez por aquí, que si este es más largo que aquél, que este es el oficial …....y, andando, andando, después de pasar por la ermita de S. Pedro Abrisketa (s.XII) y unas cuantas bajadas romperrodillas siguiendo el gaseoducto y un tramo de la tubería de agua del Zadorra a Venta Alta, llegamos al Poli por la carretera de la cantera, a las 2,30 y con lluvia recia.
Como no hemos reservado previamente tenemos que esperar casi media hora lo que aprovechamos para adecentarnos y tomarnos el blanquito con las almendras oficiales y las nueces sobrantes de la Sidrería y que su custodio las ha traído peladas. A este detalle se añade el que el blanco corre a cargo de un jubiltaldeo que cumple años en la época vacacional. Ojo al dato y aviso a navegantes.
La comida bien, sin quejas. En la sobremesa se afina el menú del jueves y se reparten tareas.
Veremos si el ecónomo afina la inversión con el sobrante del fondo.
Son ya pasadas las 4 cuando emprendemos el regreso a casa andando hasta Basauri. No nos ha llovido pero hemos dado una vuelta de la pera. A las 5,30 estamos entrando por la boca del metro de Ariz, metro que hemos ido abandonando a medida que nos iba dejando cerca de casa.
Sin más que decir cierro esta crónica en Algorta a 18 de Marzo de 2011, Séptimo de Jubiltaldea.
15/03/2011
Hemos quedado en la estación de La Concordia a las 10 para coger el tren después, claro está, de tomar el cafelito.
El tiempo, aunque a esta hora están cayendo algunas gotas, parece que va a aguantar hasta después de comer. La temperatura es buena.
A las 10,35 ya estamos en Alonsótegui y sin más preámbulos empezamos a andar los 10 jubiltaldeos supérstites. No llueve ya y el sol, de vez en cuando pero sin manifestar mucho interés, hace su aparición.
Se hace con el mando, en ausencia del guía alfa, el botánico amateur y guía beta.
Tras el paso por la zona urbana (ermita de S. Antolín, rio Cadagua y paso por debajo del corredor del Cadagua) llegamos al barrio de Azordoiaga donde el subjefe suplente de audiovisuales nos inmortaliza a los más rezagados junto a un icono serbio situado a la entrada de la ermita de San. Juan
Hasta las 11,15 circulamos por carretera sin problemas, en cuanto a desnivel se refiere, lo que nos permite mantener conversaciones sobre temas deportivos, turísticos y profundos. Como dentro de poco entraremos en la primavera oficial ya se empiezan a oír los pájaros e incluso ya hemos comido la primera fresa silvestre de la temporada.
En un desvío debidamente señalizado tomamos en dirección al Pagasarri. Seguimos por una buena pista de hormigón que, ya cogiendo altura, nos llevará hasta el agroturismo Ordaola (con bar y restaurante).
Como todo el trayecto lo hacemos rodeados de pinos vemos y pisamos una cantidad monumental de procesionaria, me imagino que en búsqueda de más arboles para colonizar. Impresionante.
Ahora la ruta ya ha adquirido una pendiente como para acallarnos un poco. Llegamos a otro cruce que nos dice que desde Azordoiaga hemos andado 6,6 Km. Y que hasta las neveras de Edurzuloak nos quedan 1,6.
Dejamos la pista y nos metemos en camino teniendo a nuestra espalda el Ganeko, el Eretza y más al fondo, gracias al viento sur que todavía sopla, podemos ver las nieves de lo que seguramente es el Alto Campoo. A nuestra izquierda asoma la punta del Serantes.
Son ya las 12,20 cuando hacemos un alto para tomar el amaiketako, hidratarnos un poco porque sudar sí hemos sudado y de paso deliberar sobre el final de nuestro recorrido, es decir Bilbao o Arrigorriaga. La votación es de empate por lo que se acude a la democrática “cara o cruz”. Sale ir a Bilbao pero que nadie me pregunte por qué, a las 12,30 estamos andando hacia Arrigorriaga.
Dejamos el Paga a nuestra izquierda y vamos en dirección al Pastorekorta en cuyas campas nos desviamos hacia la derecha no sin antes tener un cambio de impresiones sobre la conveniencia de acortar la ruta ya que ha empezado a llover más consistentemente y por lo que se ve no tiene pinta de escampar. Que yo fui una vez por aquí, que si este es más largo que aquél, que este es el oficial …....y, andando, andando, después de pasar por la ermita de S. Pedro Abrisketa (s.XII) y unas cuantas bajadas romperrodillas siguiendo el gaseoducto y un tramo de la tubería de agua del Zadorra a Venta Alta, llegamos al Poli por la carretera de la cantera, a las 2,30 y con lluvia recia.
Como no hemos reservado previamente tenemos que esperar casi media hora lo que aprovechamos para adecentarnos y tomarnos el blanquito con las almendras oficiales y las nueces sobrantes de la Sidrería y que su custodio las ha traído peladas. A este detalle se añade el que el blanco corre a cargo de un jubiltaldeo que cumple años en la época vacacional. Ojo al dato y aviso a navegantes.
La comida bien, sin quejas. En la sobremesa se afina el menú del jueves y se reparten tareas.
Veremos si el ecónomo afina la inversión con el sobrante del fondo.
Son ya pasadas las 4 cuando emprendemos el regreso a casa andando hasta Basauri. No nos ha llovido pero hemos dado una vuelta de la pera. A las 5,30 estamos entrando por la boca del metro de Ariz, metro que hemos ido abandonando a medida que nos iba dejando cerca de casa.
Sin más que decir cierro esta crónica en Algorta a 18 de Marzo de 2011, Séptimo de Jubiltaldea.
domingo, 13 de marzo de 2011
8-3-2011 AZERO
AZERO (desde UBIDEA)
08/03/2011
Brote verde, meteorológicamente hablando, después de dos martes anti-monte.
Hoy no tenemos dudas y tras tomar el cafelito en el alto de Barázar, en donde por cierto hace un vientecillo recio y fresco, los 10 jubiltaldeos que somos, nos vamos a Ubidea a dejar los coches.
Para las diez menos cuarto estamos saliendo del pueblo por carretera asfaltada. Cuando se acaba ésta seguimos por caminos de tierra apisonada y de gravilla en plan paseo y flanqueados por hayas, robles y acacias que todavía no muestran ningún signo primaveral.
Un poco más adelante empezamos a pisar el parque natural del Gorbeia en el que estaremos toda la mañana. El cielo, en contra de lo que teníamos previsto al salir de casa está gris aunque a veces asoma el sol tímidamente. Lo que sí hace es bastante viento del sur-sudeste que ya veremos cómo se comporta en las alturas.
El río Undebe lo tenemos a nuestra izquierda y baja con bastante agua lo que nos impide vadearlo, sin riesgos colaterales más que probables, para poder seguir el camino previsto hacia nuestro objetivo.
Hacemos tres intentos en otros tres puntos y en vista de este muro plano infranqueable, el guía alfa decide arriesgar su tan labrado prestigio y nos dirige hacia Arimekorta. Son ya las 11 de la mañana.
El Aldamin, y la peña Gorbeia a nuestra izquierda y más de frente Peña Lekanda tienen un aspecto bastante lúgubre con nubes grises en sus cimas y no nos extrañaría que estuviese nevando en ellas.
Después de ascender un buen trecho por la pista de hormigón atravesamos el umbrío bosque de cipreses Lawson y abetos Douglas de tamaño considerable (información contrastada con el guía beta que además sabe bastante de botánica) para poco después y cuando tenemos a la vista el refugio, desviarnos hacia la izquierda para subir a la cumbre por la vertiente sur.
En este punto un miembro de la partida decide, para evitar males mayores en su ya maltrecha rodilla, volver tranquilamente al campo base.
Entramos en un precioso bosque de hayas y a medida que vamos subiendo cambiamos el murmullo del agua en el río por el de las ramas de los árboles.
Nos encontramos con bastante nieve pero los arroyuelos por donde corre el agua del deshielo están lo bastante visibles como para que nadie meta la pata.
En una especie de collado nos quedamos totalmente expuestos al viento y tenemos que parar para ponernos las prendas de abrigo. Desde este punto al Azero (971 m.) es un paseo hasta la cumbre donde llegamos a las 12,30.
Rápidamente nos ponemos al socaire para el amaiketako que hoy tiene el extra del queso que sobró en la excursión de la Sidrería, un poquísimo de cecina y un Albariño, cosecha excelente, a temperatura ambiente.
Foto y para abajo porque si no hoy no comemos como Dios manda. Salvo un pequeño atajo, que lo señalizamos convenientemente, y que nos ha ahorrado algo así como un cuarto de hora, la vuelta la realizamos por el mismo camino
A las tres menos cuarto estamos junto a los coches para cambiarnos y sin el blanquito habitual (esto da una idea de lo justos que hemos andado de tiempo) nos sentamos en el templo gastronómico. Tenemos de primero, a elegir entre alubia blanca, patatas a la riojana y macarrones con setas y de segundo, anchoas y carrillera es salsa. Para evitar líos elegimos todo para todos y así no tienen que tomarnos nota.
Terminada la comida, el editor, maquetador y corrector cianogáfico reparte a los presentes el libro <>. El trabajo es excelente.
Firmamos todos en toda la edición y prácticamente nos ocupa toda la sobremesa. A los no presentes se les dará en la comida del día 17 y a los que tampoco se les vea por el txoko se les entregará cuando se les vea.
Nos sacamos una foto con Josune a la que regalamos un ejemplar como representante, en ese momento, del restaurante cabecera de Jubiltaldea que además es el más sale en las crónicas.
Antes de irnos a casa subimos a la quesería Pagoeta para comprar queso de Idiazábal que según los entendidos es muy bueno y está a buen precio.
A eso de las 5 salimos para casa a la que llegamos sin contratiempos y con un sol maravilloso, entre las 6 y 6,30 dependiendo del reparto que hayan hecho los que les ha tocado llevar hoy el coche.
Esta crónica se ha escrito en el barrio de Algorta, perteneciente al municipio de Getxo, el 9 de Marzo del año 7 de la era Jubiltaldea equivalente al 2011 d.c.
08/03/2011
Brote verde, meteorológicamente hablando, después de dos martes anti-monte.
Hoy no tenemos dudas y tras tomar el cafelito en el alto de Barázar, en donde por cierto hace un vientecillo recio y fresco, los 10 jubiltaldeos que somos, nos vamos a Ubidea a dejar los coches.
Para las diez menos cuarto estamos saliendo del pueblo por carretera asfaltada. Cuando se acaba ésta seguimos por caminos de tierra apisonada y de gravilla en plan paseo y flanqueados por hayas, robles y acacias que todavía no muestran ningún signo primaveral.
Un poco más adelante empezamos a pisar el parque natural del Gorbeia en el que estaremos toda la mañana. El cielo, en contra de lo que teníamos previsto al salir de casa está gris aunque a veces asoma el sol tímidamente. Lo que sí hace es bastante viento del sur-sudeste que ya veremos cómo se comporta en las alturas.
El río Undebe lo tenemos a nuestra izquierda y baja con bastante agua lo que nos impide vadearlo, sin riesgos colaterales más que probables, para poder seguir el camino previsto hacia nuestro objetivo.
Hacemos tres intentos en otros tres puntos y en vista de este muro plano infranqueable, el guía alfa decide arriesgar su tan labrado prestigio y nos dirige hacia Arimekorta. Son ya las 11 de la mañana.
El Aldamin, y la peña Gorbeia a nuestra izquierda y más de frente Peña Lekanda tienen un aspecto bastante lúgubre con nubes grises en sus cimas y no nos extrañaría que estuviese nevando en ellas.
Después de ascender un buen trecho por la pista de hormigón atravesamos el umbrío bosque de cipreses Lawson y abetos Douglas de tamaño considerable (información contrastada con el guía beta que además sabe bastante de botánica) para poco después y cuando tenemos a la vista el refugio, desviarnos hacia la izquierda para subir a la cumbre por la vertiente sur.
En este punto un miembro de la partida decide, para evitar males mayores en su ya maltrecha rodilla, volver tranquilamente al campo base.
Entramos en un precioso bosque de hayas y a medida que vamos subiendo cambiamos el murmullo del agua en el río por el de las ramas de los árboles.
Nos encontramos con bastante nieve pero los arroyuelos por donde corre el agua del deshielo están lo bastante visibles como para que nadie meta la pata.
En una especie de collado nos quedamos totalmente expuestos al viento y tenemos que parar para ponernos las prendas de abrigo. Desde este punto al Azero (971 m.) es un paseo hasta la cumbre donde llegamos a las 12,30.
Rápidamente nos ponemos al socaire para el amaiketako que hoy tiene el extra del queso que sobró en la excursión de la Sidrería, un poquísimo de cecina y un Albariño, cosecha excelente, a temperatura ambiente.
Foto y para abajo porque si no hoy no comemos como Dios manda. Salvo un pequeño atajo, que lo señalizamos convenientemente, y que nos ha ahorrado algo así como un cuarto de hora, la vuelta la realizamos por el mismo camino
A las tres menos cuarto estamos junto a los coches para cambiarnos y sin el blanquito habitual (esto da una idea de lo justos que hemos andado de tiempo) nos sentamos en el templo gastronómico. Tenemos de primero, a elegir entre alubia blanca, patatas a la riojana y macarrones con setas y de segundo, anchoas y carrillera es salsa. Para evitar líos elegimos todo para todos y así no tienen que tomarnos nota.
Terminada la comida, el editor, maquetador y corrector cianogáfico reparte a los presentes el libro <
Firmamos todos en toda la edición y prácticamente nos ocupa toda la sobremesa. A los no presentes se les dará en la comida del día 17 y a los que tampoco se les vea por el txoko se les entregará cuando se les vea.
Nos sacamos una foto con Josune a la que regalamos un ejemplar como representante, en ese momento, del restaurante cabecera de Jubiltaldea que además es el más sale en las crónicas.
Antes de irnos a casa subimos a la quesería Pagoeta para comprar queso de Idiazábal que según los entendidos es muy bueno y está a buen precio.
A eso de las 5 salimos para casa a la que llegamos sin contratiempos y con un sol maravilloso, entre las 6 y 6,30 dependiendo del reparto que hayan hecho los que les ha tocado llevar hoy el coche.
Esta crónica se ha escrito en el barrio de Algorta, perteneciente al municipio de Getxo, el 9 de Marzo del año 7 de la era Jubiltaldea equivalente al 2011 d.c.
viernes, 4 de marzo de 2011
1-3-2011 EL REGATO
NOMONTE
BILBAO – EL REGATO - CRUCES
01/03/2011
Las adversas condiciones meteorológicas sufridas desde el domingo y las predicciones para el día de hoy no aconsejaban ninguna salida montañera por lo que la convocatoria oficial dejaba a elección de los jubiltaldeos el cuanto, el cómo y el donde deseaban mojarse.
Y oye, a las 10 de la mañana estamos en el Goizeko 8 jubiltaldeos bien abrigados y con paraguas para dar un asfaltopaseo hasta donde nos dejase el tiempo y la moral pero oficialmente hasta El Regato.
La precariedad de la salida, como quien dice con las manos en los bolsillos, hace que no llevemos cámara de fotos, ni amaiketako y ni siquiera lápiz con el tomar anotaciones para la crónica.
A las 10,15 bajo la dirección del guía omega (él mismo ha elegido el nombre entre una terna de letras griegas) iniciamos la andadura. Para cuando llegamos al parque de Dña. Casilda ya tenemos los paraguas abiertos.
Por Abandoibarra y el museo marítimo (por cierto, algunas de las embarcaciones que se encuentran en el dique seco tienen un no-mantenimiento que da pena verlas) seguimos bordeando la ría hasta llegar a Zorroza. Tras un breve paso por zona urbana cruzamos el rio Cadagua, por cierto con bastante agua, y por Lutxana-Baracaldo seguimos ruta, bien por la orilla de la ría, bien por zonas más urbanas en las que el guía va explicando la evolución del tema inmobiliario surgido tras el desmantelamiento de la industria y la posterior regeneración de la zona.
Para las 12 estamos en la desembocadura del río Galindo frente al pabellón del Kaiku.
Dejamos la ría y por la orilla derecha del río nos dirigimos a Megapark. Por supuesto, para ahora hemos cerrado y abierto los paraguas unas cuantas veces pero, afortunadamente, la inexistencia de viento nos mantiene secos.
Tras atravesar Megapark, cruzar la autopista para pasar a Max Center y retroceder hasta Retuerto cogemos el paseo en el parque de Bengolea. Todavía nos quedan aproximadamente unos 4 Km. largos pero ya por zona rural propiamente dicha.
Esta parte del paseo tiene que ser muy agradable con buen tiempo y no tiene apenas desniveles salvo el que supera la presa del pantano de Gorostiza que, por cierto, hoy está desembalsando agua. Cruzamos por debajo de la Super Sur y hasta llegar a El Regato el camino va siempre bordeando el embalse. Son las dos menos diez cuando atravesamos el puente que nos conduce al casco urbano.
Intendencia de avituallamiento, es decir, comida de cuchara y blanquito con las almendras. Como en el restaurante Erreka-Alde, donde hemos reservado, hay una excursión con bastante personal para comer, aunque en comedores diferentes, optamos por adelantar la comida no vaya a ser que nos eternicemos.
Esta se puede catalogar como ni fú ni fá pero con mantel y servilletas de tela, bien atendidos y por el precio de 8,50€, tampoco es cosa de exigir mucho.
El guía sabe que hay autobús a Retuerto pero no sé por qué (aunque se elaboran algunas teorías) pregunta el horario cuando ya nos hemos levantado de la mesa con lo cual y dado que son las 4,05 y el siguiente autobús es a las 4,30 no nos queda más remedio, salvo que podamos aguantar el frío y la humedad en la parada, que volver andando otros 4,7 Km, equivalentes a otra hora que nos llevará llegar hasta el metro.
Nos cruzamos con bastantes paseantes en una y otra dirección y, salvo que sigue lloviendo, a veces fuerte, y que el ecónomo todavía está un poco pez con las aplicaciones de su móvil como lo demuestra que durante un rato estamos nada menos que en Méjico!!, el trayecto transcurre en amigable conversación.
Pasadas las 5 cogemos el metro en Cruces, los de Bilbao línea de Ariz y los de Uribe Costa línea de Plencia.
Son las 6 cuando estamos ya en casa.
Se escribe esta crónica, al momento, en Algorta, rogando a los señores lectores que exculpen los posibles errores cartográficos ya que, al no poder ir tomando notas, tanto la memoria de mis colaboradores como la mía propia ha podido sufrir involuntarias lagunas.
BILBAO – EL REGATO - CRUCES
01/03/2011
Las adversas condiciones meteorológicas sufridas desde el domingo y las predicciones para el día de hoy no aconsejaban ninguna salida montañera por lo que la convocatoria oficial dejaba a elección de los jubiltaldeos el cuanto, el cómo y el donde deseaban mojarse.
Y oye, a las 10 de la mañana estamos en el Goizeko 8 jubiltaldeos bien abrigados y con paraguas para dar un asfaltopaseo hasta donde nos dejase el tiempo y la moral pero oficialmente hasta El Regato.
La precariedad de la salida, como quien dice con las manos en los bolsillos, hace que no llevemos cámara de fotos, ni amaiketako y ni siquiera lápiz con el tomar anotaciones para la crónica.
A las 10,15 bajo la dirección del guía omega (él mismo ha elegido el nombre entre una terna de letras griegas) iniciamos la andadura. Para cuando llegamos al parque de Dña. Casilda ya tenemos los paraguas abiertos.
Por Abandoibarra y el museo marítimo (por cierto, algunas de las embarcaciones que se encuentran en el dique seco tienen un no-mantenimiento que da pena verlas) seguimos bordeando la ría hasta llegar a Zorroza. Tras un breve paso por zona urbana cruzamos el rio Cadagua, por cierto con bastante agua, y por Lutxana-Baracaldo seguimos ruta, bien por la orilla de la ría, bien por zonas más urbanas en las que el guía va explicando la evolución del tema inmobiliario surgido tras el desmantelamiento de la industria y la posterior regeneración de la zona.
Para las 12 estamos en la desembocadura del río Galindo frente al pabellón del Kaiku.
Dejamos la ría y por la orilla derecha del río nos dirigimos a Megapark. Por supuesto, para ahora hemos cerrado y abierto los paraguas unas cuantas veces pero, afortunadamente, la inexistencia de viento nos mantiene secos.
Tras atravesar Megapark, cruzar la autopista para pasar a Max Center y retroceder hasta Retuerto cogemos el paseo en el parque de Bengolea. Todavía nos quedan aproximadamente unos 4 Km. largos pero ya por zona rural propiamente dicha.
Esta parte del paseo tiene que ser muy agradable con buen tiempo y no tiene apenas desniveles salvo el que supera la presa del pantano de Gorostiza que, por cierto, hoy está desembalsando agua. Cruzamos por debajo de la Super Sur y hasta llegar a El Regato el camino va siempre bordeando el embalse. Son las dos menos diez cuando atravesamos el puente que nos conduce al casco urbano.
Intendencia de avituallamiento, es decir, comida de cuchara y blanquito con las almendras. Como en el restaurante Erreka-Alde, donde hemos reservado, hay una excursión con bastante personal para comer, aunque en comedores diferentes, optamos por adelantar la comida no vaya a ser que nos eternicemos.
Esta se puede catalogar como ni fú ni fá pero con mantel y servilletas de tela, bien atendidos y por el precio de 8,50€, tampoco es cosa de exigir mucho.
El guía sabe que hay autobús a Retuerto pero no sé por qué (aunque se elaboran algunas teorías) pregunta el horario cuando ya nos hemos levantado de la mesa con lo cual y dado que son las 4,05 y el siguiente autobús es a las 4,30 no nos queda más remedio, salvo que podamos aguantar el frío y la humedad en la parada, que volver andando otros 4,7 Km, equivalentes a otra hora que nos llevará llegar hasta el metro.
Nos cruzamos con bastantes paseantes en una y otra dirección y, salvo que sigue lloviendo, a veces fuerte, y que el ecónomo todavía está un poco pez con las aplicaciones de su móvil como lo demuestra que durante un rato estamos nada menos que en Méjico!!, el trayecto transcurre en amigable conversación.
Pasadas las 5 cogemos el metro en Cruces, los de Bilbao línea de Ariz y los de Uribe Costa línea de Plencia.
Son las 6 cuando estamos ya en casa.
Se escribe esta crónica, al momento, en Algorta, rogando a los señores lectores que exculpen los posibles errores cartográficos ya que, al no poder ir tomando notas, tanto la memoria de mis colaboradores como la mía propia ha podido sufrir involuntarias lagunas.
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